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No puede dejar de ver a todos lados cuando me ven tomada de la mano con Sergio, la cara de cada tipa y hombre, me hace sentir poderosa, miro a la de recepción seque no le agrade, sonrió con descaro.

Si queridas mírenme y admírenme logre que unos de los mayores logros de esta empresa se fijara en mí, corrección no logre nada el solo se puso, me quiso y aprovecho la oportunidad que le di.

Lo que ustedes no pudieron tener solo en sus más íntimos sueños cliché yo ahora soy novia de uno de los socios, aprendan.

Sergio es apuesto, atlético y claro logra satisfacerme, aunque no lo amo, ni lo quiero solo me sirve para mis intereses, hombres como el nadan en mujeres, me mentalizo sé que él está hipnotizado por mi belleza y mi inteligencia, una mujer como yo no ha conocido.

No soy tonta cuando la magia desparezca y algún comentario mal intencionado salga hacia mi parte el tendrá dudas, demasiadas por nuestra clase social, pero para eso el estará tan perdido que todo aquello hará lo que sea por complacerme, la victima soy yo.

Me sonríe cuando entramos al levador, sigue aferrado a mi mano con fuerza, marca territorio, hombre macho debía ser.

Quiero ver la cara de Pedro, solo me interesa su reacción no la de estos imbéciles que deben estar pensando que soy una puta por abrirle las piernas, si le abrí las piernas nadie es santo de sus propios demonios.

Es tan normal que en un hombre no lo clasifiquen de ser descarado, que puede meterse con cualquier mujer si ser prejuiciado, en cambio yo seré la que cargue con ello, puedo escucharlo y hasta arder mis orejas como dice ese dicho.

Se metió con Sergio Bustamante el heredero del gran imperio de publicidad, de seguro se le metió en la cama y el pobre no sabe la fichita de mujer, pobre alma, todas esas pendejadas.

No niego soy ambiciosa, aspiro a mas, quiero escalar, hay riesgos no soy estúpida, pero antes de avanzar primero hay que ver donde uno pisa, más gente entra en elevador, Sergio me estruja de la cintura y me mira con un deseo voraz, darle una mamada y el culo se apendejan.

El jefe de relaciones nos mira frunce el ceño, Sergio saluda y no dice nada más que se queda perplejo y luego nos da la espalda para continuar.

Pasamos su piso y lo miro, el desea acompáñame como una damisela que no se vaya a perder, un minuto y estamos en el mío, salimos y miro de reojo a los demás empleados, que entran en el elevador.

Acaso no han leído historias cliché, si la vida real puede pasar, mis nervios empiezan a fluir cuando veo a Pedro con su celular no se ha dado cuenta, Sergio me acompaña a mi barandilla.

—Te veo más tarde, saldré a una junta.

—Por supuesto, ¿Tardaras mucho? —preguntó debo mostrarme tan interesada por mi novio.

—Claro que no nena, hare lo posible por estar a tiempo contigo, aun no pudo creerlo Jaz.

—¿Qué no puedes creer Sergio? —la voz de pedro nos hace voltear, una sonrisa dentro de mi florece—Espero que no estés acosando a mi chica—mis mejillas arden.

¿Chica?

—Déjame corregirte, que ya no podrás decirle mi chica a Jaz—Sergio me guiñe el ojo. —Jaz y yo estamos saliendo, es oficial.

La mirada de Pedro es de confusión mirándome, me pongo seria, hasta preocupada, le historia del novio es reciente, pero puedo decir a mi favor que Sergio me convenció que no era como los otros hombres, o que me tomo en un estado tan vulnerable.

La OtraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora