Extra

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Los dos chicos miraban atentamente lo que hacía su mayor sin saber cómo ayudarlo, después de explicarle lo que ellos habían visto y a la conclusión a la que habían llegado, el chico se alteró un poco o bueno tal vez mucho.

—Max creo que deberías dejar de pensar en eso —dijo el más bajo de los tres causando que el nombrado volteara a verlo.

—Y ¿Qué te hace creer que él no anda por ahí? Yo mismo lo vi —pensar en que lo tuvo frente a él lo desesperaba más. —Maldita sea, solo viene a arruinarlo todo.

—Por lo que se, tu anulaste cualquier conexión con él, al matar...

—¡Eso ya lo sé ! —le gritó, —Pero por algún motivo él sigue vivo.

—Maxie creo que deberías calmarte, si entre ustedes dos no existe conexión, él no debería ser un problema para ti ni para nadie...

—Sergio puede verse como alguien que no mata ni una mosca, alguien que se ve demasiado infantil no asustaría a nadie y eso es lo que él quiere que pensemos.

—Hermano, creo que deberías dejar este tema de lado, Sergio murió hace años, su santuario ha permanecido abandonado desde entonces, si él hubiese regresado este habría tenido un cambio, ni su propio hermano ha querido ir a ese lugar desde lo que sucedió.

—Él causó la muerte de la persona que más amaba, ¡¿Acaso no le bastaba con eso?!, maldito el día en que el universo decidió enlazarnos —podrían haber pasado años, pero aun así podía recordar claramente a aquel chico que alguna vez lo acompañó.

—Max, yo no creo que él trate de hacerte algo... —calló un momento tratando de buscar las palabras más adecuadas para decirle, —No lo puede hacer porque él no está vivo, tú mismo lo sabes, la única forma de que un dios muera es a través de su alma gemela, además ¿Cómo su alma podría seguir existiendo? si él...

—No me interesa saberlo, lo tenía merecido, él dijo que se alejaría, pero no lo hizo, fue una de sus flechas las que causaron su muerte, la de mi verdadera alma gemela, ¿no es así, Lando?

—Si, yo mismo lo vi, un chico rubio, vestido de blanco y portando flechas de plata.

—¿Cómo estás seguro de eso?, muchos dioses tienen esa descripción, si no es por decir que casi todos se visten y lucen igual.

—¿Estás dudando de mí, Charles?, él es el único que usa flechas de plata con diseños de rosas en la punta, además se puede deducir por su imprecisión a la hora de disparar.

—Solo vieron a un chico de espaldas, pero nunca verificaste que fuera él, igual no importa, ni evitando que asesinaran a la supuesta alma gemela de Max, yo hubiese tenido mi final feliz.

—No es mi maldita culpa, que tu alma gemela sea el imbécil de su hermano, igual nunca tendrías oportunidad con él, solo tenía ojos para su pobre e inocente hermanito.

—Ya déjalo, a veces siento que te mereces esto Max, solo piensas en ti y nunca en los demás. Sergio no se merecía eso, él nunca hubiese imaginado que la persona que él siempre espero, sea el más completo imbécil de toda Grecia —diciendo esto se retiró bajo la atenta mirada de sus dos mejores amigos.

—Lando sigue vigilando el jardín de Afrodita y a Charles, es muy seguro que quiera acercarse al hermano de Sergio, después de todo es su alma gemela...








Un chico caminaba entre los árboles guiado por la poca luz del día, al lugar al cual nunca creyó volver a regresar, habían pasado años desde la ultima vez que estuvo en aquel lugar, como odiaba recordar ese día, él había pensado que su plan había sido el mejor pero no se dio cuenta que eso traería consecuencias, había perdido a su otra mitad, su mejor amigo, su hermano.

Sus ojos se iluminaron al ver lo que buscaba, un santuario o mejor dicho el santuario de Eros, su hermano. Corrió hasta poder estar frente a las puertas de este, seria la primera vez en siglos que volvería a estar en lo que alguna vez su hermano considero hogar. Dentro del lugar solo se veían los restos de lo que alguna vez fue un feroz enfrentamiento, destrucción, lamentos y muerte.

Una voz lo llamó desde la lejanía, acercándose poco a poco a esta, no se sorprendió al ver su hermano jugando con unas rosas, las cuales habían logrado crecer entre los muros caídos del santuario.

—Sergio, han pasado años desde la última vez que te vi. —saludo al chico frente a él.

—Hola hermanito, lo mismo digo, ¿Cuándo fue la última vez que me viniste a ver?, déjame recordar, umm... si esa vez, si esa vez cuando me encerraron y nunca más me dejaron salir ¿lo recuerdas?. —dijo, mientras soltaba la flor en sus manos. —Eres mi hermano y nunca viniste a verme...

—Y-yo lo siento Checo, estuve muy ocupado y ...

—¿Ocupado?, ocupado ¡¿En qué?!, todos estos años estuviste tan ocupado que nunca pensaste en que tu hermano se sentía solo o de seguro pensaste, Oh Sergio a de estar pasándola bien dentro de un santuario en ruinas, dejémoslo ahí toda su vida —comentó sarcástico

—Sabes muy bien porque lo hicimos —contestó agachando la cabeza.

—Acaso es... ¿Acaso ese es mi collar? —su tono de voz inconscientemente fue bajando poco a poco. —Es lo único que me queda de mi antiguo yo, no deberías estar usándolo, es de Liam después de todo. Carlos solo sácame de aquí, por favor, quiero verlo, han pasado tantos años, él ni siquiera sabe de mí.

—Lo siento, no puedo hacerlo, sabes que el único que puede hacerlo es nuestro padre.

—¿Por qué debo pagar por algo que no cometí?, ¿Por qué el puede estar libre sin sufrir alguna condena? mató a su alma gemela, eso es lo peor que un dios podría cometer, me alejo de mi hijo.

—Él te extraña, aunque piense que seas su hermano, papá no lo deja salir de casa.

—Carlos, mi condena fue pagada hace años, ese trato que hice... ya ni siquiera queda rastro de ese mal en mi.

—Padre no está del todo de acuerdo, estas visitas están completamente prohibidas para mí, pero aún así, aquí estoy. —dijo Carlos, intentando calmar a su hermano.

—Mi Liam...

—Hablaré con papá y le diré que es hora de que esto termine, mereces ver a tu hijo y él merece saber quién eres realmente.

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2023 ⏰

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