Capítulo III

217 14 1
                                    

༻♥♥♥♥♥༺

Después de hablar con Fukuzawa y aclarar la mayor parte de sus dudas con respecto a Mori. Natsume por fin salió de aquel departamento, ahora los jóvenes estaban solos, en sus pensamientos y con mil preguntas más en la mente. O al menos así estaba el albino. Observaba a Mori correr de un lado para otro, llevaba diferentes cosas de la clínica que le había encargado Natsume antes de irse. Aún llevaba ese atuendo, cuando se agachaba, cuando estaba quieto, cuando pensaba, cuando sonreía, cuando se sonrojaba... Todo eso le provocaba algo dentro de él. Pero, ¿por qué? ¿Por qué tenía que ser así? Si aquel joven solamente era un mimado, que quería que las cosas salieran en su beneficio aunque había que aceptar que hacía cosas muy buenas. Pero aún así estaba esa incógnita dentro de su cabeza. Ese 'por que' estaba muy metido dentro de él. «Fukuzawa» le llamó el pelinegro por... Ni siquiera sabía cuántas veces lo había llamado, el albino lo miró molesto y curioso, debía ser importante si lo había sacado de sus pensamientos. «Ah... Perdón no quise interrumpir es solo que... Olvídalo» dijo cuando el entrecejo del mayor se fue arrugando aún más. "A ese paso se hará viejo aún más rápido. Pero no puedo quejarme, me gusta tal y como es" pensaba Mori mientras caminaba a su habitación después de unos largos minutos de andar corriendo por todo su departamento.

Fukuzawa estaba molesto. Ya se había acostumbrado a una rutina y se había acoplado muy bien a la personalidad de Mori Ōgai. Solo había ese detalle de no poder leerlo, a veces, pues otras era como un libro abierto.

Al estar aún pensativo con lo que le había dicho Natsume hace un par de horas atrás. Decidió ir a ver al menor, su instinto le decía que está vez, no debía dejarlo solo. Aunque no sabía porque. O tal vez si lo sabía, más que nada por el dolor que sentía en el dedo, justo donde estaba su hilo colgado. Habían discutido después de que Natsume se fuera. Fukuzawa le había dicho que solo era un omega tonto que no sabía cuidarse por si solo, que era un mimado y que si fuera un gato, sería uno gordo y feo, que nadie lo querría así. Aunque eso último no debía porque afectar al menor... Pero lo hizo, más de lo que debería. Solo había sido un impulso, realmente no pensaba de esa manera, ni siquiera sabía que pensar al respecto. Dejo de lado sus pensamientos y se dedicó a caminar el largo pasillo hasta llegar a la habitación del pelinegro, nunca había sentido tan largo aquel sitio. Pero esos segundos se sintieron horas.

Al llegar a la habitación, sintió aquel aroma a vino, era leve, parecía que estaba a kilómetros, pero se sentía tan cerca. Siguió adelante y abrió sin tocar siquiera, encontrándose a un semi desnudo Mori que en cuanto lo vió, corrió hacia él con la intención de cerrar la puerta mientras parecía un tomate de lo rojo que estaba. «¡Por Dios, Yukichi!» gritaba, sin darse cuenta de qué lo había llamado Yukichi y no Fukuzawa, pero el mayor no le tomo importancia. Solo veía el cuerpo del menor. Deleitándose con los rasgos finos que su condición de omega le dejaban, a pesar de una que otra herida que se veía al rededor de su torso y brazos. Pero eso le daba un toque sensual, le encantaba. «¡Pudiste tocar antes de entrar! No hagas eso de nuevo. ¡Es tan vergonzoso!» gritaba entre chillidos infantiles. En lugar de ir a cambiarse, debía de admitir que le encantaba que Fukuzawa lo mirara tanto, pero conociéndolo no sabía que pensar. Aquel hilo estaba tan tenso que parecía a punto de romper. Lamentablemente eso no sucedió. "No quiero que se rompa" pensaba Fukuzawa. "Pero aún no se que es lo que siento... es complicado, el aroma de Mori es leve... Pero huele igual al omega que me cuido hace tiempo. ¿Por eso Natsume-sensei me pidió que prestará atención al entorno con Mori? No recuerdo mucho de ese suceso... ¿Qué tiene que ver Mori en esto?" solto un suspiro, dejando de hacer presión en la puerta y salir de la habitación del menor, este cerró rápidamente. No quería admitirlo, pero estaba demasiado avergonzado. ¿Por qué ahora Fukuzawa se comportaba así? ¡No entendía nada! Estaba tan molesto, pero consigo mismo. Olvidar un detalle tan simple le hacía sentir tan estúpido, además no se trataba de cualquier persona, se trataba de Fukuzawa Yukichi, él no era tan fácil de leer, no sabía que es lo que pensaba y eso le avergonzaba aún más.

Hilo Rojo. [FukuMori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora