EPILOGO

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—Yo...Yo no quise —dijo Sofía temblando con él bebe en brazos.

—Tranquila, Sofía dámelo yo lo cargo necesitas que te revisen, puedes tener una fractura, más en tu estado —Comento Pedro al recibir la llamada que su esposa había sufrido un accidente.

Pedro tomo al pequeño que no dejaba de llorar una de las enfermeras necesita revísalo, ya que el pequeño apenas tenía solo dos días, de nacido, miro a su esposa afligida que no deja de temblar, esta ida, acaba de presenciar un accidente frente a sus ojos.

Ahora el debía darle las malas noticias a teresa, sabía que su hermana estaba internada en el hospital, se acercó a Sofía y ella asintió aun temblando de las manos.

Teresa miro a la enfermera cambiar las sabanas, aun no podía ponerse de pie, necesitaba que sus piernas reaccionaran había estado en coma varios meses y su cuerpo estaba de nuevo despertando, no sabía nada de su hermana y eso la alentó, era mejor por eso había decido que no quería cercas de ella.

Como también cuando Sergio regreso y la miro a los ojos, había tanto enojo en ellos y sabía que él había descubierto algo.

—Dime la verdad, tú lo sabias.

—Lo has descubierto, pero no sé qué tanto sabes.

—Lo suficiente para saber que tu hermana me vio la cara, como pudieron hacerme eso.

—Dirás que no me crees, pero tampoco sabía, ese dia del accidente Jaz, me lo confeso, y lo único que hice es provocarla que te dirá la verdad, y ella...Ella... —sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Teresa — se acercó a pesar del coraje que sentía.

—Ella logro salirse con la suya más meses, pero las verdades llegan saberse, lo siento Sergio eres un gran hombre, y agradezco que ayudaras con mis hijos cuando no tenías porque hacerlo, no era tu obligación, jamás poder pagarlo, ahora solo quiero recuperarme, pero no sé si me den de alta, y al ver creo que mis hijos deben estar conmigo.

—No puedo creer que ella se atreviera hacerte eso, Teresa, puedo ver que no eres como ella, en este momento tengo estoy lleno de rabia, me ilusione con ese niño, todos estos meses, como voy a ver el cuarto donde el estaría, que haré con sus cosas —Teresa lloro con el porque su hermana había lastimado a un buen hombre.

Teresa giro su rostro hacia la puerta para ver a Pedro, su semblante no le agrado para nada, mucho menos como él se miraba nerviosos, y entonces el hablo dejando a una teresa al borde del llanto.

Tuvo que armase de fueras ella para poder lanzar aquella flor en el féretro de su hermana. No la había visto desde que ella la empujo es así como sería la última vez que se iba a ver, miro a sus hijos y solo necesita a ellos, su fuerza de alentarse para seguir adelante, esperaba que Pedro le permitiera cuidar la pequeño Issac, al final Jaz logro su objetivo que ese niño fuera de él.

Al costo de irrumpir un matrimonio de mala manera.

Cargo a su hijo que se había perdido esos meses la faceta de verlo caminar por sí solo, lo llevo a los brazos, mientras su otro hijo lo tomo de la mano no había nada más que hacer ahí.

Miro a Sergio acercarse, y como el niño más grande corrió hacia él. Sergio se inclinó tomándolo en sus brazos.

Mientras Teresa no compendia que hacia el ahí.

—Sergio.

—Sé que es un momento difícil para ti, aun así, deseaba despedirme de ella.

—Claro, parece que se ha acostumbraron a ti —dijo Teresa al ver a su hijo feliz.

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