° Traducciones de One Shots y Headcanons que me encuentro en Tumblr.
° Aclaro que mi intención no es robar el contenido, al final de cada capítulo pondré el nombre del creador.
° Portada en proceso °
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Cuando conociste a Kinger, le tenías un poco de miedo. Y el sentimiento era bastante mutuo.
Ragatha te aseguró que siempre se comportaba así y que probablemente se encariñaría contigo con el tiempo, pero incluso después de estar atrapado en este circo infernal durante dos meses... (o tal vez sólo uno, aquí era difícil llevar la cuenta del tiempo), seguía siendo tímido a tu alrededor.
Cada vez que te acercabas se metía en su fortaleza de almohadas o, si Jax la había derribado de antemano, empezaba a reconstruir frenéticamente la fortaleza para poder meterse en ella.
Al principio podías soportarlo, después de todo, tenías problemas mayores de todos modos, como estar atrapado en una palabra digital en 3D llena de maníacos. Pero poco a poco, a medida que ibas aceptando tu destino, empezó a importarte un poco más cómo te percibía todo el mundo aquí.
Pomni siempre fue un manojo de temblores y nervios, pero durante un tiempo os ayudasteis mutuamente en la decidida misión de encontrar la salida, lo que os convirtió en amigos decentes.
Ragatha era amistosa, y vosotros también lo erais. Y ella también os consideraba amigos, así que más o menos.
Gangle también era amistosa... cuando su máscara superpuesta no se rompía, entonces era una mezcla de sollozos y enfurruñamiento. Y Zooble siempre te hablaba en un tono monótono y agitado, pero en general parecías caerles bien.
Jax te despreciaba, pero despreciaba a todo el mundo, así que no te lo tomaste como algo personal.
Pero Kinger sólo parecía evitarte.
Y empezaba a ser molesto.
Así que la siguiente vez que lo viste, intentando acurrucarse en sus montones de almohadas, acercaste una mano vacilante y le diste un golpecito en el hombro.
Su reacción fue inmediata. Dio un grito de miedo, una almohada se le escapó de las manos y le dio a Ragatha justo en la nuca. Lo que probablemente habría sido un golpe suave si no hubiera volado tan lejos a través de la tienda.
"¡Lo siento!" Tartamudeaste.
Maldijiste para tus adentros. Deberías haberlo sabido.
Kinger tosió nerviosamente para sí mismo.
"O-Oh eres tú, pensé que eras Kaufmo".
Resististe la tentación de arrugar la cara en señal de desconcierto.
"...¿Por qué iba a ser yo Kaufmo...?".
"¡Eso no importa!" se apresuró a decir Kinger, volviéndose hacia su fortaleza y empezando a reconstruirla de nuevo con urgencia.
Consideró la posibilidad de marcharse sin más, pero no podía irse sin entablar una amistad temporal de algún tipo como mínimo, sobre todo si él iba a quedarse atrapado aquí para siempre.
"¿Por qué me evitas?" Preguntaste un poco impotente. "Es raro".
Kinger se quedó inmóvil y se giró lentamente para mirarte.
Ahora sí que te estabas planteando irte.
"No pretendía ofenderte...". Kinger protestó, jugueteando con los dedos. "Es sólo que no estoy dispuesto a acercarme mucho a nadie más después de Q-después de Kaufmo".
"Ah." Dijiste con comprensión, asintiendo. "Bueno, eso tiene sentido..."
Hubo una pausa llena de silencio incomodo.
"Uh ok... bueno voy a ir a ver los insectos digitales de afuera entonces...". Finalmente se decidió.
Kinger se sobresaltó.
"¿Insectos? ¿Acabas de decir insectos?"
Asentiste y, por primera vez desde que lo viste, pareció relajarse.
"¡Hace tiempo que quiero tener una gran colección de insectos!". exclamó Kinger.
"¿De verdad? No he conocido a mucha más gente interesada en los insectos, todos piensan que son asquerosos". Admitiste débilmente.
"¡Me encantan los insectos!" protestó Kinger.
Hubo otra pausa mientras Kinger colocaba la última almohada sobre su fortaleza y te miraba nervioso.
"¿Quieres entrar? Podemos hablar de más insectos".
