Su verdad.

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— Está bien tío, nos vemos ahí, chau.

Alejo cortó la llamada, tenía una hora para arreglarse e ir a donde Pierre lo había citado, le parecía un poco raro porque podría jurar que lo oyó un poco ansioso para que aceptara verlo, no le dió mucha importancia ya que lo extrañaba un poco y hace bastante no tenían sus juntadas donde charlaban horas y horas.

La cafetería favorita de Pierre se encontraba cerca de su casa, a un par de calles y era allí donde estaba sentado con un café en mano esperando por su sobrino, no tenía dudas de lo que planeaba contarle hoy, aunque apresurarse tanto no estaba dentro de sus planes. A esta altura ya no tenía otra opción, si seguía intentándo alejarse o esquivar a Cristian Romero, este terminaría por persuadir a Dejan y ponerlo en su contra.

— Hola —saludó Alejo, hoy era un bonito día y el adolescente se encontraba de muy buen humor.

— Hola Pollito, tanto tiempo.

—Si, la verdad que hace mucho no nos juntabamos para hablar, antes lo hacíamos mucho —respondió el menor tomando asiento y viendo la carta para ordenar algo...

Había pasado una hora donde Alejo se dedicó a contarle a su tío todo lo que le estaba pasando, Pierre lo escuchaba atentamente y de vez en cuando agregaba un comentario.

Mientras tanto pensaba en como traer el tema que quería hablar sin ser invasivo, aunque lo que el menor estaba a punto de saber hoy, tal vez sería demasiado.

Aprovechó que Alejo había tocado el tema sobre Cristian y habló — Yo lo conzco ¿sabías? —interrumpió— a Cristian Romero.

Alejo lo miró con sorpresa, recordó que su papá le había comentado sobre ello “tu tío no se llevaba bien con Cristian” — ¿en serio? ¿cómo? —preguntó.

— Fuimos a la misma secundaria, bah, Romero vino cuando estabamos en segundo año, yo fui quién lo ayudó a integratse a la clase porque era el único que podía hablar español como él.

Cierto, Cristian es Argentino —pensó Alejo— ¿Cuánto tiempo fueron amigos?—cuestionó con interés.

— Nunca fuimos amigos, más bien, solo compañeros de clases... él, era más cercano a tu papá —comentó Pierre— Aprendió inglés bastante rápido y así se acercó más a él, imaginate que salían juntos sin invitarme.

El menor escuchaba con mucha atención las cosas que su tío estaba contándo, a la vez se preguntaba por qué su papá nunca le mencionó esto sabiendo la gran admiración de Alejo por Cristian.

— Tú papá me dejó de lado esa época —dijo sonriendo sarcásticamente al recordar— Solo me usaba de excusa para salir con su novieci-... —cortó la frase de repente.

— ¿Qué ibas a decir?

Pierre puso una expresión apenada — Creo que metí la pata —mordió su labio en señal de falso nerviosismo y agregó — Hay cosas que mejor no debería contarte yo.

Alejo arrugó su frente — ¿noviecito? ¿quién? dijiste que papá te dejaba de lado por él.

— Esto, esto es un tema delicado Ale, yo... no sé si es bueno que lo hable con vos sin tu papá presente —respondió en voz baja.

— ¿Por qué? ¿es sobre mi otro papá? quiero saber, por favor tío — pidió el menor.

Pierre suspiró — Si te lo cuento, tenés que prometerme que no vas a odiar a tu papá por esto, él no fue el culpable de nada.

Alejo asintió y así Pierre Emile le contó a su sobrino toda su verdad, el corto noviazgo oculto de Cristian y Dejan, la partida de Cristian hacia Italia y las cartas, en especial, aquella carta donde Cristian mencionaba tener asco por Dejan y pidiéndole que abortara.

El menor estaba atónito, sus ojos se llenaron de lagrimas pero ninguna cayó, la historia que estaba oyendo parecía irreal, todo fue tan repentino, de un momento a otro comenzó a disociar que ni siquiera notó cuando salieron de la cafetería y llegaron a la casa de su tío.

Pierre le mostró a Alejo la carta enviada por Cristian, esa carta la cual Dejan no sabía su existencia debido a que Pierre le aseguró haberla desechado.

— Tu papá no sabe que aún tengo esto, le dije que me había desecho de ella pero en realidad la guardé porque sabía que en algún momento tendrías que conocer la verdad Ale y con pruebas.

Las manos de Alejo temblaban mientras leía aquello, no lo podía creer, todos esos años, la historia de que su otro padre no sabía de su existencia siempre fue mentira... esto nunca se lo pudo haber imaginado.

—¿Por... por qué? — tartamudeó levemente — ¿Por qué me lo contás ahora? —cuestionó sin alejar su vista del papel entre sus manos.

— Por qué él está amenzando a tu papá — sentenció— lo amenaza diciéndole que te va a decir todo si Dejan no accede a verse con él.

Pierre se sentó a su lado en el sofá y puso su mano en el hombro de Alejo dándole un suave apretón — Tu papá te ama mucho Alejo, y yo también, por eso te estoy hablando sobre todo esto, para que él no intente engañarte con una versión erronea de los hechos.

Hubo un pequeño silencio y las lágrimas del menor comenzaron a salir.

— Si Dejan te ocultó todo, fue porque ambos creímos que era mejor para vos pensar que tu padre no sabía de tu existencia a saber que él no te quiso desde el principio.

Alejo seco sus lágrimas con su mano derecha y miró a su tío — Yo, yo no entiendo... ¿por qué si él nunca me quiso ahora se me acerca? —sus grandes ojos marrones estaban un poco hinchados y rojizos.

— Eso es algo que también me gustaría saber, traté de discutirlo con tu papá pero él tampoco sabe la razón por la cual Romero intenta meterse en tu vida después de tanto tiempo... Lo único que puedo garantizarte es que yo los voy a cuidar, a vos y a tu papá, no voy a dejar que él vuelva a manipular y dañar a Dejan o intente alejarte de nosotros.

Alejo lo abrazó y susurró “gracias por contarme Tío” mientras entre lágrimas secas recordaba como Cristian le mintió en la cara fingiendo no saber sobre él y aparentando amabilidad después del gran daño que le había ocasionado a su papá por años.













































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⏰ Última actualización: Jul 26 ⏰

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LA FAMILIA QUE DESTRUISTE. [CutiSevski] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora