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— Oh, disculpa, no te vi...

— ¡Remi! ¡Tú...! ¿Estás bien?

La chica ignoró al estudiante con quien acababa de tropezar y siguió caminando por los pasillos, sin rumbo fijo, sin dejarse inmutar ni por las campanas de llamaban a clases. Había perdido la noción de cuánto tiempo llevaba en ese estado.

Su celular no paraba de vibrar, probablemente llamadas del dúo que hasta entonces le habían acompañado. Se preguntaba si acaso su situación era similar a la de Arlo. ¿Valdría la pena preguntarles? ¿Se tomarían la mínima molestia de decirle la verdad?

— ¿Y a ti que te pasa? Aún no te he atacado...

Remi alzó la mirada y se topó con el chico que había iniciado su descenso a la locura. John se encontraba frente a ella, con la misma mirada firme y amenazante de la última ocasión.

— No, por favor...

— ¿Qué dices?

Por mucho odio que le pueda tener a los Royals, la actitud de la Queen simplemente estaba desconcertando al pelinegro. Nunca siquiera imaginó tener ese tipo de reacción.

— Sólo... Déjame sola.

Fue entonces cuando lo entendió: ella se estaba dando cuenta. John sonrió satisfecho al saber que había sacudido tan violentamente la vida y la perspectiva de Remi, causándole una satisfacción que ni siquiera le había causado el dar una paliza a Zeke.

La pelirrosa trató de hacerse a un lado, pero John bloqueó su camino.

— Déjame adivinar... ¿Entendiste que yo soy quien tiene la razón?

La chica apretó los dientes mientras aún trataba de libarse del pelinegro.

— Vamos, dime... Me llegó el rumor de que hablaste con Arlo hoy mismo. ¿Acaso ya te lo dijo?

— Cállate.

Se notaba la agresividad en la voz de Remi. Esto solo divirtió a John.

— ¿O qué? ¿Me vas a callar a la fuerza? ¿No iba eso en contra de tus principios? ¿O es que acaso son tan inútiles como todos los demás?

Cada palabra era una apuñalada a la calma de Remi, quien nuevamente tenía lágrimas acumulándose en sus ojos. Simplemente quería irse de ese lugar para encerrarse en su cuarto.

— Y tanto que querías dialogar... Resulta que ahora huyes de mí.

La chica dio un fuerte empujón al pelinegro, y se fue corriendo de ese lugar.

— Y justo cuando comenzaba a divertirme...

Remi por su lado, comenzó a correr por los pasillos. Trataba de llegar hasta los dormitorios de las chicas, pero por momentos incluso se perdía entre tantos corredores. Incluso llegó a activar su habilidad sin saberlo, debido a tanta desesperación que tenía acumulado dentro.

— ¡Hey, hey! Tranquila...

Tras un giro, Blyke la sostuvo fuertemente con sus brazos, evitando que siguiera huyendo.

— ¡Déjame ir!

— ¡Has dado la misma vuelta 3 veces, dime que te sucede!

— ¡Quiero ir a mi cuarto!

— ¡Esta bien, cálmate, yo te llevo hacia allá, pero relájate y apaga tu habilidad!

Los dos muchachos se arrodillaron, y Blyke no aflojó el abrazo ni por un segundo, hasta que Remi bajó las revoluciones y desactivo su rayo.

— ¿Ves? Ahora podemos irnos, en calma...


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Remi VS el universo unOrdinaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora