El canto de la sirena

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Una mano apareció frente a él con una carta en ella, sabía quien era así que rápidamente volteó a verlo

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Una mano apareció frente a él con una carta en ella, sabía quien era así que rápidamente volteó a verlo. Kai se encontraba ahí mirándolo con una sonrisa boba, algo tramaba pero no se iba a mover de ahí hasta que agarrara el pedazo de papel que traía.
Junto al castaño también estaba Zane quien también tenía una sonrisa, al parecer los dos jóvenes estaban planeando algo a sus espaldas, no le sorprendía ya que no era la primera vez que hacían estas cosas. A veces se trataba de alguna broma y otras de una sorpresa más agradable.
Cuando Cole lo abrió vio que era una invitación a un acuario, nunca había ido a uno y jamás pensó que en esta playa tuvieran uno (aunque tenía mucho sentido que hubiera por la cantidad de animales marinos que se encontraban en el mar. Serían tontos si no aprovechaban el momento).

- ¿Qué les hace pensar que iré? - preguntó aburrido y cansado. No era muy fan de eso y claramente ya habia captado las intenciones de esos dos.

- Te llevaremos a la fuerza. No te vas a quedar sin hacer nada en esta casa - Kai se cruzó de brazos decidido -. Vamos hombre, te va a encantar, necesitas respirar aire fresco, además la idea fue mia. Debes considerarla.

Zane asintió.

Sin duda sus vacaciones no habían sido muy buenas después de haberse cruzado con esa sirena, desde ese día ha estado pensativo creyendo que ya estaba apunto de volverse loco, algo que sus dos amigos notaron de inmediato y solo tenían menos de una semana aquí. Tampoco deseaban que el más grande se quedará encerrado y asustado de por vida.
Como buenos amigos que eran decidieron que la mejor forma de hacer que supere ese pequeño miedo es llevarlo ahí, aunque a Cole no le guste, lo harían.

- Uhmm - Cole miró al techo dando unos suspiros muy largos - ¿No tengo otra opción verdad?

-La verdad no muchas - respondió Zane. - Almenos que lo reconcidere.

Kai le dio un pequeño codazo a Zane, este simplemente se limito a reírse forzadamente.
El castaño dio un suspiro de molestia y Cole solo se dio una palmada por la situación tan incomoda que estaba viviendo.
Aunque eran idiotas, de cierto modo le alegraban el día.

-¿Iremos ahora? - volvió a preguntar.

- ¿Quién dice que ahora? - la sonrisa de Kai se amplio dejando ver sus verdaderas intenciones y que no se lo había comentado al rubio platinado por obvias razones.

[...]

Había llegado la noche, las estrellas y la luna eran las reinas ahora. Muchas personas ya estaban dejando el lugar de inmediato, solo faltaba una hora para darle fin a ese día.

Por supuesto no podía faltar el trio de amigos que decidieron venir una hora antes del cierre, Cole se estaba maldiciendo por acceder tan fácil a este plan tan tonto y más viniendo de Kai, que muy claramente era una pésima idea, pero ¿Podían culparlo?

Zane era el único siendo razonable porque ya tenía malas experiencias con ellos. Situaciones que les dejo una fea marca pero con una bonita aventura que contar.

One shots bruisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora