IX

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—¡Mamá, Papá! —Dijeron al unísono los príncipes hermanos al llegar a la entrada del castillo.

—¡Mis niños! —Vocifero la Reina extendiendo sus brazos.

Juntándose en un abrazo, la Reina Lee y sus dos hijos, están juntos después de meses separados. Ambos príncipes habían salido corriendo del carruaje tan pronto como este paro y abrazaron a su madre.

—No tienen idea de cuanto los extrañamos, teníamos miedo de que no estuvieran para la celebración del Reino.

—Inna, cariño, dejalos respirar. —Dijo su esposo con una sonrisa.

El momento fue interrumpido por un mayordomo quien le susurro algo a la familia Real de tal forma que solo ellos cinco escucharán y de inmediato la sonrisa se le borro del rostro, dirijiendo su vista a los príncipes qué tenía en frente, suspiro aliviado al ver a dos príncipes en especial frente a ellos como si nada.

—Qué los lleven a la enfermería de inmediato, mientras más rápido actuemos más rápido acabara esto.

Varios guardias empezaron a dirigirse a los carruajes y se llevaban a los chicos que pertenecían al reino del fuego, los príncipes de dicho reino al ver esto iban a objetar pero la cara de los reyes no los dejarón mientras que los Reyes Kim no sabía que estaba pasando.

—Disculpen que los recibamos así pero estos chicos necesitan atención médica, por favor pasen al castillo.

—Dongwook tiene razón, pueden explorar libremente. Ahora, mis pequeñas flores de loto, nosotros debemos de tener una pequeña charla, saben en donde. — Tras decir eso, los Reyes se adentraron al castillo dejando con duda a todos los presentes.

—¡Jungwon! — grito Sunghoon haciendo voltear a ambos hermanos. —¿Qué está pasando?

El mencionado volteo a ver a su hermano como diciendo que no se metiera, luego regreso su vista a Sunghoon y contesto.

—Luego hablamos y te explico Sunghoon. —Fue lo único que dijo y se dio la vuelta.

Al entrar los príncipes fueron seguidos por todos aquellos que pertenecían al reino de agua sin dar explicaciones dejando a todos los presentes confundidos.

Adentro del castillo, todo era diferentes tonos de azul, además de que el castillo estaba casi todo en el mar, la entrada era lo único que estaba en tierra y era espaciosa. El lugar donde iban a hablar era una especie de salón, ahí siempre trataban asuntos con los jóvenes del pueblo pero era la primera vez que tratarían algo serio.

Al entrar el último al salón, se cerró la puerta quedando en un profundo silencio.

—Muy bien mis pequeñas flores de loto, ocurrió una situación. —empezó la Reina. — Los chicos de fuego empiezan a debilitarse y necesitarán nuestra ayuda.

Murmullos se empezaron a oír por todo el salón, ¿ayudarlos? ¿En que mundo se podría hacer eso? Además estaba el hecho de que los odiaban.

—Se que tenemos cierto desacuerdo con ellos, pero si no los ayudamos se iniciará una guerra. —le siguió el Rey con un tono serio.

—Papá, ¿Por qué se iniciaría una guerra?

—La razón Heeseung, es por los príncipes.

—Todos empiezan a debilitarse y unos ya han sido llevados a la enfermería, pronto los príncipes también se verán afectados y si no hacemos nada, podrían morir.

Otro silencio, esta vez era un silencio qué reflejaba miedo, el miedo de iniciar una guerra involuntaria y las cosas fueran de mal en peor.

—Se que tienen miedo y es comprensible, solo debemos mantenerlos con salud el tiempo que estén aquí y regresarán a sus vidas tranquilas.

Singularity¹ ||Jaywon|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora