Capitulo 3: La pregunta

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Decidí tomarme un momento y pensar bien mis palabras antes de responder.
Llegué a casa mis perritos Zeus y Bobby ladraron y saltaron en mi dirección al verme entrar por la puerta. Zeus era un golden retriever de color amarillo oscuro. Bobby era un yorkshire terrier, con un pelaje negro y reluciente. Los dos perros me rodeaban, lamiendo las piernas y moviéndose en mis brazos, presionándome con suavidad. Me sentí rodeada de afecto y cariño. De repente veo a mi mamá. Le doy un beso en la mejilla y siento su calidez. Puedo sentir el aroma suave y delicado de su perfume. Es como si todo lo que mi mamá ofreciera fuera una paleta de cálidos colores, y  me siento rodeada de esa luz. Me mira y sonríe, mientras me dice
-¡Bienvenida, Dulce!  ¿Cómo ha sido tu día?
-Ha sido un día muy especial, mamá. He tenido muchas cosas en las que pensar.- le digo
Mi mamá es una mujer alta, con una figura delgada y erguida. Su cabello es castaño oscuro y suele llevarlo recogido en una coleta. Su rostro es redondo y tiene unas pequeñas arrugas alrededor de los ojos, sus ojos son cafés . Tiene una nariz pequeña y bien formada, y unos labios finos.Mi mamá trabaja como asistente de oficina en una empresa pequeña de su ciudad. A pesar de ser un trabajo que no era muy bien pagado, disfrutaba mucho de su trabajo. A ella le encanta trabajar en un ambiente en donde podía sentirse útil y ayudar a otras personas.

-Todo va a estar bien, Dulce- dice mi mamá de una forma suave y cariñosa. -Tienes un corazón valiente, y ese corazón te guiará hasta una nueva aventura. Y cuando estés lista, encontrarás a alguien que te merezca y que sea bueno contigo.
No puedo evitar sentirme aliviada al oírla decir eso.
-Mamá, gracias por creer en mí-le digo, un poco con la voz entrecortada. -Es difícil imaginarme en otra situación, con otra persona. Pero sé que tienes razón. Con el tiempo, encontraré el equilibrio.
-Estoy segura de eso- responde ella.-Enfócate en ti. Haz las cosas que te hacen feliz.
-Gracias, mamá- le digo.-Me haces sentir mejor. Me haces sentir un poco más fuerte.
-Por eso estoy aquí, Dulce. Para ayudarte a ser la persona que tú quieres ser, para ayudarte a tener el corazón abierto y lleno de esperanza.
-Gracias mamá- le digo mientras le doy un abrazo
-Dulce vamos a comer -me dice y nos dirigimos a la cocina.
Mi madre me sonreía mientras ponía la mesa.
-¿Cuál es el menú?-le pregunté.
-Arroz, verduras y pollo. Y sé que te encanta el pollo- me dijo, sonriendo.-Espero que te guste la comida, Dulce. He puesto mucho esfuerzo en prepararla
Sonrío y le digo- Estoy segura de que estará deliciosa
Empiezo a servirme un plato y empezamos a comer.
Mientras estoy hablando con mi madre, veo a Bobby acercándose. Avanza hasta la mesa y nos mira.
-¡Ahí está el celoso!- dice mi mamá.
-Se nota que siente un poco de envidia- le digo a ella.
-¡Ya veo! Es que quiere atención también-dice mientras se inclina para acariciar a Bobby.
La conversación continúa durante un rato más, y entonces decidimos lavar los platos. Mientras trabajamos en silencio, escuchamos música en la radio. La sensación de familiaridad y confort me provoca una sonrisa y un sentimiento de calidez.
-Bueno, creo que ya es hora de ir a dormir- dice mi madre, mientras se seca las manos. Yo asiento y la abrazo.
-Gracias por la cena y la conversación- le digo.
Me da un beso en la mejilla. Nos despedimos y cada una va a su habitación.
Después de lavarme los dientes y ponerme ropa de dormir, me acuesto en la cama. Tomo mi celular,abro el mensaje de Leo y le respondo:
"Me gustaría conocerte más, Leo, pero necesito ir lento. Acabo de terminar una relación y todavía estoy procesando todo", escribo.
Siento una mezcla de alivio y de esperanza mientras pienso en lo que acabo de escribir.
Mi móvil vibra y veo que Leo me ha respondido:
“Comprendo. Estoy dispuesto a ir a tu ritmo, Dulce. No te presionaré para nada. Quiero que estés cómoda. Si solo quieres platicar o simplemente vernos, todo bien. Me da gusto que hayas tenido la confianza de ser sincera conmigo."
La verdad, me sorprende esa respuesta y me siento aliviada. Decido responderle con sinceridad.
"Me siento muy agradecida por tu comprensión, Leo. Me da gusto tener alguien con quien pueda hablar de estas cosas. Te lo agradezco de corazón."
Cierro la aplicación y me siento un poco mejor. Sé que todo está bien, que tengo la posibilidad de avanzar en mis propios términos.
Finalmente, me quedo dormida. Al día siguiente, despierto con el sonido del despertador y me levanto con un suspiro.
Me preparo rápidamente, me visto y empacó mis cosas para ir a la universidad. Salgo de mi habitación y me encuentro a mi madre  -Buenos días, mamá-le digo.
-Buenos días, cariño- me responde.-¿Qué quieres desayunar hoy?-
-Me apetece una copa de zumo de naranja y un pan tostado-le digo.
-¡Claro que sí! ¡Voy a prepararlo para ti-dice ella.
Mi mamá y yo estamos a punto de salir por la puerta, cuando veo a Bobby y a Zeus observándonos desde la sala.
-Bueno, muchachos, tengan un buen día. Deben portarse bien- les digo.
Los dos perros ladran en respuesta, como si me entendieran. Nos despedimos de ellos y nos vamos.
Estamos en la parada del autobús, esperando a que llegue. Yo estoy hablando con mi madre sobre mis planes para el día, mientras ella me escucha con atención. Estoy contenta de tener estos momentos con ella, pues eso me permite conectar y compartir mis pensamientos con ella. Finalmente, llega el autobús y nos subimos.
Nos sentamos juntas disfrutando de la conversación.De repente, señala la parada y dice:
-Esta es la mía. Te veo luego.
Yo asiento y le digo:
-Adiós, mamá, que tengas un buen día.
Ella me sonríe y sale del autobús.
Ahora que mi mamá ha bajado me pongo a escuchar musica para que el trayecto del autobús no se vuelva aburrido.
Me doy cuenta de que he llegado a mi parada. Salgo del autobús y camino hacia la universidad. Mientras caminaba, no dejo de pensar en lo afortunada que soy de tener una madre como la mía, de poder hablar con ella de mis sueños y objetivos. Es una relación que aprecio mucho y no podría imaginar una vida sin ella.
Llego a la clase y veo a mis amigas Alicia y Elena. Las saludo con una sonrisa y me siento con ellas.
-Hola, chicas. ¿Cómo están?-pregunto.
-Muy bien, gracias - responden las dos al unísono -
-Saben,estuve ayer en una cafetería y noté una presencia junto a mí. Me di la vuelta y vi a un chico apuesto. Me sonrió y me dijo 'puedo preguntarte algo'. Yo le sonreí y le respondí. Empezamos a hablar y la conversación fluyó de una forma muy natural.
Alicia y Elena se quedan mirándome expectantes.
Eso suena maravilloso - dice Alicia, mirándome a los ojos -Pero ¿No te pareció algo riesgoso?
- Sí, en un principio me sentí un poco nerviosa - respondo -pero hay algo en él que me inspiró confianza.
-Eso suena bastante especial - dice Elena - Debe de ser la clase de conexión que te hace sentir como si hubieran estado destinados a conocerse. ¿Qué pasó después?
-Bueno, hablamos un poco más,me dijo que hablaríamos de nuevo, así que le di mi número de teléfono. Me mandó mensaje diciendo que quería conocerme mejor,le comenté que había terminado una relación y quería que fuera todo lento.
-Eso fue muy sabio de tu parte - dice Alicia -. Es importante que tomes tu tiempo y no te apresures en nada. Es mejor ir con cuidado y hacer las cosas bien
Entonces, en ese momento, la puerta de la clase se abrió y el profesor entró. Todos los estudiantes se sentaron en silencio. El profesor se dirigió al frente de la clase y comenzó a hablar. Estaba hablando sobre la lección del día cuando de repente, sonó el timbre. El profesor dijo:
-Bueno, eso es todo por hoy. Nos vemos mañana
Los estudiantes se levantaron de sus asientos y comenzaron a salir de la clase. Yo me reuní con mis amigas y nos dirigimos al comedor para comer algo. Mientras comíamos, Alicia me preguntó
-Cómo te sientes respecto a lo del nuevo chico?
-Por cierto se llama Leo- le respondí -. Estoy emocionada, pero también un poco nerviosa.
-Tienes todo el derecho a sentirte así - me dijo ella -. Es normal sentir una mezcla de emociones cuando se conoce a alguien nuevo. Pero recuerda, hay que darles una oportunidad a las cosas-.
-Tienes razón - le dije
-Una vez me pasó algo parecido - dijo Elena-  Me enamoré de alguien, pero no estaba segura de lo que sentía. Decidí darme tiempo para aclarar mis sentimientos y resultó ser una gran decisión
-Parece que lo sabes todo sobre cómo manejar las relaciones - le dije, admirada por su sabiduría -.
-No sé si es así. Aprendí por las buenas y por las malas- dijo ella, con una sonrisa meditabunda -.
-La mayoría de las veces simplemente he seguido mi corazón y mi intuición. Y la verdad, no me ha fallado. Claro, hay veces en que no ha sido fácil. Pero, al final, todo siempre resulta bien
Estaba tan absorta en la conversación con Elena que casi no oí el sonido de mi celular. Un mensaje de texto acababa de llegar. Saqué el teléfono y vi que era de Leo. Me sonrojé un poco y sonreí.
-Disculpa, tengo que atender un mensaje" - le dije a Elena, mientras abría el mensaje.
"¡Hola, Dulce! Solo quiero saber cómo estás. Espero que estés teniendo un día bonito. Espero que todo esté bien". Me sentí complacida por su mensaje.
"Gracias, Leo. Es lindo saber que me has enviado un mensaje. ¿Qué has estado haciendo?". Esperaba su respuesta con ansiedad.
A los pocos minutos, mi teléfono vibró de nuevo. Era el mensaje de Leo.
He estado en el gimnasio y tú :D“

El Laberinto Del Recuerdo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora