𝕸𝖆𝖌𝖓𝖊𝖙𝖎𝖟𝖎𝖓𝖌 ||
Rosalie había vivido toda su vida en el pueblo de Gavalton, pero ella deseaba conocer mucho más que solo ese pequeño pueblo junto a su mejor amigo Alexander, eso era una promesa entre ellos.
Todo cambia cuando Rosalie es el...
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" Advertencia peligrosa"
Rosalie estaba camino a su dormito, encontrándose a la mitad del camino con una chica conocida, era Agatha.
— Parece que vamos en la misma dirección — comento Rosalie — ¿Que numero de habitación obtuviste? — le pregunto
Agatha no respondió, estaba en completo silencio
— ¿Agatha? — llamo Rosalie
Agatha solo gruño para luego responder — Aun sigo esperando una disculpa —
Entonces Rosalie recordó la rosa que había dejado en el regazo de Agatha, y como todos pensaron que Tedros le había arrojado por "error" la rosa a Agatha, y como ambas escuelas quedaron sorprendidos por ellos.
— Lo siento... — se disculpo Rosalie, Agatha solo movió su mano para incitarla a seguir hablando — Lo que hize estuvo mal —
— Te perdono — Dijo Agatha — Sin embargo, nunca mas vuelvas a hacerme eso —
— Esta bien — afirmo Rosalie — Ahora me dices que numero de habitación vas a estar?—
— Torre Pureza, habitación 51 — comento Agatha
Rosalie abrió la boca, sorprendida, pues esa también era la habitación que le toco — Al parecer seremos compañeras de cuarto, ya que también estoy en la habitación 51 —
Poco después de decir esas palabras ya habían llegado a la habitación 51, pero no fueron las primera ya que Beatrix y su grupo se les adelanto.
— Perfecto — susurro Agatha al notar el grupo de amigas de Beatrix
Rosalie solo observo el letrero enorme que estaba arriba de la puertas de la entrada de la habitación que decía : ¡BIENVENIDAS, AGATHA, ROSALIE, MILLICENT!, ambas lectoras entraron a la habitación escuchando la conversación del grupo de chicas bonitas
— ¡Parecen muy malas! — dijo entre lagrimas una pelirroja, Rosalie rápidamente se dio cuenta de que ella era Millicent — ¡No quiero morir! — sollozo
Rosalie solo puso los ojos en blanco para luego asustarlo con un "¡Buu!", a lo cual la pelirroja empezó a temblar del miedo pensando que Agatha y Rosalie le harían algo.
— Ven a mi cuarto — oferto Beatrix — Las hadas comprenderán —
— Gracias Beatrix — agradeció Millicent — no quiero quedarme ni un segundo mas aquí —
— ¡Oh!, pero las voy a extrañar tanto —menciono Agatha con sarcasmo
— Mi corazón se quiebra por tu indiferencia — añadió Rosalie tocándose el pecho fingiendo tristeza
