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Donde un romance adolescente dejó huellas.
Cristian y Dejan se conocieron en la escuela secundaria, se enamoraron y no midieron las consecuencias de su amor sin cuidado, 18 años después se reencuentran pero ésta vez no solo son ellos dos...
— ¡Colooo! te traje el helado y los fideos que me pediste — gritó Pierre mientras entraba a la casa de su amigo con bolsas en las manos.
— ¡Colo! ¿te volviste a domir?
Dejan se removió incómodo en el sofá, justo había encontrado una posición cómoda para domirse y ahora tenía a su amigo gritándole.
Pierre dejó las bolsas con comida en la mezada de la cocina y fue hacia el living, vió un bulto cubierto de mantas y almohadas en el sofá, rápidamente supo que su amigo se encontraba allí.
— Dale Deki, levantate, te traje lo que me pediste — insistió el castaño quitando las almohadas que estaban por encima del sofá y descubriendo la cara de su amigo.
— Dejame, no quiero nada — protestó el colorado sin molestarse en abrir sus ojos para ver a su amigo.
— Tenés que comer, ya te lo dijo el doctor.
— No tengo hambre, dejame dormir — dijo Dejan girandose para volver a encontrar una posición cómoda en aquel sofá.
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Pierre soltó un gran suspiro y volvió a insistir — Vos no tenés hambre pero el bebé si, está muy flaco, dale levantate.
Dejan ya tenía 5 meses de embarazo, el día anterior habían ido a sus controles con el médico y éste le había dicho al ojiazul que su bebé estaba por debajo del peso normal que se acostumbraba a las diecinueve semanas, la madre de Deki junto a Pierre también se encontraban allí escuchando atentamente todo lo que él doctor decía, el colorado simplemente estaba recostado en la camilla viendo hacia la pantalla que mostraba las imágenes de su bebé.
— Todavía no se deja ver el sexo — comentó el doctor — capaz la semana que viene ya podamos saber con certeza — Dejan asintió levemente como respuesta y cubrió su vientre con sus manos, se sentía gordo pero el doctor insistía en que debería comer más.
— “¿Cuánto más vas a crecer?” — pensó el ojiazul viendo su vientre levemente abultado.
— Doctor, él duerme mucho y casi todas las comidas le dan asco, es normal ¿verdad? — preguntó Pierre mostrándose seriamente preocupado por la condición de su amigo.
— Si, pero de todas formas tiene que encontrar algo saludable y nutritivo que pueda comer — contestó el médico dirigiéndose hacía su escrito para tomar un papel y anotar — aún así le voy a recetar vitaminas necesarias que debe consumir.
Deki se levantó de la camilla se colocó su campera y bufanda para acercarse donde estaba el doctor, su mamá y Pierre estaban detrás de él siguiendo sus movimientos con la mirada.
— Dejan sé que debés tener mucho sueño y no lo podés controlar, pero hacé el esfuerzo para no dormir tanto ¿si? podés salir a caminar, eso te va a ayudar un poco con las náuseas — mencionó el doctor dándole una sonrisa amable — tu bebé es muy fuerte pero si querés que siga así tenés aumentar de peso y seguir mis indicaciones.
— Si doctor — respondió el colorado tomando el papel que le había dado el médico.
— Gracias nuevamente Doctor — dijo la madre de Dejan mientras Pierre se acercaba al ojiazul para acompañarlo a la salida del consultorio.
Volviendo al presente el castaño fue hacia la cocina, sirvió en un plato un poco de los fideos que había comprado y los llevó hacia el living.
— Mirá, tus favoritos, todavía están calientes — dijo Pierre poniendo el plato de comida en la mesa que estaba frente al sofá.
— Colo, por favor, levantate y comé.
Dejan se giró para ver a su amigo y luego darle un vistazo al plato de fideos, inesperadamente tuvo ganas de probarlos así que se sentó, refregó sus ojos somnolientos y empezó a comer.
— Hay bastante así que vos comé todo lo que quieras. aclaró Pierre con una sonrisa.
Luego que devoró ese plato, el ojiazul pidió repetir y una vez que terminó miró al castaño y dijo — Pierre, tengo otro antojo.
Al oír aquello el mencionado hizo un gesto que significaba “¿y ahora qué?”, el colorado formó un puchero en sus labios y pidió.
— Quiero duraznos.
No había duraznos en la casa, lo que significaba que alguien debía volver a salir para comprarlos.
— ¿Seguro que querés solo eso? ¿algo más? — cuestionó Pierre resignado a seguir los caprichos del colorado.
— Solo eso, no tardes tanto porque sino se me pasa — exigió el ojiazul para volver a acostarse, Dejan cerró sus ojos decidido a descansar mientras esperaba que su amigo fuese a comprar lo que pidió.
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