Protector: Ustedes sigan como si nada, yo les aviso si hay que correr.
Marta: ¿C-correr? *algo nerviosa*
Inma: Calma Marta, mantén la calma. *completamente pálida*
Sergio: Deberías escucharte a ti misma cielo...
Inma: Sí, debería, pero digamos que la tengo un poquito difícil.
Narradora: A ver chavala, respira hondo y piensa en cosas felices.
Sergio: Chicos, es impresión mía o de repente no hay gente en las calles?
Protector: No, parece que no hay personas por ningún lado.
Inma: ¿Cómo lo sabes?
Protector: Mientras ustedes hablaban felices de la vida, los llevé por varias rutas para ir a casa y, adivinen qué? No había ni un alma en una sola de ellas.
Sergio: Lo cual significa que tenemos un buen problema.
Protector: Exactamente.
Sergio: En ese caso supongo que fue buena idea escribir mi testamento.
Marta: ¿Qué? ¿En serio hiciste eso?
Sergio: Claro que no, solo quería bajar la tensión del ambiente.
Inma: ¿Cómo están tan tranquilos?
Sergio: Pues Narradora y Protector nos cuidarán si pasa algo, no?
Narradora: Pos para eso estamos aquí.
Inma: Solo hay un problema.
Sergio: ¿Y es...?
Inma: No pueden usar sus poderes o la gente sabrá que no son humanos normales.
Narradora: Inma, Inmita querida, ya oíste al poste de luz, no hay gente en las calles.
Protector: Sí, a menos que justo llegara alguien y nos viera haciendo cosas sobrenaturales.
Inma: *carraspea* ¿Y los tíos que nos vienen siguiendo no cuentan?
Todos: Oh... cierto...
Inma: *se golpea la frente con la mano* No hay rastros de vida inteligente por aquí.
Protector y Narradora: Te oí.
Sergio: En ese caso la única solución es correr, cierto?
Protector: No es la única, pero es la más segura.
Narradora: ¿Y si les tiramos una flashbang? Así huiríamos más fácilmente.
Protector: ¡Claro! Porque hoy en día todo mundo lleva una granada que te deja sordo y ciego unos momentos en su bolsillo, no?
Narradora: Eh... chi :>
Protector: *la golpea en la nuca* Babosa.
Marta: Calmaditos por favor.
Protector: No tengo la culpa de que esta mujer sea tan pende-
X: *les apunta con un arma* Muy bien niñitos, manos en alto, ahora ustedes vienen con nosotros y ni piensen en resistirse.
--Los cinco levantan las manos--
Sergio: Muchas gracias por avisarnos cuándo correr, eh? ¿Qué habríamos hecho sin ti?