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Una batalla que nunca comenzó II




— ¿Cuantos cafés llevas con este?

— ¡Casi me matas de un susto Kang!— Lara llevo una mano a su pecho, pues la otra estaba ocupada con un vaso de café recién comprado. El chico sonrió de lado enarcando una ceja.

—Vengo detrás de ti desde que saliste de la cafetería, te llame tres veces, ¿En qué pensabas que no me respondías?

—No escuche— murmuro, algunos mechones se escapaban de su coleta— Creí que estabas en quirófano.

—Mmm, hace una hora que salí, un paciente difícil si me lo preguntas, ¿Regresaste hoy?— asintió— creí que extenderías las vacaciones.

—No puedo, tengo pacientes por atender y el otro doctor que sería mi remplazo renuncio porque su esposa está a días de dar a luz— contesto, Lara y Kang se sentaron en un pequeño banco largo de concreto, específicamente en el jardín del hospital.

—Seokjin no asistió esta mañana, ¿Sabes algo?— negó— me dio la excusa que metió en su primera pasantía aquí.

— ¿Qué excusa?— frunció el ceño, observándolo.

—Que le dolía el estómago.

Ambos se observaron para luego reír.

— ¿Todo está bien?

— ¿Por qué lo preguntas?

—Tú y Kim Seokjin son cercanos, es obvio que pregunto ya que has estado distraída y Kim falto cuando adora ganar dinero con su apreciado trabajo.

—No lo digas así, si Jin te escuchara te daría una mala cara por pensar eso de él.

—Lara, Seokjin me daría la razón— ambos asintieron observando al frente, pacientes hacían su recorrido por el extenso jardín. El día estaba fresco—, ¿Cómo le va en el trabajo a Lora? Algunas de las enfermeras me han contado que Seokjin la tiene en la mira las veinticuatro horas.

Sonrió.

—Jin hace su trabajo, ambos están en paz por el momento— suspiro, sus manos jugaron con el vaso de cartón— creo que... si ambos no tuvieran el mismo carácter se llevarían bien, ahora está en casa descansando.

— ¿Se está quedando contigo?— frunció el ceño, dejando el vaso a mitad de camino a sus labios.

—Si... su departamento tuvo una fuga y evacuaron, no le quedo de otra que venirse conmigo.

Song Kang asintió, a pesar de no creer en totalidad su respuesta anterior.

— ¿Qué harás este sábado?

— ¿ah?

Lara bajo un poco la mirada observando sus uñas algo cortas y con una gran falta de pintura rosa pálido en algunas partes, necesitaba con urgencia una manicura.

—Creo que ayudare a Lora con algunas cosas, ¿No tenías una convención de cirugía este sábado?

—Por eso pregunto— se encogió de hombros— creo que podrías ir conmigo, conocerás doctores que vinieron desde el extranjero y, — la observo detenidamente— habrá un brindis en la noche, una pequeña reunión con los mejores.

—No sé qué haría yo ahí. — sonrió con las mejillas rosadas.

—Extender tus horizontes y llenarte de conocimientos de grandes expertos, en serio deberías ir conmigo, ¿Quieres pensarlo?

La novia de papá©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora