𝓗𝓲𝓵𝓸 𝓡𝓸𝓳𝓸

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¿Qué era el hilo rojo del destino? ¿Existía realmente?
¿Él encontraría, algún día, a su destino?
Solo era un omega defectuoso, no tendría suerte.
Aún así, guardaba la esperanza de encontrar a aquella persona que estaría con él, que lo amaría sin importar que.
Todos lo odiaban, todos se burlaban de él. Y aún así, él no se doblegaba ante nada ni nadie.

Aún era un estudiante de medicina.
Aún era un joven que no sabía que hacer con su vida.
Era tan solo un joven el cuál creía en aquella mítica leyenda:

❝Un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper❞.

Recordaba aquella leyenda que siempre se repetían en su cabeza,
eran muy pocas las personas que realmente habían encontrado a su destino.
¿Él tendría esa suerte?
¿él sería capaz de encontrar a esa persona?

Ese había sido su pensamiento desde siempre,
ahora ya sabía quién era su destino. Él lo había encontrado hace años, eran felices juntos. Antes de que aquella persona tuviera un accidente por proteger a un cliente.
“¡Te dije que era peligroso! ¿Por qué lo dejaste ir?”
Esos pensamientos siempre estaban en la mente de él y su maestro pues él o había mandado esa misión y sentía que era su culpa, aunque no lo fuera.

Caminaba recordando el pasado, habían pasado años desde que lo vió, ahora solo era un recuerdo. “Quisiera volver a verlo... Podría enamorarlo está ves. Quiero intentar hacer las cosas bien” era lo que pensaba. Había terminado ya su carrera, solo iba a la institución a ayudar a los estudiantes que no podían en algunas materias.

Iba tan concentrado que no notó a la persona que estaba frente a él, chocando con su espalda.

Una espalda fornida, ancha y musculosa se veía.
El pelinegro parpadeo un par de veces de manera rápida
se levantó y grito «¡lo siento!» antes de salir corriendo.

Aquel hilo rojo apareció en sus meñiques, uniéndolos.
¿Por qué ahora?
Era la pregunta que resonaba en la cabeza del albino.
Él no creía en el destino y aquel hilo rojo solo era una muestra de que odiaba el mundo.

Miró al pelinegro correr y no lo siguió.
No lo conocía de nada, ¿verdad?
Estaba en un estado de trance, miraba su mano y movía su meñique con vehemencia, estaba molesto.
Su mandíbula tensa era muestra de ello.
«¿Fukuzawa? ¿Qué sucedió?» se escuchó la voz de un hombre
adulto, se acercaba a él. Trato de hablar,
pero la voz no salía.
El adulto solamente se agachó a recojer algunos exámenes que estaban tirados en el suelo.
«¿Golpeaste a alguien?» soltó.
Mirando como el albino apretaba sus manos en forma de puño.
«No. Él chocó conmigo y salió corriendo.»
Esa fue su única respuesta. El adulto, aún incrédulo se echó a reír.
«Así que... Ya encontraste el otro lado del hilo» dijo, riendo más llamando la atención de la gente.

Y si las miradas mataran, él ya estaría más que muerto.

Aquella mirada tan fría como el hielo se suavizó en cuanto desvío la mirada. Un gato se había cruzado en su camino.
«No debes temer. Ese chico... Será digno de ti.»
Dijo el adulto mirando el nombre escrito en las hojas.
«Se que no crees en el destino. Pero no tenemos más opción que aceptar lo que nos toca, él fue elegido como tu destino por algo. Debes de tener tus ideas claras.» dijo y cuando notó que tenía toda la atención del albino, continuó.
«Se dice que el hilo rojo jamás se romperá a pesar de todo.
Pero solo hay una cosa que puede romperlo.
Nosotros mismos.»
Sonrió divertido mientras veía las reacciones del menor.
«Nuestras acciones y palabras son tan filosas como unas tijeras, ¿comprendes?» cuando el mayor dijo eso, el joven asintió, aún sin interés en el destino.
«Si tus acciones hieren a esa otra persona... Crearás unas tijeras que serán capaces de cortar aquel hilo.»
Comenzó a caminar con el joven a lado de él. Sonrió. Sabía que aquellos jóvenes “no se conocían”, sabía que podrían llegar a odiarse.
Conocía bien a aquel joven de cabellos negros.
Si, había visto toda la situación y le había parecido un poco gracioso.
Suspiró y con ese pensamiento, se dirigió a un restaurante de sushi mientras el joven lo seguía en completo silencio.


.

Sinceramente me quedé sin ideas, así que no se que va a pasar. Ni cuántos capítulos va a tener. Solo se que lo haré en este mismo momento porque sino la inscripción se va.
Esta idea me surgió en la madrugada mientras estaba en mi momento de esquizofrenia y ajá.
Espero lo disfruten.

Y perdón por las fallas ortográficas, no las suelo notar mucho y ahora con los estudios mucho menos... Mañana empiezo a ir a la escuela y siendo sinceros... Tengo miedo.
Debería estar durmiendo en lugar de estar editando esto... En fin...
Moriré.
¡Bye!

𝓜𝓲𝓶𝓲_𝓥𝓰𝓵.  

Hilo Rojo. [FukuMori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora