Under the Sheets | Cillian Murphy |

Capitulo 4

— Te estoy diciendo que no hay problema.

— Pero Cillian-

— Marie, sé lo importante que es para ti obtener esa promoción -ella suspira rendida-. Además solo es hoy, ya los transportes funcionarán mañana.

— Gracias Cillian, la verdad es que estoy asustadisima. Todo esto de el trabajo, y Anna que la veo decaída desde hace unos días. Siento que no he podido estar ahí para ella y-

— Oye, no tienes de que preocuparte. Anna es una chica inteligente y fuerte.

— Lo sé... -escuche unas voces que la llamaban- Me tengo que ir, enserio no sé cómo agradecerte.

Sonreí.

— Obteniendo tu promoción.

Nos despedimos y colgamos.

Suspiré cabizbajo llevándome las manos a mi cabeza.

Tenía que hacerlo.

Con todo lo que ha sucedido no he podido dormir, varias preguntas, dudas, inundaban mi cabeza cada noche. Necesitaba respuestas. Me he dado cuenta que mientras pasa el tiempo, menos puedo controlarme, quisiera dejar fluir mis sentimientos cuando estoy con ella pero sé perfectamente que no es posible. Entonces prefiero decírselo todo, decirle que la amo, que me siento nefasto por sentir aquello, que intenté rechazarlo... pero me fue imposible.

Sea lo que sea su respuesta enfrentaré las consecuencias.

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Estacione delante de su escuela y sentía mi corazón a mil. Tenía las manos sudorosas y sentía los nervios carcomerme. Sabía que con mi confesión perdería todo, la amistad que habíamos creado y probablemente también la de Marie. Pero...

¿No es lo mejor?

Sería la única manera de estar alejado de ella definitivamente. ¿Dolerá? Seguramente más que estar en el infierno.

Lo merecía después de todo.

Agarre el volante y apoyé mi frente en este, frustrado.

Anna... ¿Porqué tuviste que ser tú?

Abro los ojos de par en par al escuchar unos toques en la ventana a lo que levanto la cabeza.

Era ella. Su expresión era de preocupación pero al verme me regaló una de las mejores sonrisas que sin duda guardaré en un rincón de mi cabeza.

Bajé la ventana.

— Anna... -se me escapó en un susurro.

— Hola señor Murphy. ¿Está bien? ¿Le duele la cabeza? -atrapa su mochila y abre uno de los bolsillos buscando algo con prisa-. Espere, tal vez tengo un medicamento.

Yo la miré maravillado mientras seguía buscando. Tan dulce... siempre lo ha sido. Fue inevitable sentir algo romperse dentro de mí, sabía que tenía que aprovechar cada segundo junto a ella.

Duele, duele como si arrancarán una parte de mí.

Saber que en unos minutos voy a perderla, teniéndola justo al frente mío... era un sufrimiento.

— No, no me duele na-

— ¡Oye, Anna! -mis ojos y los de la susodicha miraron en dirección a aquella voz masculina.

— Jacob.-dijo una vez el chico delante de ella, y lastimosamente mío.

¿Jacob? ¿Quién putas es Jacob?