Lα Mσɾԃιԃα | KσσƙV |

Cαριƚυʅσ 6

JungKook veló por TaeHyung cuando éste se quedó inmóvil en su cama. Su joven protegido se había quedado inconsciente, lo cual había sido lo mejor, en opinión del azabache, ya que el dolor de la infección que había recibido era considerable. Se quemó como el fuego por las venas cuando la licantropía tomó todo a cambio, endureciendo sus músculos y órganos, incluso trabajando a nivel celular para hacer a su nuevo huésped invulnerable a cualquier tipo de enfermedad o veneno que se pudiera imaginar.

Vio que los restos de las mordeduras de demonio desaparecían de la piel del castaño. Sin lugar a dudas, la infección fue un éxito. Pero, ¿podría TaeHyung tomar todo el sistema? ¿Sería capaz de sobrevivir al nuevo crecimiento del lobo rabioso que nacía dentro de él?

TaeHyung se movió y luego volvió a hundirse en la inconsciencia. Y así e proceso de cambió continuó. Era evidente que estaba adolorido a pesar de que aún estaba inconsciente. Su piel tomó un tinte rojizo y su cabello bastante largo se hizo aún más tosco, si eso era posible. Sin embargo los signos eran buenos, aún estaba en movimiento, aún activo. Hasta ahora, su cuerpo estaba trabajando con la licantropía y no contra ella. Mientras se mantuviera en movimiento, seguía luchando... mientras JungKook pensaba en eso, el cuerpo delgado acostado en la cama delante de él repentinamente se quedó inmóvil.

─¿TaeHyung? ¿Pequeño? ─Ansioso, JungKook lo miraba, tratando de ver si el pecho acanelado seguía subiendo y bajando. El había visto varios cambios durante su breve tiempo con la manada y TaeHyung había seguido bien hasta... hasta ahora. Hasta que dejó de moverse. «Oh, Dios, no. Por favor, no...»

Sin poder contenerse. JungKook se agachó y tomó la figura inmóvil entre sus brazos. El cabello del menor que había estado en su frente, cayó a un costado como si inclinara la cabeza a un lado. Inerte. Su pecho no subía ni bajaba y tan duro como trataba de oír, JungKook no escuchaba sus latidos.

Y así terminó. El azabache esperaba un aumento de dolor, pero todo lo que sentía era un vació. El dolor se acercaba, lo sentía de creciendo dentro de él, pero que por ahora estaba entumecido. «Debería haberle dicho,» pensó, mirando las características finamente moldeadas de su protegido, no, de si amante, el amor de su vida. «Debería haberle dicho lo que siento. Que lo amo. Que lo amo tanto que no podría vivir sin él.»

─TaeHyung ─murmuró, escuchando el sonido roto de su propia voz─. Yo no quería hacerlo, pequeño. Tenía tanto miedo de que esto ocurriera, temía tanto perderte. Oh, Dios. Te amo, te lo juro. Perdóname por no habértelo dicho antes...

De repente, el dolor era insoportable, muy sólido y real, como una oscuridad en su interior que llenaba cada parte de él, y oscurecía todo lo demás. JungKook sentía como si fuera a estallar o morir de ello. Había mantenido sus sentimientos bajo control cuidadosamente durante años, pero él ya no podía aguantar más. Echó atrás la cabeza cuando el lobo se hizo cargo y un aullido largo y solitario rugió a través de su garganta...

Y fue contestada por un aullido diferente, que no estaba lleno de desolación, sino de alegría y libertad recién hallada.

─¿TaeHyung? ─JungKook se quedó mirando el cuerpo e sus brazos con incredulidad. ¿Podría ser cierto o fueron sus sentidos engañándolo? Para si alegría total, intensa, vio como su amante se sentaba y se sacudía una vez por tas partes, como un perro llegando de la lluvia.

─¿Jungkookie? ─Taehyung le miró con entusiasmo con la risa de la agitación en el fondo de sus brillantes ojos.

Entonces, cuando Kook lo miró, y aquellos ojos que tanto había aprendido a amar, cambiaron de color, se convirtieron en uno más frescos, un miel frío como el lobo nuevo dentro de él que mirara por primera vez el mundo. Jungkook, sintió que su propio lobo tenía la urgencia de darle la bienvenida, y la parálisis que lo había retenido en su control pareció desvanecerse.

─¡TaeHyung Dios mío, pensé que te había perdido! ─el castaño se agarró y él lo acercó más para darle un abrazo, con los brazos apretando fuerte y cerca al cuerpo desnudo para darle un abrazo, con los brazos apretando fuerte y cerca al cuerpo desnudo que amaba tanto.

─Cálmate, Kookie que me vas ahogar. ─Tae se retorcía en sus brazos, pero estaba claro que estaba emocionado como JungKook─. ¿Esto es? ¿Estoy curado? ¿Estoy cambiado? ─Se miró a sí mismo, obviamente, dándose cuenta de la ausencia de las mordidas de demonio.

─Estás curado. Y cambiado ─JungKook asintió con la cabeza, incapaz de contener una gran sonrisa─. Eso es todo pequeño. Ya no te debes preocupar nunca más de ser mordido de nuevo cuando cacemos.

─Y ya no te debes preocupar más por mi protección. ─Kim le devolvió la sonrisa, tan ansioso como un cachorro─. Ahora soy tan malditamente indestructible como tú.

JungKook no podía dejar de reír.

─Es cierto. Y esta noche corremos juntos por primera vez. Mi lobo está dispuesto a estar contigo, así que espero que estés listo para la luna llena.

─¿Realmente tenemos que esperar hasta la noche? Para reconocernos, quiero decir ─TaeHyung cambió la cara de alegría a esperanzado, Se apretó más contra Jeon, y apoyó la mejilla en el hombro de su maestro─. ¿Dijiste que me amas? ─Preguntó, su voz era vacilante y suave─. Pensé... todo era tan lejano y me dolía tanto que sólo quería dejarme ir, pero luego pensé que te había oído decir eso. Que me amabas, y tuve que volver.

─Lo hice ─JungKook lo apretó fuertemente y lo besó en los labios─. Perdóname por no habértelo dicho antes, pequeño.

─Está bien. Siempre lo supe ─Tae sonrió y le devolvió el beso apasionado─. Así que hablando de cómo tu lobo quiere conocer al mío. ¿Crees que podría comenzar ahora mismo? ─El duro eje pulsó contra el vientre de Jeon.

JungKook, gimió.

─Se me olvidó el estallido de energía que uno tiene cuando es transformado. Estarás muerto conmigo, pequeño.

─No, no lo estaré ─TaeHyung parecía satisfecho─. Si pude sobrevivir al último mordisco, puedo sobrevivir a otro rollo en la cama conmigo. ¿No crees?

─No lo sé ─el azabache, lo agarró y de pronto estuvo sobre él. Luego besó a su amante profundamente─. Averiguémoslo.

F I N.