An Upstate Escape

220 20 0
                                    

Mi nombre es Jeon Jungkook, tenía apenas 20 años cuando mi relación con el actor Kim Taehyung dio inicio, él siendo mayor que yo, pues en ese entonces él tenía 31 años, algo que no me importaba demasiado simplemente por que era él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi nombre es Jeon Jungkook, tenía apenas 20 años cuando mi relación con el actor Kim Taehyung dio inicio, él siendo mayor que yo, pues en ese entonces él tenía 31 años, algo que no me importaba demasiado simplemente por que era él. Media aproximadamente 1.80, claramente siendo mucho más alto que yo; piel color caramelo, con un toque acanelado que a la luz del sol lo hacía ver demasiado hermoso e irreal, además de esas facciones que podría decir fueron talladas por los mismos Dioses Griegos, su hermoso rostro siendo adornado por su cabello tintado de color rubio, algo largo y perfecto para tomarlo entre mis manos y acariciar a mi gusto, tan suave... Todo era sumamente perfecto en él.

Esos eran mis pensamientos mientras íbamos en el auto, el manejando como siempre, pero esta vez con destino a la casa de su hermana mayor; Kim Jennie, la cual vivía en una casa rodeada de naturaleza para no tener nada que ver con los paparazzis de la ciudad que perseguían a su hermano, además de ser ideal para las escapadas que el y yo nos dábamos cuando estábamos llenos de trabajo, era simplemente relajante, aún más en otoño, la época que nos rodeaba, las hojas de otoño cayendo como piezas de rompecabezas, todas en su lugar, eso es algo que recuerdo de maravilla.

Tae llevaba puesto un abrigo de color negro que le llegaba por las rodillas, debajo de el una camisa blanca abrochada perfectamente y bien fajada bajo sus pantalones negros a juego con su abrigo y ni mencionar de esos zapatos bien lustrados que era ya una parte de su personalidad. Por mi parte llevaba un abrigo de color beige, un pantalón holgado de mezclilla y mis tenis Adidas en su totalidad blancos, mencionando también esa bufanda roja que adornaba mi cuello manteniéndome sumamente calientito.

El viaje era realmente largo, llevaba un buen tiempo batallando por quitar los cabellos que revoloteaban por el viento, escuchando la voz ronca de Tae a mi lado

-¿De que te ríes eh?. -Cuestione con una sonrisa mientras lo veía, con sus labios estirados en una cálida sonrisa más grande que la mía

-No me estoy riendo de nada, simplemente te estoy observando, a ti y a tu inigualable belleza.

Por esos hermosos comentarios eran por los que mis mejillas se teñían de color carmín, haciéndome desviar la mirada realmente avergonzado y... -¡Tae! ¡Está en rojo!. -Dije al ver el semáforo en dicho color, volteando a verlo rápidamente.

-Disculpa, es que estaba embobado observándote. -Lo escuche decir, viéndonos fijamente antes de romper en carcajadas... Si, recuerdo demasiado bien todo lo que pasó ese día.

Así como cuando llegamos finalmente a la casa de su hermana, sintiendo el ambiente algo frío por donde estábamos, esto pasando rápidamente al darme cuenta de lo cálido que todo era a su lado. Quité la bufanda de mi cuello, dejándola en cualquier lado de la casa, transcurriendo las horas, unas que se llenaron de recuerdos memorables.

Uno de ellos siendo cuando en un álbum de fotos donde se podían ver varias fotos de los hermanos Kim de pequeños, la madre es estos mismos contando algunas cuantas anécdotas que hicieron las mejillas y rostros de ambos enrojecer por lo contado, dándome cuenta de que tal vez Tae me hablaba de su pasado pensando que quizá yo era parte de su futuro, un plan que no me disgustaba en absoluto, además de los buenos lazos que había creado con Jennie y su madre, pasando una tarde demasiado buena entre risas y muchas más anécdotas.

Terminando el día con una parada a mitad del camino, donde solamente estábamos nosotros dos, rodeados de naturaleza, yo sobre la espalda de Tae, riendo a carcajadas por todas esas vueltas que nos estaba haciendo dar

-¡Para! ¡Tae! Creo que voy a morir de una sobredosis de risa. -Había exclamado yo sin dejar de reír un momento

Ganándome de su parte un: -No vas a morir, tenemos que escapar al norte del Estado aún, debemos conocer mucho más nosotros dos juntos bonito.

Entre risas, abrazos y besos ambos terminamos sentados en la orilla del lago, compartiendo auriculares mientras escuchábamos música, cualquiera era nuestra canción en ese momento; esperando de su parte para que finalmente dijera que lo que ambos teníamos era amor... Pero sin en cambio jamás lo llamó de esa forma, jamás me atreví a decir algo, no por recriminarle nada, sino porque tenía la esperanza que lo dijera por su cuenta.

 Pero sin en cambio jamás lo llamó de esa forma, jamás me atreví a decir algo, no por recriminarle nada, sino porque tenía la esperanza que lo dijera por su cuenta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El primer fanfic corto que me estoy animando a sacar :)

-Ally

All Too Well l TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora