Capítulo 1 - 4/10/2024

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Aziraphale lo admitía: estaba harto del cielo y de las estupidez que era su trabajo, y si ese trabajo era una estupidez, lo único que hacía era firmar papel tras papel, llego un momento que pensó que estaba en una oficina de la tierra y no en el cielo, eso lo tenía más que hartó. En el cielo también cambio su aspecto; ahora era más delgado, no debía de pasar de los 55 kilos, su pelo blanco ahora era un poco más largo, le llegaba a mitad del cuello, lo suficientemente largo para una coleta, era un poco más alto que antes, ahora, ¿los ángeles podían cambiar su aspecto a su gusto?, por supuesto que podían, solo que pocos lo hacían.

El aspecto de ángel podía cambiar por dos razones: una, Por qué ellos quieren y dos, por el estrés. Si los ángeles se estresaban, casos pocos comunes, pero sucedían, después de todo no todos los trabajos eran fáciles en el cielo. El de Aziraphale era un ejemplo, si, su trabajo era una estupidez, de verdad le estresaba un montón, tenía el peso encima de que él era el que tenía que aprobar la segunda venida, él no quería aprobarla, de verdad que no, ¿pero que le quedaba hacer?, claro que podía decir que no a la idea, pero..., ¿qué haría si le pasaba lo mismo que a Gabriel?

Él no tenía a donde ir, no podía presentarse en la puerta de la casa de Adam así, sería demasiado raro,

Anathema descartada, la había visitado mucho después del primer armagedon fallido y Aziraphale sabia que ella junto a su esposo ahora tenían a un niño hermoso de tres años que criar, no quería molestarla, Muriel estaba encargada de su librería y seria rarismo que pasara lo mismo un año tras el otro, con eso tenia dos opciones: Gabriel y Beelzebub o Crowley, y Aziraphale no pensaba que Crowley lo hubiera perdonado.

Aziraphale amaba y ama a Crowley, pero aun asi estaba aquí sentado, mirando, literalmente a la nada. Tan perdido en sus mensamientos que no se dio cuentan que lo llamaban hasta que un golpe sonó en su mesa

-Cielo llamando a Aziraphale!, estas aquí oh en la luna?-le pregunto una voz femenina

-solo perdido en mis pensamientos, Ángela, dime que quieres?

Ángela, una mujer delga de pelo rubio y ojos verdes, como su nombre indicada ella era la mensajera de la diosa en persona, ella tenía mensajes de la diosa para todos, anqué cuando se aburria solo iba directa a Aziraphale para molestar un poco, pues ellos eran buenos amigos, una ventaja, pues Ángela siempre traía noticias nuevas que contar para estar al tanto.

-sí, bueno, hoy es tu día de suerte amigo mío-contesto Ángela- nuestra amiga la todopoderosa quiere que la vallas a ver, hablaran cara a cara-con esa noticia falto poco para que Aziraphale callera de la silla, literalmente

-Qué?!, hablar con la señora en persona?!, Ángela no me estarás haciendo una broma, verdad?-Pregunto Aziraphale

-me vez cara de estar bromeando?- solo eso le hizo falta a Aziraphale para salir a correr, cuando él quería corría mucho

(...)

Crowley también tenía que admitir que se aburría mucho, ya no tenía a Aziraphale para pasar el tiempo o simplemente molestarle un rato y llevaba hace un año completo, un año entero en el cual su conciencia le repetía que fue una idea más que idiota besar a Aziraphale.

Ni el mismo sabía qué hacía, él era un demonio y Aziraphale un ángel, ¿Qué pensaba en besar a un ángel y más uno como Aziraphale?, ahora solo quería retroceder en el tiempo y evitar eso, pero era imposible.

Crowley seguía viviendo en su coche y así estaba bien, no le preocupaba vivir en su coche, igualmente no quería seguir en la tierra mucho tiempo más, tampoco en el infierno o en el cielo. A lo que me refiero es que a Crowley le sobró agua bendita de cuando se defendió de los otros dos demonios y, bueno, ¿Para algo tenía que utilizarla, verdad?. Talvez se quedaba un par de meses más en la tierra para recorrerla una vez más como en los viejos tiempos y ya está, no pasaría más tiempo que el necesario para volver a recorrer la tierra.

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