Una noche tras la guerra contra el Frente de Liberación y la Liga de Villanos dejaba una herida fuerte en los héroes de Japón. Había un joven que estaba destinado a ponerle fin a una pelea que llevaba más de un siglo. Pero antes de partir, tuvo que...
— ¿Sabes? Pareciera como si él regresó de entre los muertos. -decía la chica inventora de pelo rosado con forma de tentáculos-.
Ochako Uraraka había ido a buscar a Izuku, pero ella desconoce el porqué terminó en el laboratorio personal de Mei Hatsume, la nueva maestra del curso de Apoyo de la academia UA. La castaña le contó la historia, sin mencionar detalles de lo que pasó antes de verse por última vez cuando estaban en la academia.
— ¿No crees que estoy alucinando o que sea una loca? -preguntó Ochako con algo de nervios-.
— Si viene de ti, que no suele esperarse de una heroína de tu categoría, no veo necesidad de no creerte. Además para un inventor, cualquier cosa o cualquier evento es una posibilidad de algo nuevo. Aunque se cuestione la base científica, nunca es imposible que exista un poco de verdad en aquello que no podemos entender. -explicó Mei mientras veía algunos recortes de los planos de los primeros trajes de Izuku-. Así que, ¿él está aquí? Quisiera ver cuánto cambió para hacerle un traje.
— Pues... -Uravity sentía algo de vergüenza que le creyeran tan fácilmente-. Él ahora no está acá, lo estoy buscando. Y pues... él sigue teniendo la forma de cuando estaba en la academia.
— Ya veo, entonces me gustaría mostrarle algo de lo que he hecho. Sería interesante que viera cuánto cambié y mejoré. Además, hubo cosas que pude haber hecho mejor por sus trajes... -la inventora se metió a un pequeño almacén para buscar cosas-.
— Le dije todo a Hatsume-san porque necesitaba decírselo a alguien para calmarme, pero no esperaba que lo aceptara tan rápido. -la mochi veía algo extrañada a Hatsume-. Ella solía ser un poco extraña con Deku-kun, Iida-kun y conmigo, pero nunca supimos demasiado de ella a nivel personal. Power Loader-sensei la veía un poco con molestia, pero tenía razón en creer en ella y su trabajo. Ella parece ser la única que...
— Tú no has cambiado, Hatsume-san... -decía Ochako con algo de nostalgia-.
— Pues... -Mei dejó de buscar en su almacén y se puso a pensar, veía su laboratorio, sus inventos y sus manos-. Claro que sí cambié, ja ja ja ja. Pero nos desviamos del tema, hablábamos de Midoriya-kun. ¿Él dijo que quería cumplir algo que le prometiste o tienes algún indicio que tenga que ver con su deseo?
— Siéndote honesta, no me imagino qué tipo de deseo busca, solo me dijo que nos involucra a todos y creo que te incluye a ti. -Uravity levantó la mirada hacia la inventora-.
— Watashi? Pero tampoco es que fuéramos tan cercanos, aunque sí fue triste la noticia de su muerte. Él era un motivo para crear a mis bebés, su valentía y poco amor a su propia seguridad me inspiraba para trabajar... -la pelirosada quería seguir hablando, pero notó que Ochako tenía la cabeza baja-.
Cuando notó esto, Mei no tuvo mayor reacción que ir a un pequeño refrigerador y ofrecerle algo de tomar a su invitada. Así cortaría esa incomodidad que había en el aire.
Mientras tanto, en otra parte de la ciudad
Eijiro Kirishima había salido de su trabajo, era un poco tarde por la noche y no había cenado. Lo acompañaba su compañero Katsuki Bakugou, ambos venían saliendo de la agencia de este último.
— Insisto en que no deberías haberla tratado así, no creo que sea correcto ni muy masculino sacarle en cara ese tema si sabes que ella era muy cercana a él. -decía Eijiro mientras veía cómo pasaban los autos-.
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