Nunca supe que necesitaba

Capítulo 1 : Primer año

Draco estaba seguro de que su vida había terminado. Después de años de que su familia, tanto el linaje de su madre como su padre, fuera clasificado casi exclusivamente en Slytherin, él acababa de ser clasificado en Ravenclaw. Su colocación fue recibida con una mezcla de aplausos, caras de sorpresa y ruidos de confusión y protesta. La mayoría de los estudiantes mayores y la casa Slytherin estaban conscientes de la familia Malfoy y su reputación, pero la mayoría de los aplausos implacables provinieron de estudiantes más jóvenes o nacidos de muggles.

Mientras Draco se sentaba al fondo de la mesa de su nueva casa, evitó lo mejor que pudo las miradas y los susurros que atraía. Seguramente los estudiantes escribirían a casa más de una carta detallando su fracaso, lanzándole miradas de complicidad. Su padre lo sabría por la mañana, y Draco no estaba en absoluto preparado para manejar esta situación. Su padre siempre tuvo altos estándares y una conducta implacable, pero Draco nunca había cometido un error tan grave.
¿Quizás podría intentar dar la noticia primero?

¿Discutir con el sombrero seleccionador para ser reasignado?

¿Pedirle a Snape que lo ayude a transferir casas?

Esto claramente fue un error. No se puede confiar en que los sombreros mágicos comprendan la responsabilidad de los legados de Black y Malfoy.

----

Draco y el resto del primer año de Ravenclaw fueron conducidos a la torre Ravenclaw y luego divididos en sus nuevas habitaciones. Encontró sus cosas al lado de una cama pero no se molestó en desempacar. Después de molestar a Snape durante la cena en el Gran Comedor, le informaron que no había esperanzas de recurrir a un resort, pero aún así no estaba interesado en ponerse cómodo. Sin embargo, sacó de su baúl su serpiente de maíz blanca como mascota y permitió que se deslizara alrededor de su muñeca. Esto inmediatamente llamó la atención de un chico alto con cabello castaño claro.

"¡Guau! ¿Tienes una serpiente como mascota?

Draco, quien ciertamente estaba sorprendido de que alguno de los otros chicos se atreviera a hablar con él, simplemente lo miró a cambio. Sin embargo, el niño no se inmutó e hizo un gesto a otros dos niños en la habitación para que se acercaran.

"Soy Anthony Goldstein y ellos son Terry Boot y Micheal Corner. Eres Draco Malfoy ¿verdad? ¡En la cena la gente hablaba de ti casi tanto como de Harry Potter! He oído que es gran cosa que seas un Ravenclaw. Tus padres eran ambos Slytherin, ¿verdad?

"Anthony..." Corner y Boot al menos parecían avergonzados por la invasión de la privacidad de Draco por parte de sus amigos.

"No solo mis padres", se burló Draco, "mi familia no solo es parte de los 28 sagrados, sino que durante siglos han sido seleccionados en Slytherin. Ahora estoy atrapado en ser uno de los pocos en ser clasificado en una casa menor. No me interesa hacer amigos, Goldstein.

"¡Ey! Ravenclaw no es un menor-", comenzó Terry Boot.

"¿Por qué no?" -interrumpió Goldstein-.

"¿Por qué no? ¿No entendiste lo que acabo de decir? No estoy interesado en arruinar la reputación de mi familia". Draco puso los ojos en blanco. Pensó que se suponía que ésta era la casa inteligente.

"Slytherin se trata de ser ambicioso, ¿verdad? ¡Pues en Ravenclaw podrás dirigir esas ambiciones a superarte en tus clases! Estoy seguro de que tu familia estaría orgullosa si te convirtieras en un gran mago. Y te clasificaron aquí, eso debe significar algo. ¡Muchos magos talentosos eran Ravenclaws!

Draco realmente hizo una pausa y consideró las palabras de Goldstein. Su padre definitivamente estaría decepcionado, pero si lo que Snape dijo acerca de no poder recurrir es cierto, entonces Ravenclaw era una casa mucho más ideal que la alternativa. Al menos no estaba atrapado en un Hufflepuff. ¡Tal vez podría convencer a su padre de que Ravenclaw todavía era una casa digna si fuera el mejor de su clase!

Inmediatamente les escribiría una carta contándoles sus planes. Fue criado en una casa de magos y siempre fue inteligente por naturaleza, no debería ser demasiado difícil. Quizás Goldstein tenía razón: ser seleccionado para Ravenclaw significaba algo.