Capitulo 2: La conversación inesperada

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No hay nada más dulce que un recuerdo. Es la única bien que no nos deja nunca"
                                              

El hombre se inclino hacia mi y susurró: -¿Crees en el amor a primera vista?-
Me quede paralizada, y no supe que responder. El corazón me latía a mil por hora, y tenía la boca seca.
-No... no lo sé- balbuceo, desconcertada.

El hombre se reclinó en su silla y sonrió.
-No te preocupes, no era una pregunta seria-dijo.-Solo quería romper el hielo, ya que no tenía ninguna idea de qué decirte.
Me relaje  y me reí
-Bueno, eso sí que funcionó- dije y ambos nos reímos
-Quizás podríamos hablar de una película- Dijo el hombre
-Sí, sería un buen tema- respondí
-¿Cuáles son tus películas favoritas?",
preguntó-
Pense un momento.
-Tengo muchas- dije- pero, si tuviera que escoger una, creo que diría “Lalaland“
-¿Por qué? - Me preguntó
-La película 'La La Land' me gusta porque es muy emocionante y romántica- Le dije -Es una historia sobre la pasión, la perseverancia y el amor, y me encanta ver cómo las personas se enfrentan a los desafíos en busca de sus sueños.
El hombre asintió.
-Es una película muy inspiradora- dijo.
¡Espera!-exclamé - Creo que estamos cayendo en un cliché. ¡Nunca hemos dicho nuestros nombres!
El hombre se echó a reír.
-Tienes razón. Perdón, me llamo Leo. Y tú, ¿cómo te llamas?-
Sonreí- Me llamo Dulce- dije
-Bueno, Dulce, es un placer conocerte-dijo Leo.
Leo se inclinó hacia delante y me miró a los ojos.
-No creo que te estés tomando el café solo, ¿verdad?-dijo Leo, riéndose.
Le lancé una mirada suspicaz.
-¿Por qué lo dices?-pregunté
-Bueno, porque me parece que hay algo raro en este café- dijo Leo en tono de broma.
Arqueo una ceja y cambió de postura en su silla.
-¿Qué te parece raro?- dije, acompañando su pregunta con una mirada divertida.
Leo bajó la voz, como si quisiera compartir un secreto.
-Te diré, pero me tienes que jurar que no se lo contarás a nadie- dijo en tono de conspiración.
Leo me miró a los ojos y yo sentí un cosquilleo en mi estómago, pensé “que está pasando? me pregunté.
-No te preocupes, no quiero comerte“ dijo Leo, mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Lo sé!- exclamé, y me reí.
- De todas formas, me parece que hay algo raro en este café- dijo Leo, mirando alrededor. -No te diré nada más-dijo en tono de broma.
-¡Te prometo que no lo diré!- dije.
-Bien, te lo voy a decir. Creo que... hay algo extraño en la leche- dijo, acompañando las palabras con un guiño.
-¡No, no, no!- dije, sacudiendo la cabeza. -¿No estás insinuando que la leche es una bebida mágica?- pregunté, sonriendo.
Eso sería demasiado bueno para ser verdad-dijo.
-Bueno, pero es divertido imaginarlo-dije. -Eso es verdad-dijo.
-Así que, ¿crees que la fantasía es una forma de escape de nuestras vidas y de nuestras responsabilidades?-preguntó.
-No creo que sea solo una forma de escape, sino también una forma de innovación y de libertad de pensamiento-dije
-Esta conversación ha sido realmente fascinante. Me has dado mucho en qué pensar. Pero, ya me tengo que ir a casa-dijo. -Gracias por compartir conmigo esta conversación-dije.
-Lo he pasado muy bien y espero que también lo hayas hecho tú- dijo.-Bueno, me gustaría pedirte tu número de teléfono, solo para poder enviarte mensajes de vez en cuando- dijo Leo.
-Sí, no hay problema. Me parece bien-dije. -Genial. Gracias por tu confianza- dijo Leo. -No abusarás de ella, ¿verdad?-dije, bromeando.
-Por supuesto que no. Solo quiero que sepas que puedes hablarme libremente, sin ningún tipo de temor o preocupación. Soy un buen oyente- dijo Leo.
-Y también eres una buena persona con la que hablar-dije emocionada.
-Eso espero. Y quiero que sepas que puedes contar conmigo en cualquier momento-dijo Leo.
Mis ojos estaban clavados en los de él, y no podía apartarlos. La tensión en el aire era palpable. Era como si todo girara en torno a él y a mí. Yo nunca había experimentado nada como eso. Entonces, de pronto, él tomó mi mano y la tomó con delicadeza. La sorpresa me dejó sin habla.
Fue como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento. Él tenía una mirada tan sincera y genuina que lo dejó sin palabras. Me sentí conmovida hasta la médula. El calor de su mano en la mía me dejó sin aliento. No podía apartar los ojos de él, ni por un instante. Estaba embelesada.
Pero, luego, me acordé de lo lastimada que había estado por el final de mi relación. No quería volver a pasar por eso. Necesitaba estar segura de que mis sentimientos estaban sanos antes de meterme en algo nuevo. Leo me saco de mis pensamientos al hablar
-Bueno, será mejor que regresemos a nuestras casas. Es tarde - dijo él, mirándome con cariño.
-Sí, eso es lo mejor! Fue un buen momento-dije, con una sonrisa.
-Además, no te conviene llegar a casa muy tarde. Tienes que descansar y tener fuerzas para el día de mañana- dijo él, con un tono de preocupación.
-Es verdad. Tengo que madrugar mañana. Y tú también debes descansar.
-Bueno, es hora de que me vaya- dije, mientras me ponía de pie.
Leo también se pone de pie y salimos de la cafetería. Nos despedimos de la mano y me dijo que me mandaría mensaje.
Mientras caminaba por las calles vacías y tranquila, sentía que mi mente estaba en paz. Pensé en la conversación que había tenido con Leo, y lo agradable que había sido. Cuando estaba por llegar a mi casa de repente, noté que mi celular vibraba en mi bolsillo. Cuando saqué el teléfono, vi un mensaje de Leo. Sonreí, curiosa por ver qué decía.
"La verdad es que me gustaría conocerte mejor. Estaría encantado de poder verte otra vez y pasar tiempo contigo, si eso te parece bien" decía el mensaje.
Mi mente estaba en un torbellino. No sabía qué responder.

El Laberinto Del Recuerdo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora