La Vuelta a Casa

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Ahora si, nos tocaba despedirnos de todos nuestros compañeros y de los trabajadores del hotel los cuales nos hicieron una estancia agradable y divertida, junto a los monitores de esquí.

Eran las 10 cuando finalmente llegaba el autocar que nos llevaría de vuelta a casa y con pena y lágrimas en la cara fuimos subiendo uno a uno.

Cuando llegó mi turno de subirme al autocar, me fui para el fondo (como siempre) y siendo sincera, pensaba que lo que teníamos José Daniel y yo no iba a seguir, pero para mi sorpresa, lo vi subir al autocar (obviamente), y poco a poco veía cómo se iba acercando más y más hacia donde yo estaba sentada hasta que llegó y se sentó a mi lado, me beso apasionadamente y dijo en voz alta:

- Ahora que vengan y me prohíban besarte aquí también.

Os podéis imaginar mi cara al ver que realmente entre él y yo se estaba formando algo precioso que tan si quiera me había planteado.

(Para que os hagáis una idea, en el hotel no nos dejaban estar juntos porque habían niños pequeños y "no pueden ver como dos personas se besan" por eso nos pasábamos los días enteros en las habitaciones para así poder estar juntos)

Tras 3h de viaje hacia Barcelona, llegamos al punto de encuentro donde nuestras familias nos recogerían. Ambos bajamos del autocar y fuimos a saludar a nuestros seres queridos cuando de repente, veo que viene hacia a mi, me coge de la mano, me lleva hacia donde está su madre y me presenta como "su novia". Mi cara fue un increíble show, me moría de vergüenza pero a la misma vez me encantaba que él también sintiera que no solo había sido algo de una semana.

Iban pasando las semanas y seguía viniendo a verme a casa, quedábamos, dormíamos juntos e incluso lo llevaba al hospital y me quedaba con él mientras le ponían la quimio y me daba igual si vomitaba, lloraba o se enfadaba, tenía claro que jamás me iba a separar de él.

Una historia de muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora