Capítulo 2

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Anna la conocí cuando tenía tan solo 8 años, bueno para ser exactos cuando era una bebe, tenía unos ojos enormes así como sus cachetes.

Era amigo de su madre, Marie, ella se había ido a vivir a Francia, fuí hacerle visita para conocer a su bebe y fue así que la ví por primera vez. El tiempo pasó y nunca más las volví a ver ya que estábamos ocupados y yo estaba aquí en Irlanda pero el destino hizo que volvieran y fue ahí que ví a Anna con 8 años, una niña dulce y tímida. Mientras ella iba creciendo vi la mujer que se estaba convirtiendo y junto a ello mis sentimientos.

¿Qué si me sentí culpable?

Me sentí como una mierda.

Cada vez que me miraba en el espejo me daba náuseas. Quería desaparecer.

Pero su voz, su forma de ser, simplemente ella, hacían sentirme leve aún con todo este peso que llevo en los hombros.

Era mi salvavidas.

— ¿Cillian, me estás escuchando? -preguntó una voz feminina al otro lado de la línea.

— Perdona, ¿Decías? -la escuché quejarse.

— Estás invitado a cenar con nosotras esta noche.

No voy a mentir que la invitación de Marie era más que tentadora. Podré volver a ver a mi Annita después de la última vez cuando vino para dejarme aquellas deliciosas galletas. Pero no, prefiero tomar mis distancias y sacarle una excusa barata.

— No podré, voy a estar ocupado.

— Sí claro, Cillian Murphy ocupado un sábado. Que lástima, Anna y yo queríamos verte.

Lo siento Marie pero solo escuché "Anna quería verte". No sé si era verdad o solo era para manipularme para que viniera. Aún así fuera lo que fuese funciona.

— Voy a perder mi novela de esta noche.-ella se ríe ante mi comentario.

— Que lástima. Ven a las 8.

Nos despedimos y dejé mi teléfono al lado mío. Me mordí el labio inferior pensativo. ¿Hice bien en aceptar? Miré la hora y eran las 5:30, no podía dar marcha atrás. Tenía tiempo para prepararme así que fui a ducharme, busque algo para ponerme y la verdad se me hizo complicado, no sabía que elegir. Pasaron 20 minutos y opté por una camisa azul oscuro con unos pantalones negros. Si, todo eso para esto. Me peine y puse un poco de perfume y ahí me dí cuenta.

¿Qué estoy haciendo?

Estoy demasiado arreglado, parece que fuera a una cita. En todo momento pensaba en lo que le podía gustar a Anna para darle una buena impresión. Sonreí tontamente. Me sentía como un adolescente que va a ver a la chica que le gusta, y bueno, esque Anna me encanta. Miré mi reloj y ya era hora de irme pero antes de eso agarre un vino que tenía guardado para llevarlo.

Conduci en dirección la casa Moreau. Una vez aparcado el auto, espere unos momentos delante de la puerta antes de tocar. Los nervios me estaban consumiendo, ¿Porqué estaba así? Quiero decir, sé la razón y tiene nombre, pero no es cómo si fuera la primera vez. Perdí la cuenta de las veces que he venido a esta casa.

Sacudí la cabeza, solté un suspiro y toqué.

Espere unos segundos y escuché un "¡Yo voy!" junto a unos pasos rápidos y se abrió la puerta. Para mí fue cómo si abrieran las puertas del paraíso. Ahí estaba ella, su pelo suelto, sus labios ligeramente pintados, vestia de un cardigan corto dejando un botón libre y un pantalón que le quedaba de maravilla. Mis ojos al instante se iluminaron al verla.

— Hola, señor Murphy.

— Hola Anna. Estás hermosa.-ella sonrió ante mi elogio.

— Pase, mi madre está en la cocina.

Under the Sheets | Cillian Murphy |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora