Una vez en la carpa, el frío volvió a abrazarnos, estábamos encerrados en la oscuridad del bosque, escuchábamos lobos ahuyar, era como si estuviesen cerca de nosotros, algo nos vigilaba, sentíamos la presión de que nos acechaban, mis huesos se congelaron, Ariana empezó a llorar, escuché el llanto de almas en pena, escuché el dolor de los muertos del bosque, los gritos de las almas perdidas y el terror en sus espíritus torturados por algo incluso mas grande. Nuestros huesos se estremecieron ante tan aterrador espectáculo, fue tanto el sufrimiento, asco y maldiciones que escuchamos que empezamos a marearnos y vomitar, varias de ellas pedían ayuda, pero ¿y a nosotros quien nos ayudaría? Estábamos olvidados en ese lugar, Dios se olvidó de nosotros, fue ahí que me di cuenta de que era porque estábamos sobre el infierno en la tierra.
Tras pasar esa aterradora noche, tras pasar el mayor miedo de muestras vidas, tras todo ese dolor nos dormimos sin darnos cuenta, al amanecer cuando salió algo de luz las calamidades que nos acosaban desaparecieron, estábamos totalmente aterrorizados, pero tuvimos fuerzas para levantarnos de la carpa, tomamos agua, y terminamos las sobras de la comida que teníamos.
Nos dispusimos a seguir caminando, estábamos decididos a salir de ahí ese mismo día, estábamos en graves problemas, ese bosque si estaba maldito y sabíamos muy bien que no aguantaríamos otra noche allí, de hecho nadie la aguantaría, de eso estoy muy seguro...
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Aokigahara: El bosque del suicidio
SpiritualEn Japón, existe un lugar, un bosque, al cual se le atribuyen gran cantidad de suicidios desde que se tiene noción del tiempo, éste lugar se dice que está maldito, y hoy les traigo ésta historia, la de dos guerreros, dos personas que tratan de no...
