Un roce, un beso y una hermosa noche fue lo que empezó todo.
El dios de las flores y las artes, un idílico personaje de grandiosa belleza, y la diosa de la oscuridad, una leyenda de pésima reputación, Ambos eran amantes de grandes pasiones, enamorados de hermosos detalles, que guardaban para sí gloriosos y fantásticos momentos de tantos que compartieron.
Su relación fue un secreto a voces que, aunque prohibida, fue pristina para todo el que se diera cuenta, por supuesto que nada siempre va como uno quiere.
Cierto amanecer de cierto día a cierta hora, los amantes Se encontraron como siempre lo habían hecho. Tomaron sus manos con cariño y se acomodaron entre los más de mil tipos de flores que conformaban el maravilloso jardín de Trichianta, del cual el dios era guardián. Mantuvieron el calmado ambiente entre tiernas caricias y suaves miradas, se palpaba todo el amor que la pareja desprendía. Era envidiable.
Un escalofrío recorrió sus espaldas cubiertas, el sol apenas salía y el cuerno que alarmaba a los dioses sonó. Precisamente, los habían descubierto.
Se desplegaron los servidores de cada líder que, con envidiosas miradas y ácidas palabras, ordenaban su separación. No pudieron hacer mucho, matarse entre sí estaba prohibido y ellos no tenían a donde ir.
El castigo divino los esperaba. Aquel dulce compartir se volvería lo que destrozaría sus vidas y, aún así, ninguno se arrepintió.
Fueron sellados y alejados. El equilibrio divino volvió y entre los dioses su historia se ocultó manteniéndose siempre presente en sus vidas aquel maldito amor que llevó a dos grandes dioses a su perdición.
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En La Oscuridad De Mi Mente
RandomMi mente es perversa y retorcida, imaginativa y soñadora, cruel y malvada, ingenua y emocial. Adentrarse a ver aquellos pensamientos que no soy capaz de decir en voz alta es algo que sólo con valentía podrías hacer ¿Te crees capaz de leer todo lo qu...