Capítulo 3: ¿Quién nos busca?

22 1 10
                                    






Protector: Ustedes sigan como si nada, yo les aviso si hay que correr.

Marta: ¿C-correr? *algo nerviosa*

Inma: Calma Marta, mantén la calma. *completamente pálida*

Sergio: Deberías escucharte a ti misma cielo...

Inma: Sí, debería, pero digamos que la tengo un poquito difícil.

Narradora: A ver chavala, respira hondo y piensa en cosas felices.

Sergio: Chicos, es impresión mía o de repente no hay gente en las calles?

Protector: No, parece que no hay personas por ningún lado.

Inma: ¿Cómo lo sabes?

Protector: Mientras ustedes hablaban felices de la vida, los llevé por varias rutas para ir a casa y, adivinen qué? No había ni un alma en una sola de ellas.

Sergio: Lo cual significa que tenemos un buen problema.

Protector: Exactamente.

Sergio: En ese caso supongo que fue buena idea escribir mi testamento.

Marta: ¿Qué? ¿En serio hiciste eso?

Sergio: Claro que no, solo quería bajar la tensión del ambiente.

Inma: ¿Cómo están tan tranquilos?

Sergio: Pues Narradora y Protector nos cuidarán si pasa algo, no?

Narradora: Pos para eso estamos aquí.

Inma: Solo hay un problema.

Sergio: ¿Y es...?

Inma: No pueden usar sus poderes o la gente sabrá que no son humanos normales.

Narradora: Inma, Inmita querida, ya oíste al poste de luz, no hay gente en las calles.

Protector: Sí, a menos que justo llegara alguien y nos viera haciendo cosas sobrenaturales.

Inma: *carraspea* ¿Y los tíos que nos vienen siguiendo no cuentan?

Todos: Oh... cierto...

Inma: *se golpea la frente con la mano* No hay rastros de vida inteligente por aquí.

Protector y Narradora: Te oí.

Sergio: En ese caso la única solución es correr, cierto?

Protector: No es la única, pero es la más segura.

Narradora: ¿Y si les tiramos una flashbang? Así huiríamos más fácilmente.

Protector: ¡Claro! Porque hoy en día todo mundo lleva una granada que te deja sordo y ciego unos momentos en su bolsillo, no?

Narradora: Eh... chi :>

Protector: *la golpea en la nuca* Babosa.

Marta: Calmaditos por favor.

Protector: No tengo la culpa de que esta mujer sea tan pende-

X: *les apunta con un arma* Muy bien niñitos, manos en alto, ahora ustedes vienen con nosotros y ni piensen en resistirse.

--Los cinco levantan las manos--

Sergio: Muchas gracias por avisarnos cuándo correr, eh? ¿Qué habríamos hecho sin ti?

Magia pura 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora