𝗧𝗔 | 𝗖𝗨𝗥𝗔𝗥𝗘 𝗧𝗨𝗦 𝗛𝗘𝗥𝗜𝗗𝗔𝗦
que te causo aquel bastardo
y te haré ver como realmente
es el amor verdadero.
── dónde Choi Jung-hee inicia su
relación con Dan, que esta herido
de su pasada relación e intenta
arreglar cada uno de los er...
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En una habitación completamente destrozada, una pareja discutía, como siempre lo hacía desde que comenzaron a salir. Desde entonces, su relación se había convertido en una serie de peleas continuas y momentos difíciles. Pero esa noche, todo se desmoronó por completo.
"¡Es solo un mensaje! ¡No puedes sacar conclusiones de eso!" gritó el pelinegro, resonando por todo el lugar y enviando un escalofrío a través del mayor debido a su tono de voz.
"¡Te vas a encontrar con él, no lo niegues, Jaekyung!" rogó de alguna manera el castaño mientras sentía sus ojos llenos de lágrimas.
"Pues tienes razón, iba a encontrarme con él. Ya no somos lo mism-" Antes de que pudiera terminar la frase, una fuerte cachetada resonó en todo el apartamento. El agredido era el castaño, sus ojos llenos de lágrimas, y solo pudo voltearse.
Su objetivo era recoger todas las pertenencias posibles, así como el dinero necesario para salir de allí. No podía soportar más esa situación. Una vez que tenía todo listo rápidamente, el mayor se dirigió a la puerta sin mirar atrás, ignorando los gritos del boxeador. Le dolía que esperara que volviera al apartamento, pero no era capaz de hacerlo. Al salir del edificio, caminó sin rumbo fijo hasta llegar a una tienda de conveniencia. Se sentó en la mesa afuera y se abrazó a sí mismo en busca de algo de calor. En ese momento, una gran prenda de ropa cayó sobre sus hombros, sorprendiéndolo. Miró por encima de su hombro y encontró a un hombre alto con una mirada fija en él.
"Te morirás de hipotermia. Quédate con esto", murmuró el hombre más alto, sacando un cigarro de su paquete personal.
"No quisiera molestar..." comenzó a decir, pero fue interrumpido por una suave carcajada.
"No seas tonto. Estoy acostumbrado al frío, pero parece que tú estás a punto de desmayarte", mencionó el mayor mientras escaneaba al castaño, admirando su belleza.
"Gracias, ahjussi", murmuró el castaño, bajando la cabeza para ocultar su prominente sonrojo.
"No tienes por qué agradecerme", dijo el hombre. "Es peligroso estar afuera en una noche tan fría sin un abrigo. Además, pareces necesitar algo caliente para beber. ¿Quieres un té o un café?"
¿Quién hubiera pensado que gracias a esa escapada, toda su vida cambiaría en un dos por tres?
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