siete [tw:smut]

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"¿Es usted el Señor Liam Malik-Payne? Le hablamos de la comisaría..." Liam recibió la llamada en la madrugada. La tormenta le cohibía escuchar con claridad. Zayn no estaba en su cama. "... su esposo manejaba en estado de ebriedad y tuvo un percance. ¿Podría pasar por él?"

Nunca se había cambiado ni tomado un taxi de forma más rápida y efectiva. Cuando cruzó el pasillo que separaba la entrada de la comisaría con la zona de visitas le vio, con los ojos perdidos, un puchero en su expresión y la ceja fruncida. Parecía como un niño pequeño del que ya esperaba le iban a regañar.

¿En qué pensabas, Zayn? ¿Manejar ebrio a estas horas y con este clima? ¡Obviamente es una receta de peligro! Creo que hablo por todo el mundo cuando te digo que tienes que tomar decisiones más responsables. Se supone yo soy el inmaduro de nuestra relación.

Se retrajo. Uso la palabra relación. Dejó las llaves y los papeles del auto en el sillón de la sala, comenzó a retirar su ropa mojada y Zayn hizo lo mismo; también, pensativo. Dar ese paso, aunque diminuto, había sido monumental en el corazón de ambos. ¿Entonces lo que tenían, ya no era una obra de teatro más una relación a conveniencia?

Malik entró al cuarto sin menguar una palabra y Liam se quedó en la cocina, donde en completa oscuridad tomó un vaso de agua y reflexionó sobre su día. Debería pedir perdón.

Cuando se dio la vuelta, la fuerza de un agarre que le levantó sobre el pretil de la cocina le sorprendió. Zayn se había arrojado sobre de él, cuyo tacto de sus labios desnudos sobre los pezones de Liam le hizo ceder. Ligeros jadeos salían de su boca, apretaba los ojos. Estaba en un sueño, en un exquisito sueño.

Pensaba en esto —Zayn llevó sus manos hacia los glúteos de su esposo y le levantó, aún en el juego de los besos. Le llevó hasta la sala donde le recostó. Se vieron a los ojos por unos segundos, frágiles, apenas sus masculinidades se incomodaban por la prisión de la ropa interior. El que Liam asintiera, fue el consentimiento necesario para el otro, quien se desnudó de forma inmediata.

Dentro de la orquesta de gemidos que provocó aquella acción, Zayn no se contuvo con el ritmo. Su cintura viajaba inconsciente sobre el cuerpo lánguido de su amante y aquel se había llevado el dedo índice a la boca en un provocativo jugueteo.

El clímax se acompañó de un potente rayo a la deriva que provocó un apagón en toda la zona. Habían llegado juntos a la meta del acto sexual.

Zayn se recostó al costado, suspirando con fuerza. Tejió sus piernas con las de su esposo, quien avergonzado, escondió la cara en su pecho. Le dejó un beso en la frente y permanecieron en silencio hasta que su respiración se sincronizó, de nuevo, y terminaron profundamente dormidos sin pensarlo. Sin nada mejor que su compañía y desnudez, no había otra cosa que necesitaran para descansar.

Tendrían que lavar el sofá, también.

amor falsificado - ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora