Cuando Victoria decidió desintoxicarse de las redes sociales, nunca imaginó que sería tan difícil. En realidad, había tenido que tomarse unas largas vacaciones para lograr su objetivo,después de todo, su trabajo entero dependía de lo que publicaba en instagram, facebook o cualquier otra red social que estuviera en auge. Nunca esperó llegar a ser influencer, pero conforme subía contenido sobre estilo de vida saludable y tips de belleza y cuidado de la piel, poco a poco sus números empezaron a crecer y eventualmente los auspiciantes se acumulaban en su correo electrónico.De pronto se vio subida a un escenario ganando premios, dando conferencias y la cantidad de campañas que tenía que hacer la sobrepasaban.
Cuando quiso darse cuenta, notó que toda su vida se había convertido en una fachada de lo
que subía a redes y que poco a poco iba perdiendo su esencia. Se encontraba atrapada en un
ciclo interminable de likes, seguidores y compromisos publicitarios.A pesar de su éxito en línea, Victoria se dio cuenta de que había perdido de vista lo que
realmente importaba. Las relaciones personales se habían vuelto superficiales, y las
conversaciones genuinas eran raras. Su tiempo se consumía en la creación y mantenimiento
de su imagen en línea, y se había alejado por completo del propósito real que había inspirado su viaje en las redes sociales.Finalmente, Victoria decidió que era hora de hacer un cambio radical en su vida. Necesitaba alejarse por completo de la presión constante en internet y volver a conectar consigo misma.
Tomó la decisión de escapar a algún lugar al que no hubiera ido antes y así poder experimentar de lleno lo que el mundo tenía para ofrecer sin la necesidad de documentarlo todo en cualquier
plataforma.Escogió como destino México y, empacando apenas lo necesario, se embarcó en el viaje. Dejó el teléfono en casa para evitar la tentación de documentarlo todo y en vez de eso se llevó un celular de esos antiguos con acceso limitado a internet solamente para mantenerse en contacto
con sus familiares. Durante los primeros días de sus vacaciones, Victoria sentía como si algo le faltara.El impulso de sacar su teléfono y compartir cada detalle de su experiencia era abrumador. Miraba el hermoso paisaje costero, el sol brillando sobre el agua, la gente sonriente en las calles de la ciudad, y sentía una punzada de ansiedad por no documentarlo todo, pero poco a poco fue descubriendo que era mil veces mejor la vida a través de sus propios ojos en vez de por el lente de su cámara, y a partir de allí, todo mejoró.
Esa sensación de liberación que experimentó al dejar de lado la culpa por no subir nada a
instagram la invadió por completo. Por primera vez en mucho tiempo, Victoria se permitió simplemente existir en el momento presente. Sentía el calor del sol en su piel, escuchaba el sonido de las olas rompiendo en la playa, y saboreaba cada bocado de su comida sin la presión constante de capturar la imagen perfecta.Precisamente en ese momento estaba admirando el platillo que tenía enfrente. Los colores
vibrantes de la sopa combinaban a la perfección con el blanco de la crema ácida que el mesero vertía en el plato creando una amalgama entre las diferentes texturas de las dos preparaciones.
Sonrió al notar como el movimiento del brazo del hombre influía en la cantidad de líquido creando pequeñìsimas olas. El momento era perfecto para hacer un reel de instagram, pero
eso ya no importaba.
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Amor en el Noa Noa (VICTURIO)
FanfictieVictoria decidió desintoxicarse de las redes sociales, nunca imaginó que sería tan difícil. Escogió como destino México y, empacando apenas lo necesario, se embarcó en el viaje en donde conocerá el amor. Con el ritmo del Noa Noa su vida cambiará...