𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 4

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Jungkook corrió debajo de la cama y se escondió, su corazón palpitaba a millones de latidos por minuto. Corrió y presionó su cuerpo contra la pared, debajo de la cabecera de la cama. No sabía quién había entrado por la puerta,pero no quería que nadie lo viera desnudo a excepción de Taehyung.

Los mitos eran ciertos. Los cambiaformas conejo eran muy calientes. Les gustaba tener sexo tan a menudo como fuera posible. Sin embargo, sólo les gustaba tener sexo con sus parejas. Una vez reclamados, jamás habría alguien más.

Con respecto a eso, los conejos eran más leales que cualquier otra especie de cambiaformas. Ni siquiera tenían sexo antes de que fueran reclamados por sus parejas. No sólo era considerado mal visto. Era una tradición.

Dudaba que Taehyung comprendiera el compromiso que hizo cuando se aparearon. Él nunca desearía estar con otra ser viviente, siempre y cuando permaneciera con vida. Ahora todo su interés sexual estaba fijado firmemente en su pareja.

No podía hacer más que preguntarse, si Tae sentiría lo mismo. El hombre parecía bastante posesivo, pero ¿qué sabía él de los cambiaformas dragón? ¿Tal vez a Kim no le importaba que estuviesen apareados, pero no le gustaba compartir juguetes?

Entre más se acurrucaba contra la pared, más deprimido se sentía. No se suponía que se apareara con un dragón. Se suponía que se aparearía con otro conejo. Así es cómo funcionaban las cosas.

Los Ancianos realmente los habían jodido a todos, cuando decidieron jugara este pequeño juego. No podía hacer nada más que esperar a que el karma regresara y les mordiera el trasero a los Ancianos. Se lo merecían.

—¿Conejito?

Titubeó por alrededor de un segundo, luego se arrastró por el piso hasta llegar a la seguridad que proporcionaban los brazos de Taehyung. Este se agachó y lo recogió, acunándolo entre sus brazos y acercándolo a su pecho. Sus ojos casi rodaron hasta la parte posterior de su cabeza, cuando el mayor comenzó a acariciarlo. Los conejos eran criaturas muy táctiles. Anhelaban el contacto.

—Hey, conejito, ¿qué te tiene tan molesto? —Le preguntó el castaño, mientras lo cargaba hasta la cama y se sentaba. Se extendió en la cama y colocó junto a él. —Min no va a lastimarte, conejito, te lo prometo.

Volvió a su forma humana y estiró su cuerpo junto al de el príncipe , presionándose contra él. Le gustaba la cercanía que sentía, cuando estaba presionado contra el enorme cuerpo de Kim, la seguridad que le daba.

—No tengo miedo de Yoongi—, le dijo, mientras cogía los botones de la camisa de Taehyung. —Aunque tal vez él quiera reconsiderar tener miedo de mí. Puede que sea sólo un conejo, pero todavía puedo hacerle un severo daño.

—Si no tenías miedo de Yoongi, ¿entonces por qué corriste?

—Estaba desnudo. —¡Duh!

—Conejito, Min ha visto a otros hombres desnudos con anterioridad. Además, eres magnifico. No tienes nada de qué avergonzarte.

—No estaba avergonzado —, gruñó y se alejó del mayor. —Estaba siendo leal, pero supongo que los dragones no saben nada sobre eso.

Estaba actuando por pura irritación, y lo sabía. Es sólo que al parecer no podía detenerlo. El castaño, como su pareja, debería haber estado tan preocupado como él, pero el hombre ni siquiera parecía desconcertado.

—¿Perdón?

Sus ojos se entrecerraron, cuando detectó la violencia apenas controlada en la voz de Kim. Tal vez había cruzado la línea sólo un poquito con el comentario del dragón, pero estaba molesto.

𝕰𝖑 𝖉𝖗𝖆𝖌ó𝖓 𝖞 𝖘𝖚 𝖈𝖔𝖓𝖊𝖏𝖎𝖙𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora