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Han Lara arriba, gente. 

...



Mi ángel

Con 6 años de edad Jeon Mina era muy inteligente, comprendía muy bien las cosas que su padre o tío le explicaban.

Una de aquellas cosas que comprendió siendo tan pequeña e inocente fue que no tenía una figura femenina en su vida constante, una madre.

Si, tenía a Sumi. Pero Sumi era su abuela, la quería y adoraba mucho.

¿Cómo había comprendido aquello?

Un día en su escuela, específicamente el día de la madre.

Muchas señoras con sonrisas abrazaban a sus hijos, recibían manualidades que ellos habían hecho durante días. La clase se llenaba de flores, globos, tarjetas y felicitaciones con actos pequeños dentro del aula.

Todas aquellas señoras asistían con gran sonrisa, y un día Mina pregunto:

Papi...

¿Si, amor?— pregunto Jungkook, sus ojos puestos en el camino pero prestando atención a la voz de su hija en la parte trasera de su auto.

¿Yo tengo mamá?

La pregunta le había caído como balde de agua fría, sus manos apresaron el volante con más fuerza de la necesaria, pero sabía que algún día ella preguntaría aquello.

Sí, tienes una madre, Minmi.

¿Y porque no viene a mi clase?

Mmm, bueno...— trago grueso, estacionando a un lado. — tu mami... está lejos, en un lugar muy lejano.

¿Cómo la abu Go?

Le era tan difícil hablar, su mirada oscura bajo hasta sus manos que reposaban en su regazo. Quería explicarle todo, contar con hechos y verdades que, tenía una madre, pero aquella mujer la había abandonado. No la amaba.

Algo... así— susurro, metido en sus pensamientos. — Mina...

Papi, si no tengo mami...— Jungkook volteo rápidamente para obsérvala jugar con la falda de su uniforme— ¿Tu eres mi mami?

La sonrisa nostálgica apareció en su rostro, quitando su cinturón de seguridad abrió la puerta del piloto para subirse a la parte trasera, sus manos grandes tomaron las de su hija, una suave caricia llamando su atención.

Yo soy tu madre y tu padre, Mina. ¿No te gusta eso?— pregunto, suavemente en murmullo. Le aterraba la respuesta.

Sí, me gusta— respondió alegre, sus manitas tomaron el rostro de su padre, quien parpadeaba para no soltar lágrimas. —tu siempre has sido mami, y titi también ha sido mami.

Si— río, sorbiendo su nariz. — a titi le encanta ser mamá también.

Tu eres buena mamá, pero te falta pelo largo... — Mina hizo reír a su padre, sus deditos se enredaron en su cabellera oscura corta.

¿Quieres que me deje crecer el cabello, Mina?

Sip.

Entonces este padre-madre se dejara crecer el cabello por su hija.

¡Yai!

Entonces, desde ese momento su cabecita había interpretado el silencio de su padre. Ella no poseía una madre físicamente, pero tenía un padre que tomaba su papel muy en serio.

La novia de papá©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora