El sol aún no había salido cuando Liam se despertó con determinación. Mientras sus ojos parpadeaban pesadamente, miró el reloj que marcaba las 4:30 de la mañana. Sabía que era temprano, pero tenía un plan en mente. Con sigilo, se deslizó fuera de la cama para no despertar a nadie, se vistió rápidamente con su ropa deportiva y zapatillas, y salió de su casa.
La excusa que había dado era que iba a salir a correr. Sin embargo, su verdadera intención era dirigirse a la casa de Buck. Había pasado la noche anterior con él y sin duda había disfrutado mucho de su compañía. La idea de ver a Buck nuevamente lo motivó a salir temprano de casa.
Liam corrió por las calles de Los Ángeles, el aire fresco de la mañana le llenaba los pulmones y le daba energía. La ciudad aún estaba sumida en la oscuridad, con solo algunas luces parpadeantes aquí y allá. El camino hacia la casa de Buck no era muy largo, y pronto llegó a su destino.
Liam se acercó sigilosamente a la casa y tocó la puerta. La mañana estaba tranquila, y solo se escuchaba el suave murmullo de la ciudad aún adormecida. Buck, que aún estaba medio dormido, abrió la puerta.
—Liam, ¿qué haces aquí tan temprano? —preguntó Buck, aún adormilado.
Liam le lanzó una sonrisa traviesa.
—Decidí que correr puede esperar. —Entró en la casa y le dio un rápido beso a Buck.
El rostro somnoliento de Buck se iluminó de inmediato. Los dos sabían que esta visita mañanera prometía ser especial.
—Bueno, si no vamos a correr, quizás deberíamos ducharnos. Para ahorrar agua, ya sabes —sugirió Buck con una mirada traviesa.
Liam asintió, consciente de lo que Buck quería. Juntos se dirigieron al baño, y mientras se desvestían mutuamente, la temperatura de la ducha estaba lista para recibirlos.
El agua tibia los envolvió, y los dos se sumergieron en el placer de estar juntos. Las caricias y los besos se intensificaron, y el rincón del baño se llenó de risas, suspiros y pasión. A medida que avanzaba el tiempo, sus cuerpos se fusionaban y exploraban mutuamente en busca de un amor que iba más allá de las palabras.
Mientras el agua caliente caía sobre ellos, Liam no pudo evitar sentirse agradecido por este encuentro matutino. No solo porque disfrutaba de la compañía de Buck, sino porque comenzaba a darse cuenta de que lo que compartían era especial. Había un vínculo entre ellos que trascendía lo físico. Era un sentimiento que crecía con cada risa compartida, con cada mirada que se cruzaba, con cada beso que se daban.
Después de la ducha, con sus cuerpos entrelazados en la cama, Liam y Buck siguieron disfrutando del amor que compartían. Hablaban de sus sueños, de sus deseos, de sus miedos y de sus esperanzas. En la intimidad de ese momento, se descubrían uno al otro de una manera que solo aquellos que se aman pueden entender.
Finalmente, cayeron en un cómodo silencio, satisfechos y exhaustos por su encuentro. Abrazados el uno al otro, dejaron que el sueño los envolviera. Sin duda, su relación iba más allá de la pasión y la lujuria; se trataba de complicidad, comprensión y amor.
Las horas pasaron mientras dormían, y cuando finalmente despertaron, el sol se asomaba tímidamente por la ventana.
—Debería irme —dijo Liam, a pesar de que le resultaba difícil separarse de Buck.
Buck asintió, comprendiendo las responsabilidades que Liam tenía por delante. Se levantaron y se vistieron antes de salir del dormitorio.
En la cocina, Liam encontró una nota que decía: "Espero verte pronto. Te extrañaré. —Buck". Una sonrisa se formó en su rostro, y se sintió agradecido por tener a alguien como Buck en su vida.
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Maldito Buckley (Evan Buckley × Liam Nash)
FanfictionEn el ardiente corazón de Los Ángeles, un destino inesperado aguarda a Liam Nash. Hijo perdido del respetado Capitán Bobby Nash de la estación de bomberos 118, la vida ha sido un misterio en su mayor parte, un enigma que él está decidido a desentrañ...