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Era un día emocionante, el día del esperado partido de baloncesto de la liga

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Era un día emocionante, el día del esperado partido de baloncesto de la liga. Las gradas estaban repletas de espectadores ansiosos, ansiosos por presenciar un gran espectáculo deportivo. Mientras tanto, mis compañeras animadoras se encontraban en el vestuario, arreglándose con elegancia y entusiasmo. El aroma de los perfumes y los murmullos de emoción llenaban el ambiente.

Por mi parte, me encontraba a un costado de las gradas, cerca del vestuario. Con cautela, revisaba mi uniforme para asegurarme de que no hubiera ninguna mancha o arruga inconveniente. Al hacerlo, sentía cómo mi corazón latía con cada vez más fuerza, como si quisiera escapar de mi pecho. Ahí estaba yo, una veterana animadora con seis años de experiencia, pero inexplicablemente, esa sensación de nerviosismo me invadía. ¿Por qué ahora? No encontraba una respuesta clara, pues nunca antes me había sentido así.

Ajusté con delicadeza mi coleta, asegurándome de que estuviera perfectamente impecable. Parecía que todo estaba listo, pero aún así, mis pensamientos seguían llenos de incertidumbre. Me preguntaba si sería capaz de ejecutar todos los movimientos con gracia y precisión, si lograría contagiar al público con mi energía y entusiasmo. Me pasaron por la mente todas las coreografías en las que había trabajado arduamente durante tantos años, el esfuerzo y el tiempo invertido en cada uno de esos movimientos.

De repente, sentí una leve presión en mi hombro y, sobresaltada por el susto, me giré rápidamente para ver quién era. Era Eddie y mi corazón se llenó de alegría al verle.

-Lo siento, Allison, no era mi intención asustarte. Solo venía a...

Comenzó a disculparse antes de que lo interrumpiera emocionada.

-¡Eddie!-exclamé, lanzándome en sus brazos.

Al principio parecía desconcertado, pero pronto aceptó mi abrazo con calidez.

-Tenía tantas ganas de hablar contigo, pero he estado muy ocupada con las animadoras-Le confesé con entusiasmo.

-No te preocupes, yo también quería hablar contigo después de todos estos años- Respondió Eddie.

Mis ojos se posaron en su chaqueta y no pude evitar elogiarla.

-Me gusta mucho tu chaqueta- le dije sinceramente.

Eddie rió, aparentemente sorprendido por mi comentario.

-¿Esto? Tiene como cuatro años- mencionó él.

Sonreí de oreja a oreja.

-A mí personalmente me encanta.

Entonces, mientras nuestros ojos se encontraban, una chispa recorrió mi cuerpo, disipando completamente mis nervios. Sentí una conexión especial con Eddie, una sensación que no podía ignorar.

Justo en medio de nuestros sentimientos, fuimos interrumpidos por la salida de las demás animadoras del vestuario.Alice, con un semblante enfadado, me cuestionó.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 𝑳𝒐𝒗𝒆 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora