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Enero 2019

Fran's pov

— Vayan siguiendo a la profe hasta la puerta del vestuario lindas — Me dirigí con mi mejor sonrisa a las nenas de River baila.

Estoy ayudando en la academia como ayudante de la profesora, les habíamos prometido que después del partido las íbamos a llevar a conocer a los jugadores de River Plate a su vestuario.

— Fran, haceme el favor de contarlas mientras van entrando —

—Si si. ...8, 9. 9? No son 10 las nenas que tenemos? — Le pregunté a mi compañera con una cara de preocupación.

— Te pido que vayas YA a buscar a la nena que nos falta. Por favor Francesca, mira en la que nos metes — Se comunico conmigo como si fuera mi mamá, y en cierto punto me lo creí.

De la desesperación empecé a caminar para algún lado, me conocía el establecimiento de memoria pero no sabia donde se podía esconder una nena de 5 años con una camiseta de River diminuta y un moño blanco en la cabeza.
A todo esto, el humor en el club no era de lo mejor. El partido se había disputado tranquilo hasta que el contrincante, Defensa y Justicia, metió el único tanto de los 90 minutos.

Seguía caminando pero me di vuelta y empece otra vez a caminar hacia el vestuario del equipo local, seguramente se nos había pasado y si estábamos todas.

— Franche — Escucho que me llama por mi apodo MUY odiado una voz masculina la cual no reconocía, solo sabia que venia de mi espalda, del vestuario visitante.

Al darme vuelta, veo a la nena que me faltaba de la mano de un jugador del Halcón de Varela, el cual sinceramente no tenia ni puta idea de quien era.

— Ay dios esta chiquita — Miro a la nena y estiro mi mano para que la agarre, pero noté que estaba tan fascinada con el jugador que no iba a ser facil despegarlos.

— Es tu hija? Se metió al vestuario cuando todos se estaban cambiando y pensé que no era una imagen adecuada para una nena chiquita — Dijo con una sonrisa de lado, la cual por cierto, no estaba para nada mal.

— Paraa, hija? tan vieja me ves flaco?? — Lo miro con mi mejor cara de ofendida agachándome a la altura de la menor, tratando de convencerla de que vaya al vestuario local, lo cual logré por mi encanto y facilidad con los nenes.

El jugador se ríe de mi comentario y saluda a la nena con la mano. Yo intentaba disimular la ternura que me había causado todo ese momento.

— Ee bueno, gracias por sacar a la peque de ahí, la llegaba a perder y me echaban del laburo — Le comento al jugador, del cual todavía no sabia la parte mas importante. — Disculpame, tu nombre cual es? —

Pareció ofendido con la pregunta, como si fuera Messi🤌🏻

— No fue nada. Me sorprende que no me conozcas, soy Lisandro, linda. — Mencionó su nombre con una voz que me hizo poner hasta nerviosa, yo sin demostrarlo, obvio.

Los hombres pueden hablar sin tirar un piropo con indicios de algo mas?

— Como si vos supieras el mio, Lisandro. — Lo miro desafiante, él lo único que hacia era reirse.

causalidad | lisandro martínez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora