El bailarín. Hoseok y TN. One Shot

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Han pasado un par de días de la discusión con Hobi, no le he querido dirigir tan sólo una palabra, tan sólo paso por su lado sin hablarle o menos mirarlo, a veces pienso en que estoy siendo más severa y exagerada por enfadarme de lo que debería pero la verdad es que si me siento sola.

Este es el tercer día que estamos en esta situación, son las 5 de la madrugada y ya estoy secando mi cabello para maquillarme e ir a trabajar, Hobi aún está dormido, ha regresado a la habitación a dormir pues no soy tan mala para tenerlo en el sillón por la eternidad.

Sentada en mi tocador maquillandome pude visualizar a Hobi mirándome a través del espejo, sus ojos reflejaban una chispa de tristeza, la verdad era que yo lo extrañaba mucho pero mi testarudez no me dejaba dar un paso en atrás.

Traté de seguir maquillandome ignorando el hecho que mis nervios estaban de punta al ver a hobi tan pendiente de mí.

Hobi se levantó de la cama y se dirigió a la ducha, su silueta perfectamente dibujada por los dioses era de infarto para mí, solía dormir solo con boxers así que deguste de una maravillosa vista mientras pasaba tras de mí para dirigir sus pasos en dirección a la ducha.

En lo que él estuvo ahí acabe de maquillar y peinar, estaba en el closet buscando que atuendo iba a usar este día cuando sentí tras de mí su respiración en mi nuca, era suave casi imperceptible, sus grandes manos se posicionaron en mis caderas y apego su cuerpo al mío haciendo notar lo evidente, ya estaba listo y dispuesto para mí, como lo estaba desde el momento en que lo conocí.

Giro mi cuerpo para encontrarme con el con su cuerpo mojado, las gotas perladas que caían de su cabello mojado rodaban por su rostro y sus labios rosados entreabiertos tenían una pequeña sonrisa coqueta dibujando un corazón cuando está se amplió.

Sus ojos oscuros e intimidantes brillan de lujuria y perversidad, recorrían su presa en asecho como si fuera la presa más exquisita que fuera a devorar con gusto.

Mi sangre hervía y fluía de manera agresiva por todo mi sistema acumulándose tanto en mis mejillas que comenzaron a sonrojarse y a mi entrepierna que ya se estaba humedeciendo ante su sola presencia.

Me di el lujo de recorrer su cuerpo con mi mirada para detenerme en el prominente bulto ocultó tras la toalla blanca sujeta a su cintura.

Pasaron unos segundos mirándonos fijamente a los ojos, ninguno de los dos pestañeaba, ni pronunciaba palabra alguna, su mirada quemaba la mía, me consumía por completo en sus ojos este hombre posee la habilidad de desestabilizar todos mis sentidos con solo existir y el está consiente de eso.

Tomó mis caderas apegandome a su ser y masculinidad, el olor fresca de su piel era una delicia, mis manos de manera instintiva se posaron en sus hombros y un casi inaudible jadeo se escapó de mis labios al sentir su respiración en mi oído.

Por mero gusto de llevar todo esto al nivel de tortura, tomo mi rostro y se detuvo justo cuando sus labios rozaban los mios para luego alejarse con una risa triunfante quitándose la toalla mientras caminaba dejando ver sus lindas posaderas desnudas.

Simplemente me dejó atónita mirando como se bestia y arreglaba para salir a trabajar, me dejó encendida como la caldera más ardiente en este planeta y eso no va a quedar así .

- Está tarde paso por ti a tu trabajo.

- Dijo acomodándose la camisa dentro del pantalón.

- Y eso a que se debe.

- Pregunté acercándome a el quitando sus manos de ahí para yo meter las manos en su pantalón y acomodar la camisa, metiendo la mano sin pudor alguno dentro e interrumpiendo en su boxer para acariciar a la bestia que ahí habitaba.