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CAMINABA hacia el parque más cercano del vecindario, normalmente vendría con mi hermano, sin embargo  él había hecho un nuevo amigo que se le pegaba como chicle al zapato

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CAMINABA hacia el parque más cercano del vecindario, normalmente vendría con mi hermano, sin embargo  él había hecho un nuevo amigo que se le pegaba como chicle al zapato. No me incomoda o me pone triste, me alegra mucho que finalmente tiene un amigo y no se aproveche de su dinero.

Observe a mi alrededor, particularmente habría muchas personas pero esta vez solo era yo y diosito.

— ¿Por qué tan solo? Hmmm. Yo quería jugar con alguien.— Detuve mis pasos al sentir como alguien tomó mi hombro, y tome el valor de girar a ver a esa persona.

—¡OIGAN! ¿qué no es esta la melliza del tontotora?— Hablo un chico de cabello claro, aunque por como apodó a mi hermano, sabía quien era aquel tonto que le pedía dinero.

—Es Kazutora, bobo. Además si no eres su amigo no menciones su nombre.— Sonreí con arrogancia mientras quitaba su mano de mi hombro.

Aquel grupo de no más de 4 niños, se enojaron por mi respuesta, ganando que me empujaran al suelo.

—Son la misma mierda con dinero. Ya que tu hermano se fue, podrías ser su reemplazo, niña.

Negué con mi cabeza varias veces antes de mostrar mi dedo corazón. Recordé que Kazu me había dicho que si veía a un perro sarnozo, se lo enseñara.

—¿Vas a quitarle el dinero a una niña indefensa? Que mal, los hombres cada día decepcionan más. — Una vez concluyendo aquellas palabras, tomé su brazo haciendo que este quedara sobre su espalda mientras que con mi brazo libre lo colocaba sobre su cuello.

Los tres niños que lo acompañaban se quedaron quietos sin saber que hacer, o más bien decidían si ayudar a su "líder" y quitarle su orgullo, o dejar que él se encargue.

—¿Qué? ¿No harán nada? Hombres tenían que ser.— Suelto al niño no sin antes darle un pequeño (gran) golpe sobre su estómago. — Escúchame bien, vuelves a molestarme a mi o a mi hermano y para la próxima vez tu brazo desaparecerá.

Aquellos niños salieron corriendo mientras gritaban sobre cobrar venganza, pero vamos, son unos simples niños y para empeorar, hombres. No harán nada.

Mucho odio a los hombres, odio todo sobre ellos, mi hermano es el único que se salva. Todos son una basura y buenos para nada que solo sirven para cagar la existencia de uno.

En fin, viva las mujeres.





















—¡Entonces apareció ese niño fuerte y le dio un golpe! Hice un amigo y pelea muy bien, Nana.

Kazutora no paraba de jalar mi brazo mientras contaba su anécdota feliz.

—Vaya...al final si tuviste más amigos que yo.— Bufé.

—Pero solo hice un amig....JAJAJAJAJA.

Enojada, tome una de sus mejillitas; apretandola hasta que quedará roja por completo.

SOULS | TR KNB HAIKYUUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora