Natural (Shadownic/Sonadow)

Lazos amarillos

Días habían pasado desde que el moreno finalmente aclaró y aceptó sus sentimientos. Shadow había tomado la decisión de rendirse ante lo que estaba sintiendo, optando por dejarse llevar por las emociones en lugar de resistirse a ellas. Había llegado a la conclusión de que era mejor fluir con el río de sus sentimientos en lugar de luchar contra su corriente.

Por otro lado, el azulado se encontraba en una encrucijada emocional. Aunque en el fondo sabía muy bien lo que sentía, estaba luchando consigo mismo para admitirlo. La verdad era que ya se había dado cuenta, pero el simple acto de aceptar esos sentimientos le resultaba complicado y desconcertante. Era una situación extraña para él, algo que nunca antes había experimentado.

A lo largo de su vida, Sonic nunca se había visualizado junto a alguien de manera romántica. Ni siquiera con las gemelas del pueblo, a quienes solía coquetear cada vez que las veía. Siempre había sido independiente y libre, y el concepto de enamorarse y formar una relación seria simplemente no encajaba en su estilo de vida. Era como si el amor y la intimidad fueran un territorio desconocido por el cuál no tenía interés.

Pero ahora, con Shadow en su vida, todo eso estaba cambiando. A pesar de sus intentos de negarlo o minimizarlo, no podía escapar de la verdad. Cada vez que miraba al moreno, cada vez que compartían risas, momentos íntimos o simplemente estaban juntos, sentía algo más profundo que la amistad. Y aunque se resistía a admitirlo, sabía que era real.

Una tarde soleada, Sonic se encontraba paseando por el bosque del pueblo, buscando algo de paz y claridad para sí mismo. La brisa suave acariciaba su piel mientras observaba el horizonte de entre los frondosos árboles. Sus pensamientos, sin embargo, estaban lejos de las nubes y el sol. Se encontraba sumido en sus reflexiones, tratando de entender y aceptar lo que estaba sintiendo.

Se cruzó de brazos y suspiró, hablando en voz alta consigo mismo.—¿Qué está pasando conmigo? Nunca me había sentido así antes. No puedo dejar de pensar en él, en su sonrisa, en su voz...

El erizo azul caminó de un lado a otro, tratando de organizar sus pensamientos.

—Pero, ¿por qué Shadow? Él y yo éramos rivales, nos hemos peleado innumerables veces. Siempre traté de impresionarlo, de ser mejor que él. Pero ahora... ahora siento que quiero estar cerca de él de una manera diferente.

Se sentó en una roca y apoyó su cabeza en sus manos, sus ojos cerrados mientras se sumergía en sus emociones.

—Es frustrante, ¿sabes? Quiero negarlo, quiero pensar que esto es solo una fase o que es algo pasajero. Pero no puedo evitar sentir cosas raras en el estómago cuando estamos juntos, como si me hubiera comido el chilidog más rico del mundo o algo así, o sonreír como un idiota cuando hablamos.

Finalmente, el azulado se puso de pie y tomó una decisión. Salió del bosque y se dirigió hacia la casa de Tails. Sabía que su amigo siempre tenía una mente aguda y que podía confiar en él para obtener consejos sensatos.

Tails lo recibió con una sonrisa cálida cuando golpeó la puerta de su taller. —¡Sonic! ¿Qué te trae por aquí?

Sonic le devolvió la sonrisa, aunque su expresión revelaba cierta inquietud. —Hola, Tails. Necesito hablar contigo sobre algo importante.

El zorro de dos colas apagó las luces de su última invención y se giró hacia su amigo con curiosidad. —Claro, Sonic. Siempre estoy aquí para escucharte. Vamos, siéntate.

Se dirigieron al interior de la casa y se acomodaron en la sala. Sonic jugueteó nerviosamente con sus guantes mientras buscaba las palabras adecuadas. —Es un poco complicado de explicar, Tails, pero... bueno, últimamente he estado sintiendo cosas extrañas.