El amor de Elyan II

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     El salón de baile estaba repleto de gente, no solo de las seleccionadas y sus familiares. Aquello... llegaba a ser algo agobiante. Y más cuando Kaira salió corriendo de su lado, perdiéndose entre la multitud. 

- Kaira. - Caspian y Elyan la llamaron, pero la niña parecía no escuchar, movida simplemente por su curiosidad y las ganas de explorar toda la sala, la gente, los vestidos, accesorios... todo.

- Elyan. - Llamó Caspian. No hicieron falta más palabras, Elyan había entendido a la perfección que su hermano mayor quería que le ayudase a buscar a Kaira. Y lo comprendía. Solo faltaba que se cruzase con la familia real o que se chocase con algún invitado de cierto estatus para que el rey pusiese sus garras sobre ella, y nadie sabía lo que le pasaría si eso llegaba a ocurrir. 

     Sentía que, en medio de todos los invitados, llamaba la atención. Y no solo él, toda su familia. Era como si fuesen los únicos que no encajaban en aquel lugar y todos los presentes lo supiesen. Aquella sensación era extraña y muy desagradable, él había vivido siempre perteneciendo a una clase económica baja y, por ende, a una baja clase social, pero había vivido con orgullo. Solo en ese mismo instante en que se movía entre caballeros de traje y mujeres acicaladas llegó a sentirse avergonzado de sus orígenes. 

     Sacudió la cabeza con energía un par de veces. No podía pensar eso, no podía dejarse influenciar de tal manera. Debía ser fuerte, igual que Evelyn lo había sido durante todas aquellas semanas en palacio. Y debía continuar buscando a Kaira.

     En cierto momento atisbó su figura, escabulléndose con agilidad entre los invitados. Le siguió casi corriendo, para evitar perderla de vista otra vez y pudo respirar con tranquilidad cuando se dio cuenta que se acercaba a su su madre, Evelyn y Sven.

- Mamá, mamá. - Kaira se acercó a ellas prácticamente a la carrera e instó a su madre a agacharse levemente, para decirle algo en el oído.

- Te he dicho que no corras, y Caspian te lo ha dicho también. - Regañó Elyan llegando varios pasos detrás de su hermana pequeña.

- ¿Dónde está? Caspian. - Preguntó Evelyn, desde que Kaira había comenzado a pasearse por el salón sin previo aviso había visto bastante poco a sus hermanos.

- Estábamos buscando a Kaira, seguirá por algún lado. Esto es enorme, y mira que parecía chico.

- Quiero ir al baño, mamá. - Susurró la pequeña atusándose el sencillo vestido que se había puesto.

- Hay uno en esta planta, cerca de las cocinas, ¿Quieres que la lleve? - Se ofreció Evelyn.

- No te preocupes cariño, yo la llevo. - Sarah cogió la mano de su hija más pequeña y se dispuso a llevarla hasta un baño. - Si nos perdemos preguntaremos a algún guardia.

     Evelyn asintió y las siguió con la mirada hasta que desaparecieron del salón, igual que Elyan.

- Apenas hemos podido hablar, ¿Qué tal? - Preguntó pasados varios segundos, haciéndose con una copa de una bebida amarillenta casi transparente con pequeñas burbujitas y bebiéndola sin saber realmente lo que era.

- Creo que nunca había escuchado esa frase tantas veces. - Respondió su hermana.

- Puedo preguntarte por los príncipes si quieres. - Sonrió, desviando la mirada un instante para observar su alrededor y ver si sus altezas se encontraban cerca.

- Hablar de eso me apetece muchísimo más. - Replicó Evelyn con ironía y contagiada por su sonrisa.

     Sven pegó un par de tirones, no muy fuertes, a la falda del vestido de evelyn, para llamar su atención y conseguir que se inclinase un poco para escucharle.

La Selección: Historias secundariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora