Capítulo 2 (Parte II)

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Gema Lancaster

Christopher llamó a Andres para decirle del acuerdo y arreglar todo solo para que yo tenga que firmarlo. El cambio tan extraño que tuvo de ayer para hoy me sigue dejando confundida.

Andrés llega con lo pedido y mira a Christopher como si tuviese una anomalía y a mí me mira peor.

—Christopher... Considera lo que vas a hacer…— le dice Andrés y asiento estando de acuerdo.

—No hay nada que considerar— dice Christopher pasándose la lengua por los labios— ¿Está todo listo?

—Si, pero escúchame. Estás haciendo una locura— vuelve Andrés con el tema y Christopher lo mira mal.

—¿En donde pedí tu opinión? Dame los malditos documentos — pide empezando a perder la paciencia—Este es tu regalo, amor—Me dice Chris y asiento.

Estoy sentada en las piernas de Christopher sin moverme y sin hacer nada, todo esto me parece irreal ¿Es mi coño el que hace amarres? ¿O es por el libro que conseguí ayer que cambió todo?

Andrés le pasa los documentos a Chris y el los revisa minuciosamente. Asiente satisfecho y luego me los pasa con suavidad a mí.

Leo todo sin creer que sea real, hasta dice que el puesto de primera Dama me pertenece a mi aunque nos separemos en algún momento.

—Firmemos, cielo— dice él emocionado y frunzo el ceño confundida.

Literalmente este acuerdo solo me beneficia a mi no a él, entonces.... ¿Por que está tan emocionado?

—¿Por que estás tan feliz? — pregunto terminando de leer las primeras dos páginas.

—Porque es un regalo y darte cosas me hace feliz— comenta el y Andrés y yo nos miramos sin entender.

—¿Desde cuándo te hace feliz?— pregunta él con sarcasmo.

—Desde ahora, así que cállate— le dice Chris molesto para luego pasarme el bolígrafo mirándome con amor— Firma.

—Okay…— Digo no muy convencida pero igualmente firmo las tres páginas pidiendo no arrepentirme después.

Chris me quita las hojas para firmarlas él y luego se las pasa a Andrés con una sonrisa de felicidad que al parecer no se la quita nadie.

Andrés se va no mucho después y Chris empieza a besarme el cuello.

—Eres mía — dice en un murmullo y asiento correspondiéndole el beso que me da.

Me levanto tiempo después ignorando las súplicas de Chris para que me quede y le dejé chuparme el coño una vez más.

«¿Será en serio que mi coño hace amarres?» Estoy empezando a creerlo.

—Nos vemos en la noche, okay? Recuerda lo que te dije, iremos a la gala— dice él y asiento tratando de soltarme de su agarre—No olvides llamarme cada media hora y si pasa algo dímelo que yo lo resuelvo.

—Si Chris, ahora sueltame que me tengo que ir— su boca va a la mía besando otra vez y empiezo a perder la paciencia.

—Pasame la dirección del departamento para mandar a buscar tus cosas — pide y asiento sacándole una sonrisa — no me dejarás, verdad?

—No Chris, ahora déjame ir.

Me vuelve a besar y luego me suelta obligado.

—Ahora no me dejarás nunca. De eso me encargo yo— escucho un murmullo emocionado proveniente de él y me volteo.

—¿Qué dijiste?— Pregunto confundida ya que no escuché.

—Nada, nada — dice con inocencia y asiento saliendo de su oficina.

Dios, en que me metí.

Las horas pasan rápido y llamo a Chris cada media hora como lo pidió y  cada que me dan ganas de mandarlo a joder a otro lado me acuerdo del dinero que me dará si me es infiel y se me pasa, solo espero que meta su verga en cualquier mujer que se le insinue y librarme de este calvario.

Salgo a correr y a entrenar con los demás soldados y suelto un suspiro al pensar en la locura que viví en poco tiempo.

¿Será que debo de buscarle un psicólogo?

Christopher Morgan.

Angela se me insinúa y trato de no vomitar por el asco que me da que otra mujer me toque.

—¡No me toques!— le grito perdiendo la paciencia.

—Coronel…

—Respetame que tengo mujer y respetate a ti también — le digo con asco— Ahora tengo que cambiarme la ropa, mierda.

—¿Qué sucede contigo?— Pregunta molesta y agarro el celular para pedirle a Mike que me traiga otra camisa.

—Nada, no me gusta que me toquen a menos que sea mi esposa— digo con orgullo y el celular suena con la alarma que me indica que gema está a nada de llamarme— Vete, que estoy ocupado.

Me mira con extrañeza y me paso las manos por el cabello con fastidio.

—¡Qué te vayas joder! ¡No ves que repelo tu toque, Dios! ¡Que alguien le consiga medicación! — Grito y ella me mira mal para darse la vuelta y largarse de una vez.

Gracias a Dios.

Me acerco a mi escritorio y me siento mirando el teléfono esperando su llamada. Mientras espero que mi celular suene me pongo a revisar la copia del acta de bodas que Andrés me trajo hace un rato.

Veo mi firma junto a la de Gema y suelto un suspiro satisfecho mientras me recuesto en la silla, ser un hombre casado trae muchas responsabilidades y estoy dispuesto a cumplir con todas.

Miro fijamente el teléfono esperando que suena pasa el tiempo y nada, me pongo a ver el reloj que cuelga de la pared y los minutos pasan y todavía no llama.

Mike llega con la ropa y no aparto la mirada del celular.

—¿Sabes dónde está gema?— pregunto empezando a perder la paciencia.

—No, coronel.

—¿Y por qué no?— pregunto molesto y el me mira diciéndome "No es mi trabajo".

Ruedo los ojos y me dispongo a llamarla yo. «Uno, dos, tres…» y me manda al buzón. Me levanto enfurecida y algo capta mi atención por la ventana.

Mi esposa está en la cancha entrenando junto a otros hombres que no la pierden de vista. Trago saliva al ver como sus tetas rebotan mientras salta y salgo corriendo mientras termino de ponerme la nueva camisa.

—Bota está mierda — le ordenó a Mike cuando paso por su lado.

Llego a donde está mi mujer rodeada de otros hombres y la tomo poniéndola sobre mi hombro sorprendiendola.

—¿Chris...? ¿Qué sucede?— pregunta con la respiración acelerada.

—No me llamaste— le reclamo.

—Estaba ocupada— comenta cortante.

—Bueno, ahora me darás de tu delicioso coño para poder disculparte.

—¿Y cuando te pedí disculpas?— pregunta indignada y le doy una nalgada haciéndola chillar— ¿Qué mierdas pasa contigo? Lunático, imbécil, estúpido pedazo de mierda.

Empieza a maldecirme pero la ignoro, deseando con ansias poder pegarme de lo que me pertenece y no soltarlo nunca.

                                ❤️‍🔥❤️‍🔥
¡Hola, hola!

Me da risa que Gema está en modo: que me sea infiel ya y el Christopher modo: no me toques que solo me puede tocar mi señora.

¿Qué les pareció?

Los quiero, cuídense.

LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora