Algo adentro

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Que malos son (Mua mua...) [NO VOTAN XD]

En fin. Basta de pendejadas. Volvamos a la acción.

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Después del mañanero de los tres demonios, Niccolo pensaría que necesitaría del al menos una hora para recuperar su alma y fuerzas, pero nada más ajeno a la realidad.

Se sentía buen. Se sentia... energizardo, aunque no sabia el por qué. Los que Octavia le dijo tal vez influía, pero no debía de ser suficiente. ¿Qué le pasaba? Solo el tiempo lo dirá. Ahora lo más importante era comer algo, pues sus estómagos rugian como un volvan a punto de estallar.

Niccolo se pudo se pie, se puso algo de ropa y se apresuro a la cocina, ignorando los consejos de las chicas de no ser necesario. Pues al llegar se encontró con un escuadrón de cocineros y ayudantes que iban de un lugar para otro preparando todo para cuando los señores de la casa se despertaran. Pero menuda sorpresa se llevaron al ver al "invitado especial" de la reina entrando por la puerta de las cocinas.

Aun así, Niccolo no dijo nada más que los buenos días, mientras se dispuso a buscar un par de sartenes y comestibles. El equipo de cocinero se hizo a un lado, mirando con burla como el noble intentaría cocinar algo para intentar cautivar el corazón de Stella.

Pues si. Para los trabajadores de la mansión era impensable que Stella invitase a alguien plebello a su casa. Y eso que ni siquiera debían que había pasado hace menos de diez minutos. Así que para ellos, Niccolo era simplemente un noble pobretón que intentaba ganarse el favor de la reina. Inocentes... No tenían la mínima idea.

Así que grande fue la sorpresa que se llevaron al ver la destreza que el "noble" hellhound tenía en la cocina. Los ingredientes volaban y caían sobre el sarten caliente. Las cebollas crispiaban y los huevos se endurecían con el calor. El pan dejaba escapar su agradable olor dentro de la tostadora.

Si bien los cocineros estaban confusos por verlo cocinar, mucho más lo estaban al ver lo que preparaba. ¿En serio? ¿Tortilla de cebolla y tostadas para desayunar? Para alguien común tal vez, pero el paladar de la reina no se conformaría con algo tan simple. Menudo tonto. Al menos eso era lo que pensaban.

Niccolo camino por los pasillos con la gran bandeja, con porciones suficientes para los tres. Irradiaba una alegría poco común, con una energía tan fuerte, que incluso podías escucharlo tararear si prestabas la sufientes atención. A pasito tun tun el hellhound atravesó el palacio, ignorando las miradas confusas de los trabajadores del lugar hasta llegar a la habitación donde había pasado la noche.

Niccolo: El desayuno está servido. - Dijo alegremente entrando a la habitación.

Octavia: Que bueno... Muero de hambre. Gracias cariño.

Niccolo: Siempre es un placer.

Stella: Pero... ¿No vamos al comedor?

Niccolo: Oh... Lo siento. Pensé que...

Octavia: Aquí esta bien.

Stella negó un poco con la cabeza al ver como su hija había perdido algo de modales, pero se la dejaría pasar por esta vez. Pues se atención estaba centrada en algo que la... extrañaba un poco más.

Octavia acepto agradecida el plato que Niccolo le dio con un pedazo de tortilla y no espero para degustarlo, alegando el buen sabor que tenia. Sin embargo, Stella no era tan optimista.

La reina obvservo el brazo extendido de Niccolo con el plato en la mano, y lo acepto para no hacerle el desaire pero... ¿En serio? Alguien como ella comiendo de manera tan despreocupado sobre la cama y... ¿Tortilla de cebollas? ¿Es en serio? Eso ni siquiera le llegaba a los talones a lo que solía desayunar cada día. Pero esos comentarios se los guardo para ella.

El Alfa del Infierno (FINALIZADA) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora