Tan baja es la vida (Rayman x Bullfrog) [+21]

1. ...Ready For It?

Tiempo antes 

Fama.

Poder.

Fortuna.

Son tantas cosas que deseaba a muy corta edad. En una casa donde apenas si tenía baño, la comida solo era una vez al día, con un padre ausente y una madre melancólica. Entre tanto caos fui criado en El paso, Texas. Nuestra casa estaba cerca del desierto, era una mierda. Estuve toda mi niñez en ese lugar donde era una porquería de sitio, más cuando mi madre comenzó a gastar los únicos ahorros en alcohol.

Lo único que mantenía con cordura era ir a las casas vecinas y mirar en una televisión antigua los típicos programas de concursos: ganarte una casa, ganarte un viaje, ganarte un vida de popular. Todos veían acompañados con presentador carismático y posiblemente pedófilo; el punto era entretener. 

Esas tardes de ver televisión cuando falleció mi madre apenas cumplí doce años, ella era de México y se enamoró de mi padre Frances. Él le juro la tierra y el cielo diciendo que vaya a El paso que ahí tendrían una vida juntos. Queda claro que solo la uso y se largó como un cobarde. Justo como lo hice yo.

Varios del lugar inmigraron a los estados unidos, yo no quería quedarme en lugar de porquería y con mi tamaño logre escabullir en una de los camines trasportadores y tras varias horas de viaje turbulento, llegue a mi destino. 

Logre llegar a New York la cuidad de las estrellas o más bien la ciudad de porquería número dos. Tuve que vivir en la calle, robar para tener algo de dinero y llorar en silencio, siendo arropado por los carteles de publicidad del Times Square. Me cuestionaba si fue buena idea venir a esta ciudad, ¿Era mejor que mi hogar? ¿Moria en este lugar, solo? ¿Soy un maldito cobarde? Esas preguntas atormentaban toda la noche. 

Hasta que todo cambio, puede ver a un señor con traje elegante, hojas en las manos y una sonrisa que desprendía confianza. Era parte de un show nocturno donde entrevistaba a famosos, realizaba sketch, jugaba y todo con una sonrisa tan encantadora que era irresistible no verlo. 

Quería ser como él.

Hice de todo para conseguir ese sueño. 

Comencé con trabajos pequeños para comprarme ropa decente y poder infiltrarme en los estudios para poder conocer a los altos mandos, lamerles el culo para poder conseguir un pequeño hueco y para mi suerte necesitaban un conserje. Ganaba poco, pero con le poco dinero lo usaba para vestirme más elegante y poder impresionar con mi imagen, mi piel blanca, mis pecas entre la nariz y mi sonrisa ganadora logro ser lo suficiente para ser ascendido a repartidor de café a mis veinticinco. 

Era mi gran oportunidad.

Tuve que pensarlo un poco, pero logre realizar mi cometido, despedir al presentador. Lo único que tuve que hacer, fue prepararle un café hirviente en un termo, él lo tomo en medio show y dijo una grosería con mucha fuerza: