Capítulo 6: Someone New
Gojo-sensei lo llamó para encontrarse con un colega de su confianza. Era extraño pensar qué tipo de persona podría ser teniendo en cuenta el espíritu de Satoru Gojo.
Cuando llegaron al lugar indicado los recibió un hombre rubio con un traje de asalariado, la primera impresión de Yuuji fue que esa persona no encajaba con la vibra de Gojo-sensei. El hombre se dio vuelta hacía ellos cuando reconoció su presencia. Antes de lo que el pelirosa podría pensar, Gojo corrió hacía el rubio y lo rodeó con un brazo, el otro hombre no se inmutó como si estuviese acostumbrado a las ocurrencias de Satoru. Algo en la postura del rubio mostraba la clara resignación de estar ahí.
—Este es Kento Nanami, antiguo oficinista y actual hechicero. — Eso explicaba el traje y su porte tan estoico.
—No me llames así por favor— Respondió Nanami, su voz era dura pero suave, había cierta familiaridad entre ambos.
—Aunque varios hechiceros son estrafalarios, él es bastante serio gracias a todo el tiempo que fue oficinista. Y es un hechicero de primera clase. — Yuuji recordaba que eso era importante, esperaba que Nanami pudiese explicarle la manera de clasificar a los hechiceros mejor que Gojo-sensei.
—No eres quién para hablar de los demás. —
Es curioso como varios hechiceros tienden a ocultar sus ojos, ya sea con vendas o lentes. Yuuji se preguntó cómo se vería con un par de lentes como los que a veces usaba Gojo-sensei.
— ¿Eras oficinista?, ¿cómo acabaste como hechicero? —A veces la lengua de Yuuji es más rápida que su cerebro y tiende a vomitar lo primero que cruza por su mente. Una vez le dijo a Megumi que su pelo le recordaba a un erizo de mar, el pelinegro no estaba muy feliz con su comparación. Yuuji solo dijo lo que creía acerca del peinado de su amigo, Nobara se rio al notar la falta de filtro de su amigo. Como los extrañaba.
—Lo primero es saludar. Mucho gusto Itadori. —
—Ah, sí, igualmente—
Después de esa incómoda presentación Nanami se dedicó a profesar su odio por la hechicería y el trabajo de oficina. Itadori no se podía imaginar qué le habrá pasado a Nanami para guardarle tanto resentimiento a ambas profesiones pero eligió no preguntar,
Luego de eso Nanami admitió que no veía a Yuuji como "una bomba de tiempo" al compartir cuerpo con Sukuna, si no como un hechicero, que dependería de él demostrar su valía. Fue reconfortante que alguien lo viese por ser Yuuji Itadori, un adolecente de 15 años que se vio involucrado en el mundo de la hechicería y no el recipiente de un monstruo como Sukuna (aunque eso fue previsto desde su concepción).
Al día siguiente los asignaron juntos a una misión y por asignaron es que Yuuji se coló junto a Nanami por órdenes de Gojo-sensei, nadie debía saber que aún se encontraba con vida.
Encontraron en el cine los cadáveres desfigurados de unos adolescentes, claramente quién acabo con las vidas de esos sujetos no era humano. Después de investigar un poco tanto Yuuji como Nanami pudieron ver el rastro dejado por la maldición responsable de tal calamidad.
Ya en el techo del edificio encontraron a dos "maldiciones" más. Nanami se hizo cargo de la más grande e Itadori de una más pequeña. Cuando Yuuji iba a empezar a pelear con ella se percató de algo que le llamó la atención, el rastro de energía maldita era extraño, parecía mucho al que comparten sus hermanos, como si lo que estuviese enfrentando no fuese del todo una maldición.
—Nanamin, hay algo raro. — Yuuji eligió evitar el conflicto esquivando a la maldición hasta confirmar su corazonada.
El ex asalariado por su parte ya había derrotado a su oponente cuando Yuuji lo llamó. Le pareció curioso que el niño que tenía delante no usara la fuerza brutal que tiene (según Gojo). —Te dije que no me llames así. —
—Lo siento, es solo que...hay algo extraño con esta maldición. —
— ¿Extraño en qué sentido? —
—Algo no se siente bien, su energía maldita es distinta, me recuerda a la de Kechizu. —
— ¿Kechizu? —
Mierda, Yuuji la había cagado, al estar distraído esquivando a su adversario, no prestó atención a lo que dijo.
—Es...una historia que estudiamos en el club de lo oculto. —
Nanami podía ver que el niño estaba mintiendo, había que ser idiota para notarlo, pero por el rostro de pavor que puso prefirió no presionar y concentrarse en la amenaza actual de momento. Más tarde indagaría más en las palabras de Yuuji.
Yuuji al ver que Nanami se creyó su mentira prosiguió con su caso —En la historia que me contaron, ese ser nació de un humano y un demonio (por no decir maldición) y hay algo en esta maldición que no se siente normal. —
Nanami también sintió algo extraño pero no había podido descifrar el qué hasta ese momento, fijándose mejor notó el reloj en la muñeca de la maldición que había derrotado.
—Itadori-kun, por favor aléjate de esa criatura, yo me encargaré desde acá. —
—No me subestimes, soy capaz de derrotarlo por mi cuenta. —
—No te subestimo, pero tú eres un niño y yo un adulto. Es mi deber poner tú vida sobre la mía. Sé que puedes derrotarlo, pero déjame manejar esto a mí. — Yuuji al crecer sin nadie más que su abuelo, siempre sentía la necesidad de probarle a los adultos que el era perfectamente capaz de hacer las cosas que quería hacer. No fue hasta que Choso llegó a su vida que aprendió a lidiar mejor con ese sentimiento. Pero claro, eso fue porque su hermano es extremadamente sobre protector. Yuuji vio el mismo tipo de actitud en Nanami, no con condescendencia, era otro el sentimiento que le provocaba pero no pudo decir cuál era.
Nanami mató a la maldición rápidamente, como si tratase de causarle la muerte más indolora y rápida posible. Luego sacó su celular para llamar a Shoko y contarle sobre la situación. Una vez cortada la llamada el rubio bajó la escalera a otra parte del edificio con Yuuji siguiéndolo en silencio.
Una hora más tarde Shoko ya tenía los resultados, lo que sea que enfrentaron solía ser humano, tal como los cadáveres del cine.
Yuuji se sintió aliviado y al mismo tiempo aterrado. Por una parte gracias a sus instintos y la guía de Nanami no se manchó las manos con sangre. Por otro, la maldición o brujo que hizo eso seguía libre, listo para atormentar a otra persona.
—Itadori-kun— Llamó Nanami con un tono tranquilo, como intentando reconfortarlo.
Yuuji no dijo nada pero lo miró de reojo. —No había nada que pudiésemos hacer por ellos, dejarlos así solo les causaría más sufrimiento. — hizo una pausa y prosiguió. — Shoko confirmó que lo que los mató fue el shock de ser modificados. —
El joven apreció el gesto. —Gracias Nanamin—
—Tienes un buen instinto, pero no puedes confiarte solamente en ello, debes pulir tus habilidades. Aunque debo admitir que eres perceptivo, si vuelves a ver o sentir algo así a lo largo de esta misión por favor infórmamelo de inmediato y no intentes lidiar con ello por tu cuenta, ¿ok?. —
Yuuji asintió y luego escuchó el resto del plan de Nanami para atrapar al responsable. Su misión sería simple, encontrar a Yoshino Junpei y ver si él sabía algo. Itadori no podía fallar, le demostraría a Nanami que es digno de su confianza.
Paralelamente Yoshino se encontró cara a cara con una maldición llamada Mahito.
Notes:
Hola gente bella, espero esten bien, la verdad lamento mucho no haber podido actualizar antes ;____ entré a la universidad y mi tiempo libre desapareció. Ahora que terminé mis primeras parciales tengo un poco más de tiempo.
Sí, se que es un capitulo cortito pero me daba ansiedad publicar algo pronto, ya estoy escribiendo la segunda parte de este cap (que originalmente era más largo pero lo dividí en dos partes)
Muchas gracias por seguir leyendo esto a pesar de lo lento que publico todo ;;;
Como siempre, sus comentarios son mi propina.
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The curse redeption
FanfictionItadori vive una vida tranquila hasta que él y su abuelo son atacados por una maldición un año antes de los acontecimientos del canon. Chouso y sus hermanos son quienes le salvan la vida. ¿Cómo cambiará esto la vida del pobre Itadori Yuuji? Solo que...