El hotel no era a lo que estaba acostumbrado, pero no importaba, el solo iba por Max, encontrar su habitación no fue difícil Max ya le había descrito todo el lugar, además de que consiguió una copia de la tarjeta de entrada en la recepción, que el menor le había dejado para cuando llegara.
Su alfa había pensado en todo, era de madrugada, pero no se notaba, pues la actividad era increíble, aun había mucha gente yendo de un lado a otro. Con sus maletas logro subir para que finalmente pudiera instalarse.
Tal vez se veía algo raro con un traje de negocios, pero no importaba, esa ropa pronto estaría fuera de su cuerpo.
Paso la tarjeta en cuanto llego a la suite, y dejando su equipaje a un lado comenzó a desnudarse, se quedó con los calcetines y con una camiseta, no importaba el desorden, mañana lo recogería.
"¿Maxie?" pregunto porque se le hizo raro que no hubiera ningún ruido, pero cuando entro a la recamara vio la razón del silencio, Max estaba dormido, enredado entre las sabanas, y abrazando una playera que le pertenecía a Checo.
"Oh, al parecer él bebe está dormido" susurro el omega suavemente, acariciando la frente de Max, asi que decidió desenredar un poco del desastre de sabanas que era Max y meterse con él en la cama.
"¿Omega?" pregunto el alfa, con la voz ronca por estar dormido, oh, esa voz que hacía que Checo temblara.
"Si cariño, ya llegué" el menor extendió sus brazos, indicándole al omega que se metiera en ellos, lo que el mayor hizo gustoso.
"Te extrañe" dijo Max con un suspiro cuando lo tuvo abrazado a su pecho.
"Yo a ti, pero creo que ahora debes descansar" se dieron un besito, algo inocente sin segunda intenciones.
"Hablemos mañana" ambos suspiraron y se acomodaron, quedando juntos y durmiendo tranquilamente en los brazos del otro.
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Una ventaja de ser un omega era que tenías un carisma natural, además de que George siempre era muy comunicativo, además de amable y se preocupaba por su equipo, y los mecánicos de casi todas las escuderías lo amaban, por ello siempre se enteraba de todos los chismes, como ahora, que estaba tranquilamente llegando al paddock y algunos mecánicos de red Bull le contaron que la pareja del piloto nuevo estaba con él, y eso en vez de alegrar su ánimo, lo arruino, no lo tomen a mal, los pilotos siempre han sido muy amables, y creyeron que al decir eso, le daban como pie para que el se animara con Lewis, pero se sintió mal porque Sergio estaba en España, y el alfa británico lo seguiría como cachorrito, y eso era tan exasperante.
Ahora se encontraba sentado fuera de su garaje, esperando que las practicas iniciaran, se sentía con suerte ese día, tal vez no clasificaría primero, pero daría lo mejor de sí.
"Hola Russell" saludo Albon de repente, apareció de la nada y eso lo asusto, que dio un saltito.
"Alex, no aparezcas de la nada, me asustas" reclamo George.
"Es que te vi tan solo, y no podía dejar que un omega tan lindo como tu tuviera esa expresión ¿Acaso sufres mal de amores?" dijo el pelinegro a lo que George rodo los ojos, pero solo asintió.
"No me digas, ¿por Lewis nuevamente? Debes superar a ese alfa idiota, y aceptar una cita conmigo" coqueteo el mayor y acaricio un mechos suelto que el omega tenía.
"Amigo, no lo vuelvas raro, ahora debo prepararme, mi entrenador debe estar buscándome" Albon hizo una mueca de resignación y asintió.
Como pudo George salió de esa situación, no es que no le agradara Alex, pero el no era el alfa que su corazón anhelaba, además de que no quería ilusionarlo con algo en lo que sabía no estaría comprometido, no era ese tipo de omega.

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Marca
FanfictionSe suponía Sergio siempre seguiría las normas impuestas para omegas como el. Pero antes de hacerlo, una fiesta lo cambia todo, el despertar con una marca no era lo que planeaba para su vida, y menos con un alfa que aún era menor de edad. Pero como l...