a los ojos de un rey sabio lo mas importante para su reyno es mantener a su gente a salvo para que ellos prosperen para el futuro habiendo en el pasado ejemplos de reyes que pusieron a su gente ante todo antes que su propia vida para que su reinado siguiera de pie , pasando a ser llamados como Leyendas en la humanidad siendo recordados por su actos mas importantes
uno del cual la humanidad consideraba el inicio y el fin de la magia fue durante el reinado de Artoria pendragon nacida en tiempos de caos y guerra que comenzaron con la desintegración del Imperio Romano. Aunque se creía que era indestructible, el Imperio estaba esperando su destrucción a manos de los invasores bárbaros. En preparación para la guerra contra el enemigo, Roma privó a la isla de cualquier fuerza militar destacada allí. Una vez Britania perdió la protección del Imperio no volvió a recuperarse como provincia romana; dividiéndose poco después en varios países pequeños. En ese tiempo de invasión bárbara y auto-destrucción entre clanes empezó un largo periodo de guerra que más tarde se conocería como la «Era Oscura». Artoria nació en ese tiempo como heredera al trono, hija del rey de Bretaña, Uther Pendragon, y la mujer de ojos azules Igraine, quien fuera la esposa del vasallo de Uther, el Duque de Cornualles. El rey, creyendo en la profecía de Merlín, anheló el nacimiento de su esperado sucesor, pero el niño que tuvo no era el que deseaba
Cuenta la leyenda que Artoria fue dejada al cuidado de Merlín como premio por asegurar el amor de Uther por Igraine, diciendo: «Profetizo la llegada del niño, que cargará un gran destino, y protegerá a la familia real». Pero la realidad era que Artoria no era un chico, así que el rey no podía hacer de ella su sucesora incluso si estaba destinada a convertirse en rey. Ella fue confiada a los vasallos del rey y criada como la hija de un simple caballero. En tanto el rey cayó en desesperación, Merlín estaba encantado pues el sexo del que se convertiría en rey no importaba. Él estaba seguro de que el hecho de que ella fuera apartada del castillo era la prueba de que llegaría a ser rey
con el pasar del tiempo hasta la hora de ser declarada como rey de Bretaña durante la prueba de sacar Caliburn de la roca renuncio a dicha prueba por lo que suponía llevar a ser eso siendo que debía renunciar a su humanidad para porta la espada de la victoria , ante aquello prefirió dejarla de lado para conservar su humanidad y utilizar la arma por la fue conocida dicha arma era Rhongomyniad ( Lanza sagrada)
pero como todo inicia en su momento tenia que acabar llegando su final para que la humanidad diera el siguiente paso por si mismo sin depender tanto de lo que era lo mágico así con el pasar del tiempo la humanidad avanzo recordando los actos que formaron la leyenda del Rey Arturo , a un que para la misma el tiempo fue paso como un abrir y cerrar de ojos viendo como de un momento a otro estaba en los ultimo lechos de su vida para aparecer entro lugar desconocido haciéndola estar alerta , pero no siendo nada con lo que no pudiera lidear
los primeros días que estuvo consiente de su entorno desconocido comprobó que su estado anterior deplorable cercana a la muerte ahora estaba muy lejos de eso estando en su mejor momento antes de que comenzaran las guerras de Bretaña , pero eso eran cosas del pasado en las que no pensaría demasiado
estuvo explorando las nuevas tierras donde se encontraba encontrando que eran bastantes diferentes a lo había visto en Bretaña por que en vez de que en ese lugar haya caballeros para defender a la gente estaban los que eran llamados ninjas , hombres que asesinaban entre las sombras sin honor alguno a los objetivos que eran selecciones teniendo precios por sus cabezas en lo que era llamado el libro bingo estando las personas mas resaltantes de la era , algo que encontró bastante útil obteniendo información de las personas mas relevantes de clasificación S
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De la esperanza a la Traición
FanficEn un mundo donde la esperanza brillaba como una estrella, caí en el abismo de la traición, pero aún conservo el resplandor de mi propia verdad