Exhalo el humo de su boca, aun no podía creer lo que paso hoy, en su cida habia enfrentado muchas cosas ¿pero esto?
En el mercado de verduras cerca del mar, mientras hablaba con Vivi, un adolecente se le acerco, pensó que estaría perdido y por eso fue amable, no esperaba que se tratara de una confesión de amor, para ser sincero se sentía incomodo, no por la confesión en si, sino por lo duro que fue con el niño.
-¿Te gusto?-
Vivi se cubría la boca sin dejar de ver al pequeño chico de cabellos verdes, para el rubio esto era realmente una falta de educación, un verdadero hombre si va a confesarse no lo haría delante de tantas personas, eso demuestra que eres un cretino creyendo que esa persona dará una respuesta positiva.
El peliverde se veía expectante a su respuesta, por dios, era solo un niño, su ingenuidad sobrepasaban sus pensamientos -¿tu edad?-
-Catorce-
-Oh dios- murmuro la peli azul.
Frunció el ceño al oír ese pequeño sobresalto, no quería los comentarios de una mujer en esta situación, ya mucho se estaba arriesgando en este lugar -eres un niño- eso lo sabia pero no tenia que decírselo tan directo -tengo cuarenta y tres ¿entiendes en el problema que me metería con solo hablar contigo aqui?-
Era un adolecente en pleno florecimiento, un niño que no tenia nada decidido aun -¡soy serio!- exclamo
-No eres serio cuando te expones de esta manera, el único que termina en un aprieto soy yo ¿Qué dirán las personas que escucharon?- le dio la espalda -retírate, ni siquiera entiendes lo que dices-
Se apretó el pecho, dolía, eso dolió mucho, salió de allí corriendo, el rubio no pudo evitar voltearse a verlo irse, ese chico se oyó realmente serio -estaba llorando- le murmuro Vivi -¿no fuiste muy duro?-
-Es mejor así, no debe crear expectativas conmigo-
La mujer lo tomo de la mano -¿estas bien?- sonrió apenas, su amiga si que lo conocía.
Ahora en el restaurant no podía dejar de pensar, cuando eres un precoz quieres tener sexo con muchas mujeres, no entendía su lógica de adolecente, no era normal clavar tus ojos en un hombre adulto, menos en alguien tan viejo, se miro en el espejo, bueno, estaba viejo pero no se veía tan mal, conservaba su sensualidad, bajo el cigarro al recordar un desliz que tuvo con una mujer bastante mayor, en ese momento tendría dieciséis y ella treinta y tantos, pero aquí vamos, era una hermosa mujer, sus curvas estaban en un nivel incomprendido, tuvieron sexo en su departamento hasta que se sacio, recordó que ella pedía que se detuviera, fue un salvaje total, en ese entonces necesitaba descargarse.
Tiro la colilla al tacho, destruyo un amor adolecente y eso era doloroso, si lo veía de nuevo se disculparía.
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Toco la puerta tres veces -Roronoa- no recibió respuesta y volvió a tocar -Roronoa, la cena se enfriara- decidió entrar de una vez y lo vio en su cama envuelto en sus mantas -permiso- miro el bulto -la cena-
-No tengo hambre-
Suspiro, no iba a insistir -de acuerdo ¿Qué pasa?- pero no iba a ignorar la situación, habían bollos de papel en el suelo, su sobrino estaba llorando, podía leer bien este dormitorio, lo conocía, incluso podía ver las revistas porno que le escondía a Saga -¿quieres hablar?-
Nego y se quedo allí -¿Qué pasa?- el pelirrojo entro a la habitación oscura, -la cena se enfriara- al notar el ambiente se sentó en el borde de la cama -Zoro ¿Qué sucede?- el chiquillo se mantenia quieto y eso lo enterneció.
Pudo retirar esas mantas y ver su sonrojado rostro, esos ojos hinchados decían demasiado, por dios que habia pasado por tiempos de mucho sufrimiento -me rechazaron-
Al pelirrojo se le hincho el corazón, el primer amor de su muchacho, espero este momento toda su vida, pero no era para emocionarse -bueno, suele suceder que a uno no lo correspondan-
-Pero fue muy duro- tenia altas expectativas -no pensé que me respondería así-
-Comprendo ¿sucedió hoy?- el menor asintió -¿Cómo se llama?-
Negó -no lo se, solo me dijo que era un niño y me fui corriendo-
A Shanks le tembló una ceja -¿era una mujer mayor?-
Se limpio la nariz -era un hombre- el pelirrojo miro al pelinegro quien mantenía la misma postura, no se veía abrumado en lo absoluto -Shanks, a ti te gusta Mihawk-
-Si-
-Pero a ti Mihawk no te gusta Shanks-
-No-
El pelirrojo sonrió nervioso por la respuesta, ese hombre no tenia ni un toque de delicadeza -¿Por qué viven juntos? ¿Cómo puedes verlo y no desearlo? ¿No es cruel?-
Entendía a lo que se refería -esa fue mi elección- aclaro el mayor -aunque Mihi no me ame, mi corazón es feliz con solo verlo-
No lo comprendía, no tenia sentido -quiero estar solo-
Salieron de la habitación y suspiro pesadamente, era difícil ligar con un adolecente y más si se trataba de Zoro -no debiste decirle eso-
Entendió a que se refería y le sonrió -soy honesto-
Mihawk era consciente de los sentimientos de su mejor amigo, este nunca lo había ocultado y se había acostumbrado a ese extraño cariño, sabia que para el pelirrojo estar a su lado era difícil pero lo lamentaba por el, solo quería una mujer a la cual amar.
-¿Quieres unas copas después?-
Asintió, amaba el dulce de sus vinos.
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-¿Sigues pensando en el?- Nami apoyo sus pechos contra la cabeza del peliverde y lo abrazo -tranquilo, estoy aquí-
Se molesto -lo que menos quiero es que me consueles-
Lo soltó divertida pero se torno seria -¿tanto te gusta?- el menor asintió -¿si te gusta tanto porque te rendiste tan rápido?- eso lo sobresalto -paso una semana y no te animas a ir a ese lugar de nuevo, empiezo a creer que solo era un capricho-
No, el no era un capricho, cuando lo vio sintió que iba a morir, el mundo a sus pies se había sacudido y por primera vez amo un dulce aroma, ese hombre era único -yo lo amo-
-Entonces búscalo y sincérate de nuevo, tal vez no resulte pero sabrás que no te rendiste, porque Roronoa Zoro no es fácilmente derrotado ¿no?- sonrió, le acababa de dar un empujon realmente fuerte, la tomo de las mejillas y beso sus labios -¡oye! ¡¿Por qué me besas si amas a ese tipo?!-
-Te lo agradezco-
-Ya vete de una vez, te cubriré- el peliverde corrió y salto el paredón, suspiro molesta pero la sonrisa se mantenía en sus labios, Zoro acababa de dejarla, su relación termino, pero estaba feliz por el -te estaré apoyando idiota-
No sabia porque corría, el no iba a desaparecer, ese hombre no se borraría de la noche a la mañana, pero sentía nuevamente esa emoción de la primera vez, los arboles se veían tan brillantes y el sol estaba más irradiante que nunca, estaba agitado pero emocionado, tenia el golpe de adrenalina que necesitaba, esquivo personas y cruzo la calle de manera imprudente, necesitaba encararlo ya, decirle todo de la manera menos cobarde, si retrocedía atrás y se veía diría que fue un tonto.
-Sanji-san- murmuro la peli azul y en cuanto se volteo vio al chiquillo de cabellos verdes, estaba sudado y agitado, debio darse la carrera de su vida, miro a su querida amiga, esta nuevamente no sabia como interpretar esta situación, era un simple niño y Sanji solia ser demasiado amable a vrces y eso lo ponia en un riesgo, en cuanto al rubio penso que la sinceridad era primordial, se acerco al moreno y le apoyo una botella fria en la mejilla.
-Hablemos- caminaron un poco y bajo un arbol que apenas comenzaba a florecer el peliverde no dejaba de mirarlo, su cabello era realmente hermoso -bebe esa agua-
Cierto, debía de verse ridículo, sudado y jadeante -gra-gracias- ¡Imbécil! ¡¿Por qué agradecía?! Seguia siendo un niño
-Me llamo Sanji- se llevo un mechon detrás de la oreja -¿tu nombre?-
-Ro-Roronoa Zoro,
-Zoro…- su nombre salir de esos labios fue majestuoso, mierda, se estaba enamorando aun más -Marimo-
-¡¿Qué?!-
Se llevo un dedo al mentón -Dije Marimo, es que te pareces-
¿Una broma? Eso era algo bueno ¿verdad? No se veia molesto -¡¿Por qué un apodo?! ¡Me llamo Zoro!-
-Ni hablar, eres Marimo a partir de ahora ¿de acuerdo?-
-¡Claro que no!-
Dejo de lados los chistes, realmente era un niño -lamento lo que te dije hace dias, fui grosero-
El cambio repentino de ambiente lo incomodo -esta bien, fue tonto de mi parte-
-No, es admirable que te confieses tan sinceramente, pero no lo vuelvas a hacer en publico ¿bien?-
Asintio ¿Por qué el rubio tenia tanto pecho? Esa camisa marcaba notoriamente su cuerpo -¿quieres comer algo?-
Nego -lo que quiero es que regreses a la escuela- se vio acorralado al recordar que lucia el uniforme -no quiero problemas ¿no te lo dije?-
-Pero…quería decírtelo como sea, otra vez-
Solto una risilla -bueno ¿Qué quieres decirme?-
-Te amo…- su corazón estaba en su propia carrera -entiendo perfectamente que soy un chico de catorce años, entiendo que no me tomes en serio, entiendo que creas que algún día mis sentimientos cambiaran, pero no es así, aquí, en este momento, prometo amarte hasta que decidas quererme, se que tendré que pasar por pruebas y me moriré de celos, si alguien se atreve a tocarte lo golpeare-
-No puedes golpear a una dama idiota-
-¡Aun así!- extendió su mano para que la estreche -¡me enamore de ti! ¡Te amo Sanji!-
Tan rojo, así que este era un chico completamente perdido por el, aaah, hubiera sido lindo que una chica le dijera esas palabras, habría tenido un hermoso sentimiento, pero ahora se sentía como piedras golpeándole el cuerpo -no puedo corresponder a esos sentimientos tan sinceros, lo unico que puedo darte es mi amistad-
Shanks vino repentinamente a su cabeza, estaba encadenado a un hombre que no lo amaba, que ni siquiera se molestaba en mirarlo, pero…lo veia tan feliz, no se arrepentia de nada.
Asintió y Sanji estrecho su mano.
No importa lo que le este diciendo, definitivamente iba a conquistarlo y esto no iba a ser como Shanks… no se conformaria con solo mirarlo, este hombre iba a ser suyo.Mis amores!!! ❤
Como estan? Demore en escribir y no se perdona, amo ver a un Zoro pequeño pero no tan pequeño, mil gracias a quienes me siguen, me hace muy feliz ver que mis historias son algo interesantes, lo agradezco mucho, espero actualizar más seguido, las amo! 🥰
Mero...
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Una piedad sucia
AcakTodas las vidas son distintas, pero Zoro no entendia esas palabras y su razón de vivir se volvió Sanji, alguien que no debio mirar ni desear, porque la fruta se pudre luego de morderla.