2. Things to show you

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Al día siguiente Minho despertó emocionado, quería ir al colegio para encontrarse con su nuevo amigo Jisung, el que se veía como un lindo y tierno hamster

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Al día siguiente Minho despertó emocionado, quería ir al colegio para encontrarse con su nuevo amigo Jisung, el que se veía como un lindo y tierno hamster.

Sus padres lo despertaron como de costumbre, con un "Buenos días, peque" y un beso por parte de los dos en la frente.

—¡Mami! —la llamó Minho bajando rápidamente las escaleras

Ya estaba duchado, vestido y peinadito. Su padre lo había ayudado mientras su madre hacía el desayuno.

Sus piernitas se movían lo más rápido posible por las escaleras, sujetándose de la barandilla de madera negra para evitar cualquier accidente.

—¡Hijo! —dijo la mujer en el mismo tono a la vez que llevaba los platos con el desayuno a la mesa

—¿Cuándo puede venir Jisun a casa para conocer a sus hermanitos hamster? —preguntó sentándose en la mesa junto a sus padres

—Puede venir cuando quiera y su madre lo deje, cariño

—¿Puede venir hoy? —sonrió, echándose un trocito de salchicha a la boca

—Creo que es un poco precipitado, cielo. Habría que hablarlo primero con su madre —le respondió su padre intentando explicarle la situación

—Ahh... okey —suspiró pero sin renegar y siguió comiendo tranquilo mirando a sus pequeños roedores en la jaula

Luego del desayuno, se lavó los dientes junto con sus padres y terminó de prepararse para ir a la escuela.

Echó en su maleta peluda de osito, varias cosas que quería mostrarle a Jisung, entre ellas: su carrito Hot wheels favorito, un mini peluche de un conejito blanco con mirada pícara vestido con un camiseta negra y un estampado en esta que a saber de qué era, una foto de él junto a su familia, un libro de bolsillo de 'El principito' y obviamente sus hamsters.

Cogió las bolas donde los solía meter para que caminaran por toda la casa y los metió cada uno en una para luego meterlos en su maleta, luego bajó las escaleras y avisó a sus padres que ya estaba listo.

Los tres salieron de casa, Minho dándole cada mano a sus padres mientras iba dando saltos para que sus padres lo hicieran "volar", el niño reía con ganas. Así fue todo el trayecto hasta llegar al colegio.

Minho se despidió de sus progenitores para luego darles la espalda y salir corriendo a la entrada.

—¡Minho hijo, ven aquí! —lo llamó su madre antes de que pudiera entrar y encontrarse con sus amigos que ya habían llegado

El niño volvió sobre sus pasos y se puso delante de sus padres.

—¿Sí? —preguntó ingenuo

—¿Por qué traes tu maleta tan abultada, cielo? —ambos adultos se agacharon a la altura de Minho

—Oh, güeno quería motrarle a Jisun algunas cosas y las eché —sonrió ante la idea de Jisung sonriéndole cuando le enseñara todo lo que había traído

—¿Y qué son esas cosas? ¿Podemos verlas? —sugirió su padre

El niño asintió sin rechistar y les entregó su maleta.

—Pues eché a Bit, mi carrito, una foto, un libro y...

—A tus hamsters —su madre terminó la frase por él cuando al abrir la maleta lo primero que vió fue a los tres pequeños animalitos dormir plácidamente en sus respectivas bolas

—¡Sí! —dijo emocionado mientras reía

—Cielo, no puedes traerlos al cole. Ya hablamos de esto

—Pero es para motrarle a Jisun nada más —hizo un pucherito

—Lo sabemos, pero ellos tienen que estar en casa en su jaula. Cuando Jisung venga a casa le podrás mostrar tus hamsters, ¿sí?

—Bueno... perdón —dijo cabizbajo recibiendo su maleta y colgándosela en la espalda nuevamente

Realmente quería presentarle a Jisung sus pequeños roedores.

—No te preocupes, hijo. Sabemos tu emoción, pero ya será otro día

Minho asintió, levantando su cabeza para mirar a sus padres, pero su mirada se vió interrumpida por la persona que venía a lo lejos.

Un pequeño niño caminaba alegremente en su dirección, junto con su madre.

—¡Jisun! —Minho sacudió su manita saludando al nombrado

—¡Miño! —hizo lo mismo mientras agilizaba su paso arrastrando a su madre consigo

—Traje cosas para motrarte —le explicó Minho cuando ya estuvieron cara a cara —. Quería también presentate a Sonie, Dongie y Dori pero ellos tienen que estar en casa. Papá los tiene en sus brazos -señaló al hombre con los tres hamster

—Oh... ¿entonces otro día? —preguntó el pequeño cachetón

—Sí... pero puedes mirarlos —Minho le hizo un gesto a su padre para que se agachara y que Jisung pudiera ver los tres roedores

—Mira, ese es Sonie, ese es Dongie y ese Dori —señalaba cada uno mientras los presentaba, al finalizar miró a Jisung con una mirada expectante esperando su reacción

El contrario tenía una sonrisita y miraba con ojitos brillantes aquellos animalitos.

—Son muy tienos y nindos, Miño

—¡Sí! ¿Ves? Se parecen a tí, te dije -le sonrió

Jisung rió mirando al contrario.

Aquel sonido hizo que el pechito del pequeño Minho se hinchara, el había ocasionado que se riera así, y eso lo hizo sentir bien.

—Ven, vamos dentro, te motraré que más traje —lo tomó de la mano y tiró de él entrando al colegio mientras ambos niños se despedían de sus padres agitando sus manitos libres

Durante todo el día no se separaron. Minho le mostraba todo lo que traía en su maleta y Jisung lo escuchaba atento a todo lo que decía o hacía. Le gustaba ver cómo los ojitos del pequeño Lee brillaban al hablar de lo que le gustaba.

No entendía por qué aquel brillo, pero eso le atraía, parecía que Minho tenía estrellas en los ojos, y a Jisung le gustaban las estrellas.

La jornada terminó y cada uno se fue a su casa, ambos con una sonrisa por el gran día que habían tenido.

—Hijo, tenemos una sorpresa para tí —habló el señor Lee cuando la familia ya se encontraba en la mesa comiendo

El niño lo miró rellenando su boca de los ricos espaguetis que había preparado su madre.

—Hablamos con la mamá de Jisung, y mañana lo dejará venir después del cole

Los ojitos de Minho se abrieron en grande mientras terminaba de tragar la comida que aún tenía en su boca.

—¿¡Enserio!?

—Enserio, hijo —le sonrieron sus padres, contentos al ver la emoción en la voz y el rostro de su hijo

Minho se paró de la mesa, y moviendo sus piernecitas lo más rápido posible, se dirigió a la jaula donde se encontraban los tres roedores. Los buscó con la mirada, y cuando los encontró les sonrió y les habló.

—Mañana conocerán bien a Jisun, es lindo y tierno como utedes tres

Les mandó un besito a cada uno antes de volver a la mesa junto con sus padres, deseando que ya se hiciera de noche para irse a dormir y que cuando despertara fuera el día en que Jisung viniera a su casa y así presentarle debidamente a Sonie, Dongie y Dori. Sin duda lo pasarían muy bien

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