— Hola, señor Murphy.-saluda una vez la puerta abierta. Sus dedos jugaban con el táper que traía en manos. Parecía ansiosa.- Espero no molestarlo.
Sonreí inconcientemente al verla. ¿Molestarme? Para nada.
— ¡Anna! No, justo acabo de terminar unos papeles. ¿Quieres pasar? -me hice a un lado para que pasará y luego cerrar la puerta detrás nuestro.
Ella se sentó en el sofá, le propuse algo para tomar y pidió agua. En todo momento tenía la cabeza un poco gacha por lo que unos cuantos cabellos caían sobre su hermoso rostro. Aquello me parecía un desperdicio pero a la vez me causaba ternura.
— Gracias.-dijo al aceptar el vaso de agua.
— ¿Te has escapado de clase? -pregunté de repente sentándome al lado de ella al notar que llevaba su uniforme puesto. Ella sobresalto como si la hubiera atrapado.
— N-no, mi profesor está ausente por lo que terminé temprano.
Alce una ceja a modo de jugueteo.
— ¿No me estarás mintiendo?
— ¡Se lo juro! -dijo rápidamente y apretando el táper que reposaba sobre sus muslos, aquél gesto hizo que mirará en aquella dirección. El hecho que su uniforme deba tener una falda lo odiaba, lo odiaba demasiado, hacían relucir sus piernas más de lo normal y estaba consciente que no era el único hombre que las miraba de aquella manera. Me encantaban las formas que tenían, de hecho todo su cuerpo me encantaba, su piel parecía suave y a la vez ardiente como si con solo tocarla estuviese tocando el mismísimo infierno. De hecho si dejaba llevarme por la tentación creo que ya estaría cavando mi propia tumba hacia aquel lugar.
Volví mis ojos hacia ella y sonreí con los labios sellados.
— Está bien, está bien. Te creo. -me acomodo sobre el respaldo del sofá- Así que, ¿Qué te trae por aquí Annita? -me encantaba ese sobrenombre. Lo utilizo sobre todo para jugar un poco con ella y parece funcionar ya que la sentí tensa.
"Dí que me querías ver, dí que me querías ver."
— Pues... me da vergüenza decirlo, pero mi madre hizo unas galletas y guardo para usted. -alzo el táper hacia mí sin mirarme- ¿Sabe? Puede no aceptarlas y-
Quedó sorprendida al yo arreglar unos cabellos que caían sobre su rostro detrás de su oreja. Nos miramos y juraría que aquellos orbes avellana eran los más hermosos que había visto. Tan expresivos, tan brillantes... tan inocentes. Quería que aquella mirada fuera sólo mía, que me mire solo a mí y a nadie más. Haría lo que fuera por que fuese así.
¿Egoísta?
Totalmente.
— Gracias.-sus mejillas estaban completamente rojas y sus labios ligeramente húmedos por el agua que había tomado. Yo en este punto estaba llegando a mí límite. Lo sabía por los latidos en mi pecho y por como sentía un bulto en mi entre pierna. Tome el táper y nuestros dedos se rozaron a lo que ella se para de repente.
— Debo irme. Gracias por el vaso de agua señor Murphy.
Mis ojos la siguieron hasta perderla de vista y escuchar la puerta cerrarse. Estuve sorprendido por su ida fugaz, solté un gran suspiro y me deje caer sobre el sofá.
¿La habré asustado? ¿Se sintió incómoda? Tal vez me pasé de más.
La idea de que la hice sentir mal me abrumaba, en ningún momento quiero que se sienta así conmigo, pero es verdad que cada vez que la veo se me hace complicado controlarme. Miré el táper donde estaban las galletas en forma de dinosaurios y me fue inevitable no sonreír.
Así me sentía con ella. Estaba en una nube con solo pensar en ella, pero era consciente que aquel sentimiento no duraba lo que me gustaría que durara. Aquello que sentía era un pecado, algo mal visto por la sociedad...
Simplemente era algo imposible.
-B
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Under the Sheets | Cillian Murphy |
Fanfiction"Y aun así, bajo las sábanas de la clandestinidad, encontraron un refugio donde podían ser ellos mismos, donde el mundo exterior se desvanecía y solo existían ellos dos."