Capítulo VI

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༻♥♥♥♥♥༺
Primero que nada...
Perdón por desaparecer un buen tiempo.
El trabajo me consumió por la temporada,
pero volvimos a la normalidad.
:D
Ahora voy a hacer capítulos a lo desgraciado.
Publicaré los fines de semana o cada dos semanas.
Porque solo descanso los miércoles.
🤌🏻
En fin... Comencemos con esta wea.

༻♥♥♥♥♥

Y así pasaron los días, uno tras otro. Sin saber en dónde estaba o siquiera si lo extrañaban, el hilo en su mano permanecía intacto, no se movía, no apretaba, solo existía. De vez en cuando era cuando se tensaba pero no era nada fuera de lo normal. «Te ves precioso, cariño» habló una voz rasposa mirando a Mori con un traje formal. «Vamos, sonríe. Que al fin puedes salir de esta casa y ver la luz del día» dijo con sarcasmo y se rió al ver la expresión molesta del pelinegro. "¿Tanto le divierte hacer esto?" pensaba el omega. Su rostro molesto paso a uno triste. "Ojalá que alguien esté buscándome... Quiero ser libre de nuevo" el alfa ensanchó más su sonrisa y se acercó a un distraído Mori, abrazándolo por detrás. «Cómo me encantaría tener un hijo contigo» susurró a su oído, haciendo temblar al japonés. ¿Un hijo? ¿Con ese tipo? ¡Jamás! No estaba tan loco. No quería y no lo iba a permitir. «¡No! ¡No quiero!» gritaba mientras trataba de liberarse de los brazos del alfa, intentos que eran en vano pues su cuerpo estaba débil. Pero no por ser un omega, sino porque desde que había llegado ahí, estaba en una constante depresión. Estaba débil física y mentalmente. Solo intentaba, pero no lo lograba. «No puedes liberarte de mi, cariño. Ya eres mío» volvió a hablar el alfa, apretando aún más el agarre de sus brazos. Mori solo se sentía sofocado y molesto, si quería tener hijos, pero no con ese tipo, sino con Fukuzawa... «¡No quiero! ¡Déjame en paz!» volvió a gritar, haciendo enfurecer al extranjero. Este, en un arranque de irá lo tiro a la cama pegando su pelvis con el trasero de Mori quien no paraba de retorcerse en busca de una liberación. «Si no dejas de moverte así, no tendré compasión» susurró el alfa con un tono lascivo y asqueroso, haciendo que Mori se quedará quieto.

Estaba asustado, realmente no sabía que es lo que sucedería con él, no sabía cuánto tiempo había estado lejos, no tenía idea de nada con lo que respecta a él. Solo podía pensar en largarse de ahí, pero no tenía idea de dónde estaba ni del como salir de ahí.

Y después de ese arranque por parte del alfa, todo quedó en completo silencio. Mori dejo de sentir la presión en su cuerpo y lentamente se fue incorporando hasta quedar sentado en la cama, dándole aún la espalda al rubio. «¡Ja! Pero que ridículo... Me gusta más verte pelear que rendirte» reprochó él con un tono disgustado. Sin embargo, el omega seguía sin moverse, solo estaba quieto y en silencio en aquella posición, aguantando las ganas que tenía de llorar. ¿Dolor?
No, nada se comparaba a eso. La ira que tenía en su cuerpo era mucho mayor que eso, era un sentimiento aún más profundo. «Dejame en paz» susurró él. Y de no haber sido por el silencio sepulcral que reinaba en la habitación, no se hubiera escuchado ni el suspiro de su voz. «¿Te gusta hablar de tonterías?» comento el alfa arreglando sus rubios mechones antes de tomar al moreno por los hombros y atraerlo hacia él. «Recuerda que ya eres mío y que puedo hacer contigo lo que me plazca. Si quiero, puedo matarte aquí y desaparecer tu cuerpo, pero eres tan hermoso para hacer eso. Así que mejor prepara tu lindo cuerpecito para esta noche, que hoy desquitaré toda mi furia y estrés en ti» soltó como si nada y se alejó lentamente. Mori repetía las palabras dichas por aquel tipo en su mente, una y otra vez. Sentía que moriría antes de poder ser libre.

[𝓜𝓲𝓶𝓲_𝓥𝓰𝓵.]

Y así llegó la noche, una fiesta era dada por el alfa que tenía cautivo a Mori, era como presumir su más nueva y valiosa adquisición, ahí mismo, se encontraba un joven de cabellos castaños junto a su pequeño hijo. La familia Dazai, perteneciente a (aquel intento de) mafia extranjera. «Es un gusto verle de nuevo, Dazai» dijo el alfa al ver al castaño. «Oh, encantado de verle de nuevo, Niccolò» habló el hombre con una sonrisa, en ese momento llegó un mesero a ofrecer unas bebidas, a lo cual, ambos alfas aceptaron. «Veo que has formado una linda familia, Dazai» el japonés río, un poco nervioso, después presento a su esposa y a su pequeño hijo de no más de cuatro años.

Y así paso la noche, yendo de un lado a otro como un trofeo recién ganado sin saber que en esa misma fiesta, se encontraba Fukuzawa y Natsume. «¿Está seguro de que lo encontraremos aquí?» habló el albino soltando un suspiro de frustración. «Llevamos más de seis horas aquí y no ha pasado nada... Estoy empezando a dudar de la información» Natsume no dijo nada y solo sonrió. Antes de que él pudiera hablar, Niccolò llamo la atención de todos los presentes. «¡Atención! ¡Atención!» llamo sonando una copa de vino que tenía en la mano. Fukuzawa, al voltear vio a Mori y su corazón latió rápidamente. «Quiero anunciarles a todos ustedes que próximamente, habrá nuevos miembros en nuestra tan querida mafia. Yo me encargaré de entrenarlos y podremos abrir nuevas sedes aquí, en Sapporo, después iremos a Osaka y finalmente, regresaremos a Italia, a establecernos» hablaba mientras sostenía al omega de la cintura. A ojos de Fukuzawa , él se veía bien, la ropa se ajustaba tan bien a su delgado cuerpo, sus cabellos atados en una coleta le hacían ver aún más elegante y las joyas combinaban con sus ojos magentas que brillaban con las luces de la habitación. Pero sintió un repudio hacia él italiano, el cómo lo sostenía, el cómo lo miraba, porque no era digno de tener a Mori Ōgai entre sus brazos.

El hombre seguía hablando, pero él no escuchaba nada, su atención solo estaba en Mori, en detallar su cuerpo, sus ojos, sus gestos... Hasta que llegó a verle su cuello, marcas rojizas descansaban ahí, como mariposas en las flores. «Fukuzawa» escuchó la voz de Natsume y salió de su ensueño. «Debemos irnos, no es momento de actuar» habló, las manos del alfa se volvieron puños y habló. «Hazle saber que estamos aquí para él... Nos necesita» dijo, Natsume suspiro y eso hizo.

Un pequeño «accidente» ocurrió, Natsume chocó contra ellos después de su discurso, dándole una nota al omega, pidiendo disculpas y huyendo rápidamente de ahí. «Maldito loco, ¿quién lo dejo entrar?» dijo Niccolò. «Uhg... Vámonos, cariño, es momento de disfrutar la noche» Mori soltó un suspiro, pero sus ojos brillaban con ilusión, busco entre la gente y observo su mano, el hilo rojo mostraba un camino, el camino a Yukichi, estaba ahí, ellos estaban buscándolo. Y eso, le ponía bastante feliz.

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¿Por qué me tomo tanto tiempo?
Ayuda... Necesito conquistar a alguien que no se deja
porque le rompieron el corazón antes...
AAAAHHHH
Eso me mantiene distraída de mi historia.
Why me?
—𝓜𝓲𝓶𝓲_𝓥𝓰𝓵.

Hilo Rojo. [FukuMori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora