10

1K 69 38
                                    


—¿Esta mi hermana? —comento a su cuñado.—Y los bebes.

—Fue a comprar unas cosas, y los niños estan con mi madre, vaya te vez muy bien Jaz, la buena vida te está favoreciendo.

—Déjate de cosas, no estoy de humor.

—Vamos antes no decías eso.

—Antes solo eres un desfajé, nada más, crees que seguirá con esto, que me llenarías, solo te di lo que buscabas—el hombre solo apretó los labios.

—Que filosa estas, vamos no te hagas la difícil, sabes que no eres una perita en dulce Jaz, se mucho de ti. —ella solo sonrió, sabía que sacaría eso.

Un completo imbécil ardido, solo porque no piensa acostarse con él, lo mira y se pregunta en que estaba pensando realmente para meterse con ese idiota, miro la puerta entre abierta debería irse de aquí.

Miro al tipo alguien tan corriente y naco, le hizo un favor, el solo la recorrió con la mirada morbosamente.

—Sabes deja de verme así, solo fue mi momento más humilde, no quiero nada contigo, lo que paso, solo fue un poco de necesidad estaba algo sola y te aprovechaste—el solo tengo con el ceño fruncido.

—Jaz, vamos, sabes que yo me case con tu hermana por ti—confeso el, algo que jaz ya sabía.

—Dirás que te obligue, solo porque me negué a salir contigo, te metiste con mi hermana, y la muy tonta salió embrazada, como pudo meterse contigo, no es que me importara en lo más mínimo es solo que debió espirar alguien mejor, ella hace todo, te mantiene prácticamente, tu a veces no tienes trabajo y no haces nada para mejorar, quieres que mis sobrinos vivan en la miseria, a veces no tiene ni para tragar, y no te importa, sabes que mírate en un espejo, y tu maldita verga ni grande es, solo finjo tener un orgasmo, porque es fácil levantarte el ego aun hombre, pero tú nunca me has satisfecho.

—Eres una perra.

—Perra lo soy, me acosté con el esposo de mi hermana...

—¿Cómo? —preguntaron detrás de ella.

Jaz se giró al ver a su hermana ahí, había escuchado todo salir de la boca de Jaz, su hermanita, su hermana a quien quiere, como pudo decir todo aquello, las piernas te tiemblan como también siente que el aire le falta, Jaz se acerca ella se niega gritando histéricamente.

—No es verdad, escucha.

—¡NO! Cómo pudiste, te acóstate con él, te acóstate con mi esposo, sabes que yo lo amo, cómo pudiste hacerme eso, cómo pudiste meterse con él, en mi cara, desde cuándo.

—Espera...

—¡NO! NO... ¡Contéstame!

—Solo estoy bromeando—intento remediar la situación.

—Bromeando, me engañaste con él, y tú, lárgate de mi casa, ¡Lárgate!

—Teresa, vamos no para tanto—dijo el hombre.

—Te acóstate con mi hermana, y dices que no es para tanto, tienes la fachates de verme la cara ¡Que les hice! ¡Que te hice Jaz!

—teresa—intento acercar.

—No me toques—grito ella con una bofetada que Jaz apenas pudo reaccionar. —Como pudiste, me das asco, te haces decir mi hermana, y te acuestas con él, no puedo creerlo, sabía que eres una persona sin escrúpulos, que no te importa los demás, pero yo soy tu hermana, a que te ayudado a salir a delante y me pagas así, acostándote con él.

Jaz no sabía qué hacer, le dolía la mejilla, el tipo solo tomo su chaqueta y salió de ahí, mientras las dos hermanas se quedaron en completo silencio, Teresa no podía creer que Jaz la hubiera humillado de esa forma, meterse con su esposo, había tanta bajeza, aun defendiéndola de todo lo que se dice, de su ambición siempre la defendió, incluso sobre la forma en como mencionaba a su jefe, mientras es novia de Sergio.

La OtraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora