Crónicas de una infidelidad.

Capítulo IV

Capítulo IV:

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CRÓNICAS DE UNA INFIDELIDAD

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Son negocios, mi amor.

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―¿Pero porqué?― Susurro frunciendo las cejas color rosa  ―Creí que estábamos bien―

Kakashi la miro con una extraña mezcla de arrepentimiento y cariño porque si, era casado y no pensaba divorciarse pero la realidad era que su alumna le encantaba y no solo físicamente, le gustaba su forma de ser, de pensar, le gustaba ayudarla a estudiar y escuchar sus teorías y comer todos esos postres dulces que ella hacia en época de exámenes para calmar sus nervios pero tampoco podía olvidar que le llevaba más de quince años y que por mucho que le gustará Sakura Haruno no dejaba de tener veintitrés años y de ser su alumna.

―Esto nos puede afectar― Hablo serio, retrocedió unos pasos observando a su alrededor, a esa hora el campus de la Universidad estaba vacío ―Soy tu profesor―

―Pero eso no te molestaba antes― Chillo y se obligo a sí misma a intentar llorar o por lo menos que sus ojos se humedecieran ―Yo te quiero Kakashi― Le confeso y lo abrazo con fuerza de la cintura hundiendo su rostro en el pecho masculino.

El Hatake se puso tan tenso ante el abrazo, apretó ambas manos en los brazos de la chica para separarla de él, si alguien los veía en esa situación tan comprometedora podía perder su empleo.

―Lo siento, Sakura― Al fin logró separarla de él, clavo sus ojos en ella y se le estrujo el pecho de hacerla llorar ―Por ahora es lo mejor―

Y recordó que junto con esas once fotos le exigían una cuantiosa suma de dinero. Al principio creyó que la pelirrosa le había tendido una trampa, quizás sabía que era casado y quería vengarse pero desistió de la idea cuando le pidieron un cuantioso soborno por el silencio, Sakura sería incapaz de hacerle algo así.

―Esta bien, Kakashi―

Lo confirmo cuando vio sus ojitos verdes llorosos.

―Nos vemos en clase― Se despido alejándose de ella y la escucho gimotear a sus espaldas, apresuró más el paso evitando volver y abrazarla.

Sakura sonrió quitándose las lágrimas de prisa con la manga de su abrigo, Kakashi creía que era un tierno angelito pero la realidad era que era el mismo diablo con rostro angelical.

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Itachi sonrió cuando recibió aquella notificación, apresuró más el paso para alcanzarla a la salida de clase y le rozo el hombro levemente al pasar junto ella dándole a entender que lo siguiera. Sakura lo alcanzo en uno de los pasillos de la biblioteca.

―¿Qué ocurre?― Le preguntó la chica ubicándose justo frente él entre ambas estanterías cargadas de libros.

El Uchiha sonrió enseñándole la pantalla del móvil, los ojitos verdes brillaron al ver la suma de dinero transferida.

―¿En serio?― Pregunto incrédula y el mayor asintió logrando una sonora risa por parte de la pelirrosa ―Ay, Itachi― Chillo tirándose a sus brazos y lo apretó con fuerza de los hombros ―Como te quiero―